Sobre la guerra. “Un pueblo escéptico sobre la fiesta de la guerra, Maduro para el conflicto es un pueblo maduro para la paz
Enviado por Ledesma • 12 de Enero de 2018 • 1.836 Palabras (8 Páginas) • 524 Visitas
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al respecto, el cual seguiré comentando es que algunas especies vivientes bien sean insectos o animales superiores y muy en especial la raza humana tiende a postergar, alargar o enfrentarse de alguna manera a la ley de la entropía. El caso de los seres humanos, para mi es realmente impactante porque podría ser una excepción a la ley de la entropía “dentro de unos límites de tiempo determinados”.
Derivada 2. Es preciso construir un espacio social y legal en la cual los conflictos puedan manifestarse y desarrollarse.
El conflicto es parte de nuestra convivencia social, surge desde que nacemos cuando necesitamos aprender a vivir haciendo uso de muchas herramientas para asegurar nuestra sobrevivencia. Luego, la vida familiar nos enseña a negociar con las demandas contradictorias u opuestas de nuestros padres y el medio ambiente. En el camino de crecer, desarrollarse y diferenciarse de los demás, tratando de alcanzar metas propias, el ser humano siempre estará determinado por las limitaciones de un universo con recursos insuficientes y demandas crecientes. De este modo la vida sin conflictos es una falacia pues sin ellos nos privaríamos de la oportunidad para desarrollar nuestras habilidades pues se aprende a través y gracias al conflicto.
La interacción y desarrollo del ser humano en sociedad se suscita por etapas que son generalmente situaciones de cambio movilizadas por el conflicto generado por la etapa anterior que no se resolvió totalmente.
Entendiendo el conflicto como una incompatibilidad entre conductas, percepciones, objetivos o afectos entre individuos y grupos que definen estas metas como mutuamente incompatibles, podemos decir que en éste intervienen conducta y afectos, elementos básicos del conflicto.
4. Texto
todos tenemos un concepto diferente de lo que es la guerra, algunos podrían opinar que muchas veces nos genera grandes cambios para bien de la sociedad y para mal de la misma, muchas veces genera destrucción de familias, de viviendas y lo más importante la muerte de inocentes, por otro lado, de alguna manera podríamos decir que gracias a ella vivimos en un país sin cadenas y mayores libertades.
Pero no por ello hay que confundir las cosas, muchos países hacen guerra no para un bien común o de la sociedad, Hacen guerras solo por mayor poder, ambición incluso mayor territorio.
Yo pienso que para combatir la guerra debemos empezar por cambiar nuestros propios problemas.
Hay una idea muy extendida que se ha venido repitiendo una y otra vez en la opinión pública local, relacionada con las violencias que nos afectan; esta idea asume que la mayoría de situaciones de enfrentamiento agresivo en la ciudad se explican por un factor de intolerancia, es decir, releva el hecho de que cierto tipo de comportamientos de la población distan mucho de ser ciudadanos; nos envía el llamado a que nos comportemos bien para superar las críticas situaciones de violencia.
Algo tendrá de verdad empírica este argumento; sin embargo, dadas las situaciones de la ciudad, nos parece insatisfactorio y hasta equívoco, en la medida en que distrae de la comprensión más amplia de las fuentes de conflictividad urbana y por lo tanto hace que la acción pública y colectiva sobre estas problemáticas no enfrente como se debe los factores que están generando crisis en la vida urbana.
En ese sentido, es necesario focalizar y entender las expresiones de los conflictos actuales que se viven, para poder tener una mirada acerca de cómo estos se relacionan y encadenan de tal manera que afectan y ponen en vilo las relaciones de convivencia de los ciudadanos, es necesario hacerles seguimiento a los conflictos relacionados con los siguientes temas: Transporte público, agua, vivienda, mercados informales, espacio público, hurtos, tráfico y distribución de estupefacientes.
Colombia sigue viviendo un conflicto armado, degradado y persistente, es el viejo conflicto de los años cuarenta por la tierra y la participación política con garantías, que tuvo un capítulo que se agudizó con el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, generando una década de violencia en el campo. Este hecho motivó la expulsión de tres millones de personas, de los doce millones de pobladores que vivían en el país. Esta violencia dejó entre doscientos y trescientos mil asesinatos y unas profundas heridas donde se incubaron las guerrillas de los años sesenta y que no sanaron con el Frente Nacional.
En el ámbito social, hay algunos que opinan que la entropía social es, por acción y definición, un fenómeno cíclico, complejo y dinámico, a partir del cual puede afirmarse que toda sociedad tiene en sí misma el germen de su diversidad, de su progresión, pero también del caos necesario para engendrarlo. Mi comentario al
respecto, el cual seguiré comentando es que algunas especies vivientes bien sean insectos o animales superiores y muy en especial la raza humana tiende a postergar, alargar o enfrentarse de alguna manera a la ley de la entropía. El caso de los seres humanos, para mi es realmente impactante porque podría ser una excepción a la ley de la entropía “dentro de unos límites de tiempo determinados”.
El conflicto es parte de nuestra convivencia social, surge desde que nacemos cuando necesitamos aprender a vivir haciendo uso de muchas herramientas para asegurar nuestra sobrevivencia. Luego, la vida familiar nos enseña a negociar con las demandas contradictorias u opuestas de nuestros padres y el medio ambiente. En el camino de crecer, desarrollarse y diferenciarse de los demás, tratando de alcanzar metas propias, el ser humano siempre estará determinado por las limitaciones de un universo con recursos insuficientes y demandas crecientes. De este modo la vida sin conflictos es una falacia pues sin ellos nos privaríamos de la oportunidad para desarrollar nuestras habilidades pues se aprende a través y gracias al conflicto.
La interacción y desarrollo del ser humano en sociedad se suscita por etapas que son generalmente situaciones de cambio movilizadas por el conflicto generado por la etapa anterior que no se resolvió totalmente.
Entendiendo el conflicto como una incompatibilidad entre conductas, percepciones, objetivos o afectos entre individuos y grupos que definen estas metas como mutuamente incompatibles, podemos decir que en éste intervienen conducta y afectos, elementos básicos del
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