Vueltas de la vida

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Un día cuando pedía dinero sentado fuera de un supermercado se le acercó un hombre el cual le entrego una gran cantidad de dinero que le alcanzaba para comer y vestirse de una forma decente.

-Espero que con esto le pueda ayudar en algo señor, lamento no poder darle más.

Javier reconoció la voz de aquel hombre, lo miro detenidamente, vestía de traje, zapatos bien lustrados y un maletín en su mano derecha.

Miró su rostro y reconoció a Matías, no lo podía creer, el mismo chico pobre, moreno y enano del cual el se burlaba ahora se había convertido en todo un hombre.

Javier casi lo llama por su nombre pero se arrepintió, sintió vergüenza de su condición y de su vida, no quería que ahora sea Matías el que se burlara de él lo único que le dijo fue:

-Gracias señor, que Dios se lo pague.

Matías miro al mendigo con algo de pena al ver la manera de como vivía este hombre pero además sintió una extraña sensación, como si ya conociera a este hombre; después reconoció su mirada y su lunar en la mejilla, finalmente se dio cuenta, era Javier.

Este le llama por su nombre peo Javier niega ser esa persona e intenta huir pero Matías se lo impide.

Javier se ve obligado a contarle todo lo que le ocurrió para el este viviendo en la calle y al terminar le pide perdón por todas las burlas y humillaciones que le hizo sentir y que se merecía lo que le estaba pasando.

Matías le dice que lo perdona y que nunca sintió odio contra el y que lo ayudaría para que saliera adelante y pudiera volver a tener una vida digna.

Ambos se dan un fuerte apretón de manos y Matías lo invita a su casa para hablar del futuro que emprenderán juntos.