Pablo Oliveros marmolejo: vida y obra

...

de 1984

PABLO OLIVEROS MARMOLEJO:

EDUCADOR, PENSADOR Y HOMBRE DE CIENCIA

En el mundo existen dos tipos de personas; nobles, generosos y malos, egoístas, según smithson (filosofo, y sociólogo, profesor y conferencista). Los egoístas constituyen la abrumadora mayoría.

Pablo oliveros marmolejo nació generoso, esto es, liberal, grande de alma; la generosidad es una condición personal que no se adquiere: viene de atrás, por los caminos de la sangre.

De niño hizo lo que todos hacen: jugar, solo o con otros, con sus hermanos, con sus amigos; correr saltar, vivió su infancia de forma alegre y viva. Y además, trabajar en las horas vacantes de estudio y hasta las horas muertas del domingo, en los predios rurales de su padre. Él fue inteligente, intuitivo, creativo. Sus condiscípulos lo reconocían, era un niño con una capacidad de comprensión avanzada para su edad.

En 1965 culmino sus estudios de bachillerato cursado en Pereira y Manizales, luego se traslado a la universidad de san Ambrosio de Iowa, en estados unidos. Cinco años después, en 1960, termino sus estudios profesionales con excelentes calificaciones y regreso al país con los diplomas de: Ingeniero Físico y el de licenciado en radiología.

El universitario Oliveros era consciente de sus humanas limitaciones, tenía ya veinte años. A esta edad, se dice, no se puede vivir sin fe, sin la esperanza siempre verdecida de llegar a ser alguien. Pero los objetivos que uno se trace deben ser razonables y la fe que a uno lo impulse no debe centrarse en la consecución de cosas imposibles.

Oliveros no pensaba en ser grande, el solo quería ser útil en la medida en que pudiera serlo y con los recursos intelectuales de que dispusiera. Él pensaba que el deber de cada uno era poner su conciencia al servicio de los demás. La vida se justificaba en función del servicio, pero de servicio desinteresado a quienes lo han necesitado.

La inclinación de Oliveros Marmolejo hacia la física y las matemáticas que el apreciaba en una unidad fundamental, su fascinación por estas ciencias, viejas y complicadas, se hizo más evidente al entrar en la universidad con la escogencia de su carrera y la dedicación, el interés que puso en su seguimiento.

Oliveros fue una conciencia positiva; sabía que había que luchar contra la injusticia y la miseria, y que era deber de la gente nueva participar en esa lucha, pero no estaba muy seguro de que la solución consistiera en cambiar ciertos usos, ciertas costumbres, ciertas modas y mantener en una posición pasiva y regresiva ante los hechos nuevos de la historia.

Oliveros al regresar a Colombia, se entregó a la universidad tecnológica de Pereira en cuerpo y alma. Enseñó con fervor, con emoción, con perfecto dominio de la materia, poniendo en ejercicio su talento dialectico. Tenía una formación muy moderna de siglo XX, antípoda de la medieval; la formación de oliveros fue típicamente norteamericana, innovadora, experimentadora, como corresponde a la época nuclear. Llegado de la escuela secundaria con su abrumadora