CORRECTA ALIMENTACIÓN Y EJERCICIO: BINOMIO PERFECTO CONTRA LA OBESIDAD Y GANANCIA DE PESO”
Enviado por tolero • 25 de Octubre de 2017 • 1.769 Palabras (8 Páginas) • 554 Visitas
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El ejercicio físico es un factor importante que facilita el adelgazamiento en el paciente obeso. Los objetivos de la actividad física son la reducción de la masa grasa corporal, mantenimiento de masa muscular y aumento de gasto energético basal para evitar la ganancia de peso, éstos efectos del ejercicio contribuyen a lograr un balance energético negativo inducido por el aumento del gasto total de energía y el déficit calórico del plan de alimentación indicado al paciente. Haciendo éste proceso, una herramienta importante para el mantenimiento del peso perdido.
Es por eso que el ejercicio aumenta el gasto total de energía corporal, facilitando la oxidación de las grasas al inducir el aumento de los requerimientos energéticos del músculo, que es el compartimento corporal capaz de oxidar los ácidos grasos especialmente durante un ejercicio prolongado de baja o moderada intensidad según se adapte a las necesidades del paciente. Desafortunadamente, perder peso a través de la dieta sin ejercicio físico, da como resultado una disminución de la masa libre de grasa durante el período de intervención nutricional e induce una reducción en la oxidación de grasas, lo que puede contribuir a la recuperación del peso.
Un estudio comparativo realizado entre individuos que se mantienen físicamente activos e individuos considerados como sedentarios menciona que ”el ejercicio físico impacta de mayor manera después de terminado el tratamiento con déficit de calorías en el proceso de pérdida de peso en pacientes con obesidad”(Strasser, 2013). Dicho estudio indica que los individuos que presentaron mayores niveles de actividad física presentaron niveles significativamente más bajos de recuperación del peso perdido mientras comían más calorías que las de una dieta con défict calórico. “La explicación más simple es que el aumento de actividad física ayuda a mantener el equilibrio de la energía que se ingiere y la que se utiliza.” (Strasser, 2013)
Existen estudios (Alizadeh, Mostafaee, & Mazaheri, 2015) que aseguran una relación entre la práctica de actividad física y los niveles de saciedad; de igual manera existen estudios que logran determinar que no importa el horario en que se realice el ejercicio; una sesión de ejercicio de intensidad moderada sin tener en cuenta el horario de ejercicio no afectó el apetito de los participantes. Sin embargo, las personas que realizaron ejercicio matutino reportaron mayores niveles de saciedad durante las comidas y mayor pérdida de grasa corporal en comparación con las personas que realizaron ejercicio vespertino, esto por los bajos niveles de glucosa durante el ayuno dando como resultado la utilización de grasa como energía para llevar a cabo la actividad física. (K, 2009). De igual manera, el estudió define al ejercicio físico matutino como un apoyo al “hambre” o “ansiedad”, sensaciones que regularmente presentan los pacientes con una dieta con déficit de calorías.
Habría que tomar en cuenta, que la cantidad de actividad física que se requiere para prevenir el aumento de peso puede ser mayor a la recomendada en las guías actuales de salud para la prevención de las enfermedades crónicas (30 minutos o más de actividad de nivel moderado en la mayoría de los días de la semana) en al menos 5 días de la semana para que no sea una persona considerada como sedentaria.
Estudios recientes (Fock & Khoo, 2013) han demostrado asociaciones nocivas a la salud por exceso de televisión, el sedentarismo en general está relacionado con la adiposidad central, los niveles de triglicéridos en ayunas, y los marcadores de resistencia a la insulina. Por consiguiente, las recomendaciones de salud pública constituyen un elemento fundamental para la prevención de la obesidad y enfermedades asociadas, por lo tanto, deben alentar tanto, el aumento de ejercicio físico estén o no en un tratamiento nutricional, así como también reducir los comportamientos sedentarios los cuales constituyen (Strasser, 2013)
En conclusión, el ejercicio físico es de suma importancia durante y después del tratamiento para la obesidad, sin importar el horario en que se realice, destaca la promoción de la salud, la prevención de la ganancia de peso y mantenimiento de peso perdido. En efecto, las personas físicamente activas y en forma son mucho menos propensas a ser obesos y padecer enfermedades crónicas comparadas con los individuos físicamente inactivos. Tomando en cuenta que la cantidad óptima de ejercicio necesario para prevenir el aumento de peso en adultos varía según la edad, el sexo y la ingesta de calorías.
REFERENCIAS
Alizadeh, Z., Mostafaee, M., & Mazaheri, R. (2015). Acute Effect of Morning and Afternoon Aerobic Exercise on Appetite of Overweight Women, 6(2). http://doi.org/10.5812/asjsm.6(2)20156.24222
Fock, K. M., & Khoo, J. (2013). Diet and exercise in management of obesity and overweight, 28, 59–63. http://doi.org/10.1111/jgh.12407
K, N. M. (2009). EJERCICIO Y QUEMA DE GRASA : ¿ COMER O NO COMER ANTES DE ENTRENAR ? EXERCISE AND FAT BURNING : ¿ TO EAT OR NOT TO EAT BEFORE TRAINING ?, 36(5), 72–74.
Manrique, M., Pía, M., Maza, D., Carrasco, F., Moreno, M., Albala, C., … Liberman, C. (2009). Diagnóstico, evaluación y tratamiento no farmacológico del paciente con sobrepeso u obesidad. Revista Médica de Chile., 963–971.
Okura, T., Nakata, Y., Lee, D. J., Ohkawara, K., & Tanaka, K. (2005). Effects of aerobic exercise and obesity phenotype on abdominal fat reduction in response to weight loss, 1259–1266. http://doi.org/10.1038/sj.ijo.0803013
OMS. (2010). Recomendaciones Mundiales de Actividad Física para la salud, 56.
Strasser, B. (2013). Physical activity in obesity and metabolic syndrome, 1281, 141–159. http://doi.org/10.1111/j.1749-6632.2012.06785.x
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