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MOVIMIENTO OBRERO Y SINDICALISMO

Enviado por   •  22 de Mayo de 2018  •  2.428 Palabras (10 Páginas)  •  527 Visitas

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Dentro de este contexto, Carballo (2012) indica que en 1936 no solo se puso en marcha la transformación del Estado, sino que también se promulgó la Carta Magna de 1936, que incluía normas tutelares de rango constitucional en el extenso artículo 32 numeral 8, donde se consagraron por primera vez la libertad de trabajo, el principio de tutela de los trabajadores a través de la injerencia del Estado en la fijación de sus condiciones de empleo, restringiendo así la eficacia de la autonomía de la voluntad de las partes en la esfera del contrato de trabajo.

Se infiere entonces, que el amplio desarrollo normativo no incorporó referencia alguna a los derechos de los trabajadores vinculados a sindicalización, negociación colectiva y el ejercicio de la huelga.

El deseo de acabar con la represión dictatorial propició un sentido de unidad, que lleva a la formación del Comité Obrero de la Junta Patriótica, que jugó un importante papel en la convocatoria a huelga general de tres días, hecho que culminó con la caída de Pérez Jiménez. Con la vuelta al sistema democrático, la adscripción de dirigentes sindicales a partidos políticos entorpeció su autonomía en el procesode toma de decisiones. La lealtad al partido y el interés propio privaron en numerosas ocasiones sobre las necesidades reales de los trabajadores. De esta forma, los "sindicaleros" comienzan a perder credibilidad y, en la misma proporción, a ganar el rechazo de la opinión pública nacional. Los primeros grupos sociales de obreros aparecen en la sociedad venezolana durante las últimas décadas del siglo XIX; pero, la clase obrera como tal, diferenciada de otras clases por el lugar ocupado enel proceso de producción predominante, surge y adquiere fisonomía con la iniciación y el desarrollo en el país de las operaciones de exploración y explotación, programadas por los monopolios extranjeros en la industria petrolera.

En la dinámica de nuestra sociedad, el obrero no se distingue fundamentalmente del empleado, por cuanto aquél es un productor de plusvalía y éste un distribuidor dela misma, siendo Marx quien descubrió la fuente real de la plusvalía y puso al descubierto la naturaleza de la explotación capitalista, oculta tras las relaciones mercantiles.

En la actualidad el movimiento obrero agrupados en Organizaciones Sindicales están dando batalla para reclamar sus derechos y reivindicaciones. Al respecto Añez y Bonomie (2007) consideran que a partir del supuesto de que la regulación de las relaciones laborales está estrechamente vinculada al modelo económico, se plantea que dicho modelo restringe, controla y debilita a la organización sindical, y por supuesto, la conflictividad en el mundo del trabajo.

Lo anterior lleva a afirmar sin mayor duda que la conflictividad laboral es alta, sin embargo es más complejo juzgar sobre efectos de la misma. Es decir, si se logran los objetivos buscados con la protesta.

Tengamos presente que los objetivos de la protesta laboral mas frecuentes son: el mejoramiento y/o la preservación del poder adquisitivo de los ingresos salariales así como del conjunto de condiciones de trabajo; la defensa de las instituciones de defensa de los trabajadores, es decir sus organizaciones sindicales, así como de sus convenios colectivos; y obviamente la defensa del empleo. La inflación del presente año se cerrará en porcentaje muy alto, con índices más elevados en el ramo de alimentos, el concepto que genera la mayor erogación en los gastos de la clase trabajadora. Si tenemos presente los incrementos salariales que ocurren en estos tiempos, son muy contados los casos en donde los trabajadores reciben incrementos que restituyan esta pérdida de capacidad adquisitiva. De aquí que a los trabajadores el errático manejo de la política económica le reduce sus salarios reales.

Por el lado de la defensa de las instituciones propias de los trabajadores para la preservación y mejoramiento de su condición, viven indudablemente momentos difíciles. La propia vigencia del nuevo Decreto con rango y fuerza de Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras, lesiona conquistas de las organizaciones sindicales y agrega nuevas dificultades para su desenvolvimiento así como para el desarrollo de las convenciones colectivas y si son públicas con muchos más obstáculos para lograr la firma por cuanto el patrono (Gobierno) desde que se sienta en la primera reunión sea en la Inspectoría del Trabajo o se trasladen las conversaciones a las instalaciones de la entidad con la cual se discute la convención, lo primero que te dicen no tenemos presupuesto suficiente como para aprobar este proyecto de convención colectiva.

Ante esta realidad se multiplican los conflictos laborales, pero sin suficiente impacto en la resolución de los problemas mencionados. Es necesario decir que, el hecho de que muchos de los problemas que experimentan los trabajadores son comunes a distintos colectivos, pero los conflictos no se producen de manera articulada. Predominan acciones de protestas dispersas y desarticuladas, prestándose la situación a mayor control patronal. También ha de destacarse que la mayor conflictividad ocurre en el sector público, sea de la administración central, regional y municipal, como de las empresas estadales.

La desarticulación de los conflictos es una manifestación del estado actual de fragmentación de las organizaciones y acciones de los trabajadores. Entre centrales y corrientes sindicales se cuentan con al menos una decena de entidades. Muchas cabezas, pero pocas organizaciones efectivas y equipadas con los recursos suficientes. Producto de la política laboral oficial, los niveles organizativos de segundo y tercer grado han sido gradualmente restringidos.

Manifestaciones concretas de una política oficial efectiva en la fragmentación de los trabajadores, ha sido el fomento y registro de cinco mil nuevas organizaciones sindicales entre el año 2002 y el presente, sin que ello haya significado un incremento de la tasa de sindicalización. Es por lo que es usual la existencia de más de una organización en los espacios productivos, introduciendo fraccionalismo y división entre los trabajadores. La polarización política en el nivel nacional se lleva al propio seno de los trabajadores. Es decir, no hay correspondencia positiva entre la existencia de mayor número de organizaciones sindicales y el alcance de logros que favorezcan el bienestar de los trabajadores. Más bien estos incrementos organizacionales inducidos desde el poder han sido lesivos a los trabajadores, porque agrega más oportunidad de maniobra a la parte patronal y estatal.

Realmente lo que sí hace falta es un proceso de agregación de organizaciones alrededor

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