Tecnología y humanismo

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José Luis Molinuevo y Rafael Argullol, dentro ya del continuísmo, apuntan el hecho de que el Romanticismo es la continuación de un proceso iniciado en el Renacimiento (donde surgiría la noción de sujeto). Ambos autores opinan que el alma trágica romántica tiene sus raíces en una de las vertientes del humanismo renacentista : el humanismo pesimista. Argullol parte de Shakespeare y llega hasta Montaigne[12], explicando las conexiones existentes entre lo trágico romántico (el entusiasmo y la quietud, en palabras de Antoni Marí[13]) y el descubrimiento terrible (Shakespeare y Montaigne son dos ejemplos) del inmenso poder y la inmensa impotencia del hombre (la limitación ilimitada según Argullol). Molinuevo[14], tras aclarar el equívoco existente al considerar un humanismo único (el optimista), explica la amplia gama de opciones que encierran “los humanismos” en el Renacimiento. Para argumentar la relación existente entre el Romanticismo y el Renacimiento en cuanto a la libertad y dignidad del hombre, toma como ejemplos a los máximos representantes del humanismo optimista y del pesimista : Pico della Mirandola y Fernán Pérez de Oliva. El primero exaltaría la capacidad camaleónica del hombre de autodefinirse (poder absoluto) y el segundo daría cuenta de sus miserias e indignidad (la terrible impotencia). Aunque hemos de decir que en el Diálogo de la dignidad del hombre de Pérez de Oliva también se enfrentan las dos concepciones (representadas por lo interlocutores Antonio y Aurelio)[15].

Ninguno de estos dos autores (Rafael Argullol y José Luis Molinuevo) parten de Pico ni de Ficino, ya que según se deduce de sus argumentos, estos dos serían representantes de una corriente del humanismo en la que no quedaría patente de una manera clara la concepción trágica del hombre, aunque ambos hablen en sus textos del desgarrón producido por el desacuerdo entre la parte material y espiritual del hombre (entre la razón y los sentimientos, dicotomía que estará muy presente en todo el Romanticismo europeo, especialmente en el alemán). Es decir, ni Pico ni Ficino serían pensadores trágicos, según Argullol y Molinuevo.

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RUPTURA (NIETZSCHE, VATTIMO)

Nietzsche parte siempre del discurso que se opone a la moral de la razón (cristiana, universal,... etc.). El problema es que rechazamos su discurso, que también puede ser entendido, como hace Vattimo, en ver cómo más allá de los valores morales universales, el hombre se define a sí mismo como un lugar de fuerzas donde se enfrentan la fortaleza y la debilidad. Uno mismo ha de atender a su propia singularidad : ser auténtico con uno mismo en lugar de la moral universal. La idea es que para mostrar el salto de un lado a otro es menester prescindir de Dios. Nietzsche plantea qué es lo que cambia si uno renuncia a una moral universal (El crepúsculo de los ídolos) : partir de la idea de que el hombre tiene una voluntad libre es un error.

Al comienzo de La coherencia de la filología[16], Vico se pregunta por las prácticas comunes a todos los hombres, encontrando oposiciones entre el animal y el hombre en el matrimonio, enterrar a los muertos y en rendir culto a los dioses. En los tres está implícito el deseo de inmortalidad. En la humanidad hay dos principios básicos : el pudor y la idea de libertad. Estos dos principios están arraigados en la tradición cristiana. El pudor tiene que ver con el descubrimiento de la propia corporalidad, con la toma de conciencia del propio cuerpo. Todo el pudor arraiga en el “pudor de Dios” : la toma de conciencia por parte del hombre de su propio error. Esta toma de conciencia de la materialidad del hombre es vista como una pecado. El momento en que se instaura la propia libertad del hombre es visto como un error desde el punto de vista cristiano, ya que por medio de esa libertad el hombre puede ser como los dioses. Esto se relacione estrechamente con la idea dl pecado original.

Nietzsche resalta la idea del pecado original en El nacimiento de la tragedia : de algún modo, las afecciones femeninas llevan al pecado que es el origen del mal. La libertad del hombre es el pecado : a partir de ahí el hombre debe ser bueno para ganarse el cielo. Si Nietzsche rechaza esta libertad es porque piensa que puede ser concebida de otro modo, mediante el mito de Prometeo, titán griego enemistado con los dioses por estar a favor de la humanidad. Para Nietzsche, Prometeo es el prototipo del hombre, porque tiene que sufrir, padecer, alegrarse y, sobre todo, es un ser que necesariamente tiene que desafiar a los dioses. Para conquistar la condición de hombre, éste tiene que desafiar a los dioses. El mito del pecado original define al hombre como un lugar extraño. La diferencia es que, según el mito de Prometeo, la condición humana es una conquista a la que se llega (también en el Renacimiento, se concebía el mito de Prometeo como el asalto al cielo por parte de los hombres, que sería iguales a los dioses mediante un proceso de perfeccionamiento)[17]. Si uno no desafía a los dioses no alcanza su condición de hombre. En el fondo, dice Nietzsche, el mito de Prometeo implica una justificación del mal frente al mito del pecado original (castigo divino) ; esos males van necesariamente unidos a la condición del hombre. Para alcanzar esa condición es necesario cometer un sacrilegio o contravenir la ley natural : tener conciencia del paso del tiempo (la ley natural es vivir en el presente).

La relación del humanismo con la técnica está en la definición del hombre como poder frente al querer. En Pico este poder es espiritual, en Heidegger, si el hombre se define como poder, se da una definición metafísica de la existencia. La idea de Vattimo[18] es tomar la técnica no como amenaza sino como provocación, y aceptar dicha provocación. Se trata de ver en la técnica algo positivo, el desarraigo pensado como una nueva vía que abre el camino a la posibilidad de múltiples realizaciones de la vida. Según la Iberwindung hegeliana, la historia se concibe como un progreso o superación. En el paso de la modernidad a la posmodernidad no existe tal progreso sino más bien una torsión, de ahí Verwindung como sobreponerse a la propia tradición occidental. El concepto de Ge-Stell tiene que ver con todo lo que aporta la técnica, con la esencia metafísica de la técnica. Detrás de toda la filosofía platónica hay un lugar desde el que se organiza toda la realidad, ese lugar será el sujeto en la filosofía moderna. La relación metafísica y humanismo, es que la jerarquía de realidad que el hombre ha pensado desde Platón es la técnica. La libertad del hombre está fundada como una imposición, la técnica concebida