Tratados internacionales.

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Antes de la Convención de Viena sobre el Derecho de los tratados de 1969, el régimen de los tratados se regia por el derecho consuetudinario, la jurisprudencia internacional y, en ocasiones, la política del poder.

LAS RELACIONES INTERNACIONALES CONTEMPORANEAS Y EL SURGIMIENTO DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES

La situación mundial posterior a la Gran Guerra (1914-1918), era devastadora. La primera guerra mundial duró más de cuatro años que cobró más de 9 millones de vidas, dejó también un devastador cambio político, de crisis económica y de inestabilidad social. Debido a esto, algunos Estados como Francia, Reino Unido y Estados Unidos de América vieron la necesidad de crear un nuevo orden político y social mundial para sobreponer los intereses en común que tenían las personas a sus diferencias culturales, geográficas y raciales.

La guerra terminó oficialmente con el Tratado de Versalles, un tratado de paz que concedía a Alemania la responsabilidad de haber comenzado la guerra y la obligaba a desarmarse y a realizar grandes concesiones de territorio, con el fin de pagar los gastos de guerra.

El tratado de Versalles contenía también, algunos de los 14 puntos propuestos por el Presidente Estadounidense, los cuales hablaban de la creación de una organización promotora de paz.

En este contexto, se fundó la Sociedad de Naciones de 1919, con sede en Ginebra, Suiza, la cual estaba normada por un acuerdo que comprometía a los Estados firmantes a no utilizar la guerra como medio de solucionar sus conflictos. A fin de fomentar la cooperación entre las naciones para garantizarles paz y seguridad.

CONVENCIÓN DE VIENA

Los tratados son acuerdos entre sujetos de derecho internacional, los cuales están regidos por el Derecho Internacional Publico. Debido a la importancia que adquirió el derecho convencional, en 1949 la Comisión de Derecho Internacional de la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió codificar la materia de tratados. Fue así que logró concluir un proyecto en 1966, el cual fue adoptado en la Conferencia de Viena en 23 de mayo de 1969.

El primer relator produjo cuatro informes, de los cuales tres eran sobre tratados y uno sobre reservas en los tratados multilaterales. Luego se fueron designando más relatores, hasta que por ultimo, se designó a Sir Humphrey, quien hizo seis informes sobre los cuales la Comisión de Derecho Internacional elaboró el proyecto de convención que se aprobó en 1969.

Para el desarrollo del marco conceptual en materia de tratados internacionales debó señalar que la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969 redujo la noción de tratado en el articulo 2º al decir que “se entiende por tratado un acuerdo internacional celebrado por escrito entre Estados y regido por el derecho internacional, ya conste en un instrumento único o en dos o mas instrumentos conexos y cualesquiera que sea su denominación particular”. De acuerdo a esta definición, se deduce que la Convención se aplica únicamente a tratados celebrados entre Estados, los elaborados por escrito y a aquellos que están regidos por el Derecho Internacional Publico.

La comisión de Derecho Internacional decidió circunscribir la Convención a los acuerdos celebrados entre Estados, en la cual excluía a los celebrados entre Estados y organismos internacionales. La razón de esto, según la propia comisión, es que se hubiera retrasado y complicado excesivamente la preparación de dicho proyecto, y por esto, se decidió que los tratados celebrados entre los organismos internacionales o entre organismos internacionales y Estados, serian objeto de otra convención, la cual fue adoptada en 1986.

Según la definición de la Convención, el segundo requisito es que el tratado sea por escrito, excluyendo así a los acuerdos verbales. Actualmente resulta muy difícil pensar en acuerdos internacionales verbales, pero a pesar de ello, si se diera este supuesto, la convención de Viena no afectaría el valor jurídico de los mismos. Además, si bien en la Convención de Viena se excluyeron los acuerdos verbales, el derecho internacional los acepta, como lo ha reconocido la jurisprudencia.

También la Convención exige que los tratados internacionales celebrados entre Estados y por escrito se encuentren regidos por el Derecho Internacional Publico. Se excluyen asi, a aquellos celebrados entre Estados que estén regulados por el derecho interno de alguna de las partes o por algún otro derecho interno. Podría aquí mencionar un ejemplo de acuerdo como lo sería la compra, por un gobierno a otro, de un terreno o edificio para una embajada, el cual queda sujeto al derecho interno de uno de los Estados.

Cabe señalar que el hecho de que se celebren acuerdos internacionales fuera del ámbito de aplicación de la Convención de Viena, no afecta la validez jurídica de los mismos y no impide que se les apliquen normas enunciadas en la Convención de Viena, a las que estén sometidos en virtud del Derecho Internacional Publico.

Los tratados internacionales de acuerdo con la Convención de Viena se rigen bajo tres principios:

1. El principio “Pacta sunt servanda": De origen consuetudinario, en su articulo 26 afirma la obligatoriedad de los tratados respecto a las partes, el cual añade además, la necesidad de su cumplimiento de acuerdo con la buena fe.

2. El principio de que los tratados sólo crean obligaciones entre las partes o “res inter alios acta”: Un tratado no puede obligar a los sujetos que no han participado en él, puesto que, naturalmente, no han podido dar su consentimiento.

3. El consentimiento es la base de la obligación jurídica “ex consenso advenit vinculum”: Es la base de las obligaciones convencionales y por lo tanto rige no únicamente para la celebración inicial del tratado sino para los diversos actos que se derivan del original como: la adhesión, la terminación, la modificación, etc.

Como en todo tratado, no pueden faltar las etapas de proceso para su celebración las cuales son las siguientes:

- Negociación

- Adopción del texto

- Autenticación del texto

- Manifestación del consentimiento

La negociación tiene por objeto lograr un acuerdo entre las partes con el fin de determinar las cláusulas del tratado, pero esta fase no se encuentra regulada de forma autónoma en la Convención de Viena.

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