MI NOMBRE ESTA MALDITO
Enviado por Rimma • 2 de Enero de 2019 • 1.346 Palabras (6 Páginas) • 387 Visitas
...
El resto del día me quede pensando quien era ese hombre, cuando me encontraba domina una extraña voz me despertó era un niño que se asomaba a mi habitación, solo me limite a preguntarle quien era, pero no tuve respuesta, me dio miedo, porque era la única niña que se encontraba ahí, los hijos de los que trabajan estaba en sus respectivas casas porque al abuelo no le agrada el ruido y tampoco los niños.
A la mañana siguiente fui corriendo a la habitación de mis padres para preguntarles si sabían si había otro niño en la casa, ellos me dijeron que lo mas probable es que alguien trajo a su hijo, pero que no les preguntara porque era de mala educación andar interrumpiendo las labores de los demás, pero me alegre bastante porque mi padre dijo que ese mismo día regresaríamos a la casa.
El abuelo nos acompañó hasta la estrada donde se encontraba el carruaje, pero algo me llamo la atención el chofer era el mismo hombre que vi en el cuarto del abuelo. Le dije a mis padres ellos voltearon a verlo rápidamente, cuando se percataron de quien se trataba mi madre me tomo de la mano y me llevo a dentro de la casa lo más rápido posible, yo no entendía lo que pasaba, pero podía escuchar como mi padre y el abuelo discutían con él, pasaron unos minutos y ya no se escuchó ningún ruido, mi madre y yo estábamos en el cuarto del abuelo escondidas en el armario. De repente escuchamos el rechinar de la puerta abriéndose, y una voz dijo: -señorita salga por favor no planeo hacerle nada malo-, mi madre estaba aterrada, aunque no la podía ver, podía escuchar su agitada respiración y su corazón parecía que se saldría de su pecho en cualquier momento de lo fuerte que latía. El hombre salió del cuarto, pero mi madre y yo esperamos unas horas más encerradas en ese lugar.
Cuando por fin salimos del armario, ambas nos dirigimos a toda velocidad a la entrada entonces mi madre se detuvo a unos pasos de la puerta principal y cayo incida, ríos de lágrimas salían de sus ojos, pero no emitía ningún ruido. Soltó mi mano entonces yo me dirigí a ver lo que la había hecho llorar, ahí estaban tirados en medio de charcos de sangre mi padre, el abuelo y el personal; de tras de mi apareció el hombre con el cadáver de mi madre a un costado, eso es lo último que recuerdo.
Cuando desperté estaba en el jardín trasero, a mi alrededor había rosas blancas, y el cielo estaba despejado y los cálidos rayos de crepúsculo iluminaban todo el bosque, generando un hermoso paisaje tal como lo había descrito me padre. De la espesura del bosque emergió ese hombre, en el cuello llevaba el medallón que mi abuelo tenía en ese alhajero y con una suave voz me dijo: -amo a los gorriones porque son traviesos y curiosos como tú, ¿ me puedes decir tú nombre pequeña señorita?, no dije nada, solo me quede observando como él se acercaba dada vez más a mi y en mi mano estana un pequeña nota que decía:
Nunca le digas tu nombre
...