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ANÁLISIS CRÍTICO DEL LIBRO "ATILA, LOS SECRETOS DEL LIDERAZGO"

Enviado por   •  8 de Enero de 2019  •  2.190 Palabras (9 Páginas)  •  1.314 Visitas

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Cualquier organización precisa cambiar para sobrevivir, debe ser capaz de evolucionar y adaptarse a las nuevas circunstancias que marcan el ritmo de hoy, sin temor al cambio. Las empresas cambian de tamaño y ubicación, de personal y de objetivos y a pesar de todo ello siguen siendo las mismas. El papel del líder en este proceso de cambio es el de innovador que aporte ideas, quedando claro que de él debe partir la fuerza capaz de crear la cultura adecuada donde pueda florecer la innovación y la diferencia.[3]

La unión de todos los integrantes de la organización permitirá convertirla en una gran potencia. Es importante el respeto y la cortesía dentro de la organización. Los líderes deben inspirar respeto, que puede nacer del temor real o imaginario; sin embargo, cuando proviene del temor se traduce en desgano y resistencia pasiva a la autoridad y a los objetivos, pudiendo causar zozobra en la organización. Por el contrario, el respeto verdadero, ganado con el ejemplo, disciplina, compromiso, integridad, capacidad de tomar decisiones efectivas, acompañados de un pensamiento estratégico como en el caso de Atila, se traduce en una lealtad inquebrantable, deseosa de seguir a su líder.[4]

Una mala decisión puede acarrear graves consecuencias y es responsabilidad de quien la tomó, el asumirlas, pues como dijo Maxwell “un líder puede abandonar cualquier cosa, menos la responsabilidad final”.[5] Por ello, al escoger una alternativa, los líderes deben inclinarse por aquella en la que los beneficios superen los riesgos y los esfuerzos de la decisión. Atila nos enseñó que la toma de decisiones es un punto clave de la organización. Para ello, el líder debe confiar en sí mismo, sin esta confianza, no sabrá cómo arreglárselas en situaciones apuradas.

Atila nos demostró lo importante que es para un líder el infundir respeto entre sus subordinados así como el brindar respeto al personal que se encuentra bajo su mando, lo que permitirá generar el cambio dentro de la organización, pues sus integrantes esperan que sus líderes destaquen en determinadas ocasiones, no debiendo demostrar nunca superioridad sobre aquellos a los que dirige, sino tratar de demostrar su sencillez ante sus subordinados, lo cual puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso en su gestión, ya que por naturaleza, la gente sigue a líderes que son más fuertes que ellos mismos.[6]

Muchas organizaciones se levantan y caen debido a la energía de sus líderes y de la habilidad con que éstos desempeñan sus responsabilidades en el cargo, buscando ante todo lo mejor para ellas. Atila nos demostró que los líderes deben establecer un elevado espíritu de mutua confianza en los subordinados, iguales y superiores, buscando que adquieran nuevos conocimientos y experiencias, impulsando la creatividad, la libertad de acción de sus subordinados, en la medida en que estos esfuerzos estén en concordancia con las metas de la organización, debiendo establecerse claramente los objetivos a alcanzar.

Ninguna organización puede prevalecer si está dirigida por un sólo hombre y cada persona en su nivel debe aceptar las responsabilidades que le corresponde. El saber delegar es un principio fundamental para el éxito de un líder, por lo que el discernimiento, la experiencia y los deberes impuestos por el cargo, establecen el orden de la delegación. Los líderes jamás deben delegar responsabilidades que exijan su directa atención.

Se debe recompensar todos los actos que merezcan la aprobación de los líderes, por ello los ascensos y el reconocimiento están reservados exclusivamente para aquellos que sobrepasen los límites normales. No existe una fórmula clara para establecer qué recompensa es la más apropiada para cada ocasión. Cada líder debe establecer su propio criterio, siempre buscando reforzar la lealtad del personal. Atila nos enseñó que es muy importante el establecer un adecuado sistema de recompensas que permita incentivar la lealtad del personal, pero teniendo en consideración que el mal empleo de esta herramienta puede acarrear problemas a la organización.

Atila demostró conocer los principios de seguridad, guía, sabiduría y poder; las dos primeras bien fundamentadas, brindan una verdadera sabiduría y ésta se convierte en el motor para obtener y dirigir el poder, que según Covey “Cuando estos cuatro factores están armonizados, originan la gran fuerza de una personalidad noble, un carácter equilibrado, un individuo bellamente integrado”.[7]

Ningún líder logrará obtener siempre los resultados que espera, debiendo considerarse como un movimiento estratégico el estar preparado para asumir las consecuencias de una negociación adversa, buscando así minimizar las pérdidas que se pudieran producir. La pérdida momentánea de la dignidad, de la confianza en uno mismo y del poder de decisión, son emociones normales que acompañan a toda pérdida. Por ello, se debe aprender a superar el infortunio y los líderes deberán sacar las mejores conclusiones de los resultados negativos. Los líderes estratégicos deben hacer uso de sus habilidades de negociación para lograr la cooperación y el apoyo necesarios, para cumplir exitosamente una misión y satisfacer las necesidades del comando.[8]

Atila nos enseñó que la visión de futuro debe ser construida sobre la fortaleza de los aciertos del pasado y del análisis de los errores cometidos. Los líderes deben saber prever nuevos retos y oportunidades en todas las acciones y decisiones que tomen, tal como lo manifiesta Fishman: “El liderazgo no es un destino sino un viaje, y la visión nos traza la dirección. El viaje empieza cuando puedes ver la diferencia entre donde estás y donde quisieras estar. La visión es una imagen de un futuro posible, que inspira a actuar e inspira a otros a actuar a su vez”.[9]

Durante el desarrollo de la obra, se pudo apreciar que el autor resaltó el mantenimiento de los tres pilares del liderazgo militar por parte de Atila como Rey de los Hunos: organización, disciplina y honor.[10] Asimismo, gracias a su educación y visión de futuro, Atila pudo desarrollar conceptos que tienen aplicación en la actualidad en los aspectos político, militar, económico, social y tecnológico, relacionados con el Modelo Universal de los cinco factores.[11]

3. CONCLUSIONES

- Se rompió el paradigma de Atila como un “bárbaro” o el “azote de Dios”.

- El liderazgo de Atila tiene gran afinidad y correlación con algunos principios de la guerra, debido a que se desarrolló en una época donde la única forma de supervivencia de una nación era el combate permanente.

- Todas las enseñanzas

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