Hilario Becerra
Enviado por Ledesma • 19 de Diciembre de 2017 • 785 Palabras (4 Páginas) • 266 Visitas
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Entre varias de las anécdotas que solía comentar Don Hilario figura un entrevero que tuvo con un indio, durante un enfrentamiento, “se me vino uno derechito a mil, muy bien montado el salvaje y rayó el pingo”. Es decir que lanzó el caballo a toda carrera y lo sujetó violentamente haciéndolo girar como trompo sobre las patas. Contaba que el indio se afirmó en el “matungo” y le fue a tirar el lanzazo a menos de un metro. En ese momento no había orden de hacer fuego, pero Don Hilario veía que ya lo ensartaba, le dijo: “Dios te ayude indio” y le disparó con el fusil. Rápidamente se acercó el comandante, que en ese entonces era el capitán Torres, calificado como más bravo que cien indios juntos, y preguntó: “¿Quién carajo disparó sin orden?”.
“Yo mi comanante, porque ya me clavaba el infiel” respondió Hilario Becerra.
El comandante le dijo gritando: “Mejor que te hubiera ensartao y no desobedecer a tu superior, pues no había orden de disparar. Y si te salvas de cuatro tiros, del cepo no te salva nadie pa’ que aprendas a obedecer”.[pic 3]
Cuando volvieron al fortín, victoriosos de la derrota que le habían dado a los “clinudos”, tal como llamaban a los indios, el comandante mandó a Don Hilario al cepo más o menos dos horas. “Luego me sacó, y como éramos muy amigos, juntos rumbiamos pa’ la pulpería a tomar un trago y comentar la derrota que le dimos a los infieles, como si nada hubiera pasado”, solía decir Don Hilario.
En 1845 los indios entraron al pueblo y destruyeron casi en su totalidad la iglesia del Morro. Tres años más tarde, el gobernador de ese entonces, el general Pablo Lucero, la mandó a reconstruir. No podía estar ausente en esta actividad Don Hilario, quien no sólo dirigió la obra sino que también trabajo en ella. Fue él quien trabajo en madera y a currillo el altar. Con 105 años de edad como mínimo, Hilario Becerra falleció en 1901.
Fuente: Suplemento Raíces. Sábado 31 de octubre de 1998. Textos: Yanina Vanesa Amaya. Dibujos: Darío Ferramola.
Fuente primaria: manuscritos inéditos de Humberto Silvera “Mis personajes de ayer y hoy”.
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