Un hábito es el resultado de una acción que repites frecuentemente de forma inconsciente.
Enviado por Helena • 29 de Enero de 2018 • 3.688 Palabras (15 Páginas) • 431 Visitas
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Las personas dependientes necesitan de los otros para conseguir lo que quieren, las independientes consiguen lo que quieren por esfuerzo propio y las interdependientes combinan sus esfuerzos con los esfuerzos de otros para lograr un éxito mayor.
El primer hábito, sea proactivo: la proactividad es una actitud en la que la persona u organización asume el pleno control de su conducta de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, escuchar nuestro lenguaje , actuar uno mismo, comprometerse y mantener los compromisos. La proactividad no significa sólo tomar la iniciativa, sino asumir la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan; decidir en cada momento lo que queremos hacer y cómo lo vamos a hacer, el estimulo y la respuesta son partes de los hábitos de la persona y nuestra mayor fuerza es la libertad interior de elegir, nuestra conducta es una función de nuestras decisiones.
Una persona proactiva debe tener iniciativa y estar alerta para influir en las soluciones es resolver los problemas que se presenten en la empresa siempre y cuando se tome la decisión correcta que resulte necesaria, con principios correctos y finalmente realicen la tarea.
En la palabra "responsabilidad", se encuentran las palabras «responder» y «habilidad»: habilidad para elegir la respuesta. Las personas muy proactivas reconocen esa responsabilidad.
El autor nos dice que es importante distinguir entre el “tener” y “ser”, consiste en no mentalizarse en el “tener” en: si tuviera más dinero, si tuviera un trabajo mejor. Debemos mentalizarnos en el “ser” de puedo ser mas paciente, más honesto, cariñoso. Debemos entonces mentalizarnos en lo que está dentro de nosotros y no en lo que no está dentro de nuestro alcance.
Siempre que pensemos que el problema está allí afuera, este pensamiento es el problema. Otorgamos a lo que está ahí afuera el poder de controlarnos. El paradigma del cambio es entonces de afuera hacia adentro: lo que está afuera tiene que cambiar antes de que cambiemos.
Segundo hábito: Empiece con un fin en mente, este hábito se aplica en diferentes situaciones de nuestra vida, significa comenzar con una clara comprensión de nuestro destino, saber a dónde se dirige, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está y dar siempre los pasos en la dirección correcta, consiste en empezar el día con la imagen, el cuadro, o el paradigma de vida como marco de referencia o criterio para examinar todas las cosas.
Empezar con un fin en mente se basa en el liderazgo personal, en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero una creación mental y luego una creación física. A menudo las personas que se desempeñan en cualquier rama se encuentran logrando victorias vacías, éxitos conseguidos a expensas de cosas que creen que son mucho más valiosas, a menudo luchan por lograr ingresos más altos, más reconocimiento o un cierto grado de competencia profesional, sólo para descubrir que su ansiedad por alcanzar la meta les ha privado de cosas que realmente importan y que ya han quedado fuera de sus posibilidades.
El grado con que uno empiece con un fin en mente determina a menudo si se puede o no crear una empresa de éxito. El modo más efectivo, consiste en elaborar un enunciado de la misión centrándose en los valores o principios que dan fundamento al ser y al hacer. Este enunciado debe ser personal, positivo, en tiempo presente, visual y emocional y debe ser redactado en términos de los roles más importantes de nuestra vida que proporcionen equilibrio y armonía.
Todos tenemos un centro que por lo general no lo reconocemos, la mejor manera que podemos identificar nuestro centro es examinado los factores que sustentan nuestra vida. Al centrar nuestra vida en principios creamos la base solida para el desarrollo de los cuatro factores sustentadores de vida, pues los principios no cambian, no reaccionan ante nada ni mueren, los principios son verdades profundas y fundamentales.
Tercer hábito: Establezca primero lo primero, se refiere al poder de la voluntad independiente, interpreta la idea de la administración personal, y su aplicación inteligente posibilita que las personas puedan encontrar la diferencia entre lo importante y lo urgente para ser más efectivas. Este es el hábito de la creación física, el que resulta básico para comprender la calidad de las decisiones y acciones en el día a día.
Existen varias generaciones de aplicaciones inteligentes respecto a la administración del tiempo, cada una de las cuales ha logrado un avance sustantivo. La primera generación, basada en las notas y listas de tareas; pasando por la segunda, apoyada en las agendas; hasta la tercera, fundamentada en la administración del tiempo. El autor ha propuesto una cuarta que encuentra su sustento en la matriz de administración personal, en la que cada actividad puede ser clasificada según dos criterios: primero la Urgencia, aquellas actividades que requieren una acción inmediata. Segundo la Importancia, aquellas actividades que tienen que ver con los resultados. Así, cada actividad es susceptible de clasificarse en los siguientes cuadrantes: a) Urgente e importante: Administración por crisis; b) No urgente e importante: Administración proactiva; c) Urgente y no importante: Administración reactiva; d) No urgente y no importante: Administración inefectiva. Resulta obvio que es el segundo cuadrante el que resulta clave para el logro de la efectividad.
Para lograr la interdependencia debemos pasar primero por la dependencia, luego a la independencia como ya lo vimos en los hábitos anteriores así podemos decir que la interdependencia solo está al alcance de gente independiente a través de las técnica y actitudes que representan una diferencia en la interrelación humana, por lo tanto podemos decir que toda relación empieza en nuestro interior, en nuestro círculo de influencia, en nuestro carácter, volviéndonos proactivos, impulsados por estos principios podemos elegir la interdependencia construyendo relaciones ricas, verdaderas y productivas con otras personas.
La cuenta bancaria emocional es una metáfora de la confianza incorporada en una relación, como un sentimiento de seguridad que tenemos respecto a otra persona, estos depósitos pueden ser mediante la cortesía, la bondad, la honestidad manteniendo el compromiso y construyendo una reserva, las relaciones más constantes con las personas que interactuamos diariamente requieren depósitos más constantes.
La clave de todo depósito es la comprensión del prójimo, pero hay que tener cuidado al depositar pues estos deben tener
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