Hidrologia La hidrometeorología: el perfecto desastre

La hidrometeorología: el perfecto desastre

Por: María José Rivera Quintero

 Adriana Lucia Pachón Salgado

Quizás no muchas veces en la vida hemos escuchado hablar de la hidrometeorología y  lo importante que es para nuestra vida, pero ¿y por qué? Pues puede ser porque ni siquiera nos parece lo suficientemente importante el hecho de que cada vez hay menos recursos hídricos a nuestra disposición pero en definitiva es mucho más sencillo simplemente ignorarlo. Un ejemplo claro de esto es Colombia pues a pesar de que es uno de los países que cuenta con una mayor cantidad de recursos naturales también es unos de los países que posee mayor escases en todo el sentido de la palabra pero desde que no nos afecte nuestras apariencias todo está bien, así que para intentar erradicar esto principalmente debemos conocer los factores que afectan actualmente para así por lo menos conseguir no morir por un huracán, inundaciones o tormentas de nieve o granizo, fenómenos estudiados por la hidrometeorología.

Antes que todo, debemos conocer principalmente ¿qué es la hidrometeorología? Pues es considerada como: “es la ciencia (estrechamente ligada a la meteorología, la hidrología y la climatología) que estudia el ciclo del agua en la naturaleza. Abarca el estudio de las fases atmosférica (evaporación, condensación y precipitación) y terrestre (intercepción de la lluvia, infiltración y derramamiento superficial) del ciclo hidrológico y especialmente de sus interrelaciones. Comprende la observación, procesamiento y análisis del comportamiento de los elementos hídricos, fundamentalmente las descargas de los ríos y los volúmenes almacenados en embalses naturales y artificiales así como de los factores meteorológicos”. (JC, 1997). Es decir la hidrometeorología va mucho más allá de lo que se podría pensar, es el responsable de que aun sigamos vivos y más si se tiene en consideración todas las catástrofes y muertes que puede llegar a generar la fuerza del agua, aunque principalmente se debe entender es el responsable de todo esto, el cual se reduce exclusivamente al ciclo del agua, el cual empieza con el sol, que dirige el ciclo del agua, calienta el agua de los océanos, la cual se evapora hacia el aire como vapor de agua. Corrientes ascendentes de aire llevan el vapor a las capas superiores de la atmósfera, donde la menor temperatura causa que el vapor de agua se condense y forme las nubes. Las corrientes de aire mueven las nubes sobre el globo, las partículas de nube colisionan, crecen y caen en forma de precipitación. Parte de esta precipitación cae en forma de nieve, y se acumula en capas de hielo y en los glaciares, los cuales pueden almacenar agua congelada por millones de años. En los climas más cálidos, la nieve acumulada se funde y derrite cuando llega la primavera. La nieve derretida corre sobre la superficie del terreno como agua de deshielo y a veces provoca inundaciones. La mayor parte de la precipitación cae en los océanos o sobre la tierra, donde, debido a la gravedad, corre sobre la superficie como escorrentía superficial. (Desconocido, 2014)

Entre las muchas afectaciones que se pueden dar por medio del agua como lo son inundaciones, ciclones, huracanes, entre otros, el fenómeno del niño es una de las anomalías que más ha ido preocupando a los investigadores, debido a que es uno de los causantes de la generación de inundaciones y factores que han generado muchísimas muertes a pesar de que la estadística calcula el tiempo medio el número de días con precipitaciones de 88 estaciones pluviométricas con 30 años de datos y los datos de 26 estaciones con 20 a 29 años distribuidos en el estado de Goiás. El resultado final para el período de 30 años de datos estudiados, se encontró que había una tendencia a la disminución promedio anual de NDL -6,1% en Goiás. (Romero, Noronha Marcuzzo, & Cardoso Murillo, 2014)

De acuerdo con los escenarios de cambio climático que ha construido el Ideam, se considera que hacia 2050 el 60% de los páramos en Colombia habrán desaparecido. Parece incomprensible que en un país con numerosos recursos hídricos, rico en precipitaciones anuales y con cinco grandes vertientes hidrográficas, se avizore la escasez del agua. En el caso de Colombia los ecosistemas más susceptibles a desaparecer por efectos del cambio climático (variación en precipitación y temperatura) son los de alta montaña, páramos y glaciares. De hecho, las principales fuentes de agua están ubicadas en los Andes colombianos, específicamente en las cordilleras oriental y occidental, desde donde se origina la mayor oferta hídrica que consumen los colombianos, según César Ruiz, coordinador socio-económico de Conservación Internacional. Eso sin contar que Bogotá depende del 80% del agua que genera el Parque Nacional Natural Chingaza, mientras que el restante 20% lo producen el Páramo de Guerrero y el Parque Natural Sumapaz, que si no reciben atención, harán que las futuras generaciones estén en problemas. (Ortiz-Gómez R, 2005). Los factores por los cuales las fuentes se están secando y son más contaminadas tienen múltiples orígenes. “Por un lado, existe un antecedente histórico: la deforestación de los bosques andinos que se encuentran por encima de los 2.000 metros sobre el nivel del mar. La transformación de los páramos, que han debido ceder grandes porciones de tierra para ampliar la frontera agrícola del cultivo de diferentes productos, especialmente la papa, y el desplazamiento de comunidades en las partes altas de la montaña”, asegura Ruiz.