Problemática de la enseñanza de la Química en Venezuela

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Partiendo de un breve análisis de la historia de las ciencias, puede afirmarse que la necesidad de resolver problemas ha estimulado la investigación y el proceso. Y se puede conjeturar sin temor a exagerar, que toda la ciencia ha sido desarrollada en el proceso continuo y dinámico de formulación y resolución de problemas. Sin duda, esta tarea de encontrar soluciones, es una actividad intelectual compleja.

En atención a lo antes señalado, las instituciones de educación superior venezolanas se ven obligadas a implementar nuevas estrategias instruccionales, con la finalidad de solucionar de manera efectiva el dilema de la solución de ejercicios y problemas en el área científico-tecnológicos y en particular en el área de química. En estudios realizados sobre la capacidad de resolución de problemas Rodríguez y Zapata (2001) dice que:

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Este aspecto trae como consecuencia que los profesores orienten la resolución de problemas hacia la aplicación de algoritmos que, por lo general, producen fijación funcional e impiden el uso de diversas habilidades intelectuales relacionadas con el pensamiento divergente y convergente”

Esta situación posiblemente va a incidir en la selección de carreras a nivel superior del sistema de educación venezolano, fijándose patrones e escogencia para aquellas carreras que no tengan carácter práctico o numérico, que es precisamente al área de capacitación profesional de mayor urgencia en el país.

La falta de estrategias adecuadas para la solución de problemas de química a nivel superior conduce a tres situaciones que afectan la productividad del sistema educativo en general y en particular el sistema de educación superior:

- Altos índices de deserción y repitencia en el área de química y, por lo tanto, bajo rendimiento académico.

- Poca demanda estudiantil por carreras que incluyan en sus unidades curriculares asignaturas correspondientes al área de química.

- En algunos vasos una falta de preparación lógica para los alumnos egresados de las carreras que tengan química en sus unidades curriculares.

Una de las tendencias de los estudiantes del ciclo medio y diversificado, es el rechazo a la enseñanza de las ciencias básicas como la química, la física y las matemáticas, esto ha traído como consecuencia un rendimiento académico muy bajo de los estudiantes en estas áreas, situación que se ha ido acrecentando a medida que pasan los años, aunado también al desinterés que tienen estos alumnos de estudiar carreras científicas, un problema aun mayor debido a que cada año existen menos profesores capacitados para enseñar estas ciencias.

La enseñanza de la química se halla en crisis a nivel mundial y esto no parece asociado a la disponibilidad de recursos de infraestructura, económicos o tecnológicos para la enseñanza, ya que en “países ricos” no se logra despertar el interés de los alumnos. Efectivamente, en la última década se registra un continuo descenso en la matrícula de estudiantes en ciencias experimentales en el nivel de escolaridad secundaria, tanto en los países anglosajones como en Latinoamérica, acompañado de una muy preocupante disminución en el número de alumnos que continúan estudios universitarios de química.

Asimismo, en todos estos países, independientemente de su estado de desarrollo, se observa una disminución en las capacidades en los estudiantes que comienzan las asignaturas de química, que son básicas para otras carreras universitarias o terciarias tales como Medicina, Bioquímica, Nutrición y Enfermería, entre otras. Paralelamente, la Química, como disciplina científica, abre continuamente nuevas etapas de producción de conocimientos, como la química sustentable, la biología molecular, la nanoquímica, cuyas enormes potencialidades parecen de ciencia ficción a la luz de los conocimientos actuales.

Influencia de la imagen social de la química

La sociedad es un factor de suma importancia sobre la enseñanza de cualquier asignatura, en estas están planteados los patrones de enseñanza que se van implementando a través de los años y las tendencias que evalúan que asignaturas son “mejores” o menos complicadas que otras. Los profesores deben de tener presente que “ciertas” relaciones entre la química y la vida cotidiana ya viene con las ideas, opiniones o creencias que los estudiantes tienen, debidas al impacto del entorno y, especialmente, de los medios de comunicación social.

A través de los años se ha ido creado una imagen errada de la química debido a que es una ciencia de la cual se necesita desarrollar una amplia capacidad conceptual para su entendimiento. Debido a esto, los estudiantes van predispuestos a que no entenderán esta asignatura, la califican como complicada, aburrida, peligrosa e innecesaria para su vida. Se tiene una imagen negativa de la química y de sus repercusiones en la sociedad y en el ambiente. Sobre todo, si se compara esta imagen con la percepción positiva que se tiene socialmente, por ejemplo, de la Biología o la Medicina. A la química se le relaciona con la energía nuclear, el armamento, la contaminación ambiental, entre otras. Mientras, por ejemplo, a la biología se le relaciona habitualmente con la conservación del medio ambiente, la mejora de la agricultura o la lucha contra las enfermedades.

Respecto a estos estereotipos sociales existentes en los que se asocia el adjetivo “química” con nocivo o antinatural, los docentes no pueden ser neutrales, es preciso que sean beligerantes y salir al paso de una visión socialmente descontextualizada de la ciencia y de los científicos donde es habitual acusar a la ciencia y a los científicos del origen de todos los males.

Se ignora que es la sociedad, es decir todos y todas, los que usamos los conocimientos científicos para encontrar soluciones que cubran nuestras necesidades. Al encontrarlas valoramos los beneficios y riesgos de nuestras decisiones y actuamos en consecuencia. Es por eso que ha de preocupar a los docentes preparar futuros ciudadanos bien formados en química para que se pueda decidir democráticamente y de manera fundamentada lo que nos interesa socialmente.

Posibilidad de aumentar la motivación en clase de química

Independientemente de cómo llegan los alumnos a las clases de química, el interés, la motivación y, en general, las distintas dimensiones de las actitudes de las personas van cambiando conforme van viviendo nuevas situaciones. Y estas nuevas situaciones