ANALISIS LITERARIO DEL TEXTO LA METAMORFOSIS
Enviado por tolero • 9 de Octubre de 2017 • 8.656 Palabras (35 Páginas) • 1.039 Visitas
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Llego el intendente para averiguar el porqué de la tardanza. Gregorio con desesperación, se lanzó hacia el piso, su espalda amortiguo la caída. El padre, se acercó a la puerta, su madre afirmaba al intendente que se encontraba mal, y el padre continuó defendiéndolo y preguntando ¿Ya puede el señor intendente entrar a la habitación? Y Gregorio continuando negando la entrada, puesto que no quería que se supiese de su condición, al mismo tiempo empezó a escuchar llorar a su hermana, por la puerta de la derecha. Lloraba puesto que no quería que le quitasen el puesto, ya que sin trabajo Gregorio, estarían otra vez invadíos de deudas en esa casa (le debían algunos dineros al jefe de Gregorio).
El intendente le habló a Gregorio con palabras muy fuertes, en si le quiso decir que estaba siendo caprichoso y que estaba incumpliendo con sus deberes, agrego además que dichas palabras se las iba a decir en privado, pero, puesto que no abría la puerta de la habitación loas dijo en voz alta. Gregorio respondió en su defensa, que el día anterior se sentía muy bien, pero en la mañana se sintió con un mareo, y que esto impidió llegar temprano al trabajo, pero prometía el tren de las 8:00 am. El intendente disgustado dice a los padres: ¿ustedes escucharon lo que dijo tan sin sentido?
La madre sintió el notorio cambio de voz en su hijo, así que, envió a su hija Grete por el médico y a la criada Anna por un cerrajero. Ambas salieron corriendo. Todo permaneció en silencio. Gregorio se puso de pie, con la ayuda de su boca, tomo la llave, giro la cerradura, y abrió la puerta. En ese instante el intendente se acercó a la habitación, Gregorio aun sosteniéndose con la boca estaba detrás de la puerta sostenido de la cerradura; el intendente se asombró y camino hacia atrás siguiendo con su asombro. La madre y el padre estaban sentados en el comedor. La madre al verlo, cayó al piso y rompió a llorar, y así mismo hizo el padre.
Gregorio le dijo al intendente, que no se trataba de que fuese testarudo y caprichoso si no que en verdad, estaba en una situación de gran apuro, que a pesar de que estaba sujeto a contar todo tal como sucedió al jefe, no se lo contara a nadie más, puesto que no quería que la situación fuera más embarazosa de lo que ya era.
Gregorio empezó a hablar en su defensa, a pedirle al intendente, de que estuviera de su parte, pero el intendente continuaba su marcha hacia la salida; Ahora Gregorio se propuso a hablar con él, para así ganárselo, puesto que si él (el intendente) contaba lo sucedido, Gregorio podría quedarse sin empleo, el bien de su familia y de él mismo dependía de eso. Gregorio con agilidad trataba de llegar hasta el primer piso, la madre de Gregorio se tiró al comedor, donde aún los alimentos estaban servidos. Gregorio se olvidó por un momento de sus padres y continuaba su paso hacia el intendente, pero su padre le impedía el paso, con un bastón y un periódico enrollado, Gregorio suplicaba le diera paso, pero su padre sin dejarlo avanzar, lo enviaba a su habitación nuevamente. Con el temor de que su padre le diera un fuerte golpe en su cabeza o su espalda, se dio la vuelta lentamente y continúo hacia la habitación, vio que su cuerpo era muy grande y que no cabría por la puerta, su padre con un fastidioso silbido, lo perturbo de tal manera que Gregorio entro mal por la puerta, y se lastimo, su padre no abrió bien la puerta, le dio un empujón. Quedo en las paredes una mancha de sangre, Gregorio quedo herido, el padre cerró la puerta.
Capítulo II, La vida cotidiana de un insecto.
Gregorio, luego de un largo sueño despertó en la tarde, tenía en su lado izquierdo una gran llaga y se encontraba herido. Al parecer su hermana, en una cazuela le dejo leche azucarada con unos trozos de pan blanco, se dispuso a comer, zambullo su cabeza adentro de la cazuela. De un momento a otro, dejo de comer a pesar de que le gustaba la leche, sintió repudio y se alejó de la cacerola.
En la noche no se escuchó mucho ruido, su padre tenía acostumbrado leer en voz alta el periódico a su madre y a su hermana pero ya no lo hacía, por eso el silencio, en un momento pareció como si alguien quisiera entrar a la habitación, pero nadie ingreso a esta, y Gregorio continuo solo ahí, y empezó a reflexionar y pensar de cómo acomodar su vida de acuerdo a su nueva condición física. En la noche el hambre y la preocupación lo despertaban, y su conclusión siempre era de estar tranquilo y paciente y hacerse soportable para con su familia. Gregorio se encontraba debajo del sofá, su hermana abrió la puerta y pensó que había ido volando, cerró la puerta, pensó bien y entro a la habitación muy cuidadosamente, mientras Gregorio la veía bajo el sofá.
La hermana noto entonces que la cazuela estaba llena y que solo había comido un poco, retiro la cacerola. Gregorio pensaba que le traería algo mejor para comer, pero fue al contrario, le trajo algunas sobras, huesos y unas verduras casi que podridas y en la cazuela agua. Empezó a comer en la habitación y noto que sus heridas ya no le fastidiaban. Su hermana, quería entrar a la habitación y como seña de esto, giro la perilla con la llave, Gregorio, se devolvió debajo del sofá y vio cómo su hermana, se llevaba las sobras y lo que no se comió. Y así en adelante empezó a recibir su comida, la primera vez en la mañana y la segunda luego de la hora del almuerzo, su hermana empezó a acostumbrarse a la situación, cuando comía bastante decían: ‘que bien le ha gustado hoy’ y cuando no comía casi: ‘hoy volvió a dejarlo casi todo’.
Cuando escuchaba alguna conversación se pegaba al lado cerca de la puerta de dónde provenía el sonido. Mientras él comía, escuchaba a sus familiares hablando acerca de cómo debían comportarse con respecto a él. Ningún miembro de la familia quería dejar el piso solo, la criada decidió renunciar, y prometió llorando de felicidad, que no le contaría a nadie el más mínimo detalle a ninguna persona; así que la hermana y la madre se pusieron a cocinar.
La convivencia entre madre, padre e hija, era muy buena. Empezaron a hablar acerca de la situación económica, el padre tenía un negocio, lastimosamente quebró, y por eso Gregorio entro a trabajar arduamente. Comenzó a ganar la suficiente para solventar los gastos de la familia, y tenía en secreto de que enviaría al Conservatorio a su hermana, puesto, que tocaba muy bien el violín, e iba a dar esta noticia el día de Navidad. Ahora con su circunstancia, estos pensamientos eran inútiles, procuraba no hacer mucho ruido, a veces la fatiga no le permitía seguir escuchando, pero en lo más posible no hacia ruido para evitar que dejaron de hablar.
Ya
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