Luces sombras y esperanza del humanismo.

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3. Humanismo del siglo XXI o contemporáneo y crisis civilizatoria

El exceso de progreso y de razón instrumental hace que en la época el capitalismo avanzado y sus tecnologías biogenéticas generan una forma perversa de lo posthumano. El fondo de dicho capitalismo consiste en el radical cercenamiento de toda interacción humana y animal, desde el momento en que todas las especies vivas son capturadas en los engranajes de la economía global. En este humanismo contemporáneo se incluyen entre sus repertorios discursivos una vuelta revitalizada del pensar, el sentir y el actuar humanista, redimensionando la necesidad de tomar en serio esto de la autonomía del yo, la finalidad del tú y la universalidad de los ellos. Por eso es que se cuestiona duramente la tendencia a considerar que el principal objetivo de la educación es enseñar a los estudiantes a ser económicamente productivos y denuncia la reducción del currículo a aquellos temas que los habilitan para una carrera laboral, dejando de lado la formación en humanidades, pero se toma un postulado en el que Animales humanos y no humanos comparten formas de vida basadas en actividades vitales, potenciadas por el florecimiento de capacidades que nos llevan a luchar por su realización y que Reconocer las capacidades de nosotros y de los otros es el punto de partida para una nueva noción de justicia, ya que, “el fin de la justicia es garantizar una vida digna para muchas clases de seres “que permiten, en consecuencia, elaborar principios básicos que incluyan a seres no humanos como sujetos de justicia. Finaliza diciendo que Educar es enseñar la autonomía del yo, la finalidad del tú y la universalidad de los ellos. Es brindar un abrazo que sale de la profunda convicción del reconocimiento en la dignidad de los educandos, de la propia dignidad del educador, para que todos sean ciudadanos solidarios y respetuosos de las vidas de los diversos seres vivientes, de sus capacidades y derechos. Un abrazo escolar como gesto de amor y dolor por el otro, para dignificarlo, al tiempo que se dignifica y humaniza a sí mismo.