Una gran Participación y absentismo

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Las diversas normas de orden que caracterizan a la mayoría de las clases de primaria comparten un único objetivo: la prevención de las perturbaciones.

Las reglas de orden de la mayoría de las clases pueden ser agrupadas en cinco grandes tipos que se refieren a las cuestiones de: 1) quien puede entrar y salir del aula, 2) cuanto ruido es tolerable, 3) como preservar el aislamiento en un ambiente masificado, 4) que hacer cuando se concluyen antes de tiempo los trabajos asignados y 5) hasta qué grado del equivalente de la etiqueta social debe establecerse en el aula.

Estas reglas se refieren no solo a las veces en que se espera que lleguen y se vayan los estudiantes, sino también a las sanciones en que incurren los retrasados, los procedimientos específicos para entrar y salir del aula y semejantes.

Un problema frecuente en las aulas de primaria consiste en el modo de impedir que los alumnos se molesten unos a otros durante los periodos de trabajo y estudio individuales.

Existe un modo de organizar reglas, que puede observarse en acción en la mayoría de las aulas de primaria

Las técnicas de tratamiento de estos hechos por parte del profesor se estudian habitualmente bajo la rúbrica general de gestión de clase.

Los educadores, sobre todo al comienzo de sus carreras, comprenden la importancia de estas destrezas de gestión y se preocupan en general por su capacidad para abordar este aspecto de su función profesional.

Existen 3 grandes estrategias para incrementar la participación de los alumnos más allá de los límites establecidos por las técnicas de gestión de la clase.

Una de ellas consistiría en alterar al currículum de manera que acercarse al contenido del curso a las necesidades y los intereses de los estudiantes, otra agruparía a los alumnos de manera que pudiera crearse un ensamblaje mejor con el contendía establecido del curso, y la tercera seria proporcionar novedad, humor e interés humano en una lección o avivar de algún modo una actividad por lo demás aburrida.

En ellas hay dos géneros diferentes, uno consiste en el mantenimiento de las condiciones apropiadas de trabajo, con la prevención o eliminación de las perturbaciones extrínsecas y la otra se refiere a la adecuación del contenido del curso, al encaje entre los alumnos y el material que se está estudiando.

Las diversas normas de orden que caracterizan a la mayoría de las clases de primaria comparten un único objetivo; la prevención de las perturbaciones

La planificación de las unidades didácticas, el método de proyecto, la escuela de actividad, la planificación por parte del estudiante y metodologías semejantes fueron y continúan siendo, la característica de la moderna escuela primaria.

Existen al menos un respaldo de la lógica a la creencia de que los alumnos participaran más en las actividades en las que se interesan de un modo natural, que en aquellas que les han preseleccionado y que no guardan relación alguna con sus preocupaciones inmediatas.

Aunque los métodos de animar una clase sean demasiado numerosos para catalogarlos, las técnicas principales resultan suficientemente bien conocidas para hacer innecesario incluso un detallo parcial.

David Ryans presenta datos en su libro sobre las características de la personalidad de los profesores, que muestran que los docentes considerados como estimulantes y creativos solían tener alumnos a quienes juzgaron más atentos que apáticos, además de todas las características de los profesores calificados por Ryans y sus colaboradores, las de estimulantes y creativos fueron las únicas que parecían poseer un efecto visible y consistente en la conducta del alumno.

La forma más permanente de vinculación al trabajo escolar es que se extiende fuera de los límites temporales de unas determinadas clases en incluso más allá de las fronteras físicas de la propia aula. William Heard Kilpatrick, situó el objetivo de la participación entusiastica de los alumnos en un punto tan alto de su escala que todo lo demás parecía relativamente carente de importancia.

Lo malo de estos planes para lograr la participación del estudiante es que existen límites respecto al nivel en que pueden ser empleados.