LA METAMORFOSIS DE SANCHO PANZA ANALISIS LITERARIO

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Sancho Panza es un personaje que por medio de sus aventuras cambia y evoluciona su carácter. Pero a pesar de que crezca, siempre tiene sus bases y las características fundamentales de un simple y rústico labrador, esto hace tan especial a Sancho el tonto sabio.

Capitulo XLV

“De cómo el gran Sancho Panza tomó la posesión de su ínsula, y del modo que comenzó a gobernar”

Cuando Sancho llegó a la ínsula Barataria, lo recibieron con mucho afecto y cariño. Posteriormente lo trasladaron a la iglesia y allí le dieron las llaves de la ciudad y lo aceptaron como gobernador perpetuo. Al momento lo llevaron al juzgado donde comenzó a ejercer como gobernador en unos juicios que le exhibieron los habitantes de la ínsula.

En el primer juicio: era un señor que le fue a pedir a un sastre que le diseñara una caperuza con una tela que él le llevaba, pero como era tan desconfiado y temía que el sastre se quedara con un trozo de tela y le pidió que le hiciera las máximas posibles, al final el sastre le dijo que le podía hacer cinco caperuzas. El problema estaba en que el sastre había hecho las cinco caperuzas prometidas pero diminutas con toda la tela que se le fue cedida. El sastre le exigía al hombre el dinero que se había ganado haciendo esas caperuzas, mientras que el hombre le exigía al sastre el trozo de tela que le había dado. Sancho al ver esto decidió que ninguno de los dos tuviera lo que pedía ya que ambos habían sido muy desconfiados con el otro.

El segundo juicio: un hombre había recibido prestados diez escudos de oros y no se los quería devolver a su dueño original porque decía que ya se los había devuelto. El primer hombre le dio al segundo un báculo que tenía en la mano y juro ante todos que ya se los había devuelto, acabando de jurar, le tornó a pedir el báculo. El segundo hombre reconoció que de pronto se había olvidado que ya se los había devuelto. Sancho al darse cuenta de esto le mando que le diese la caña al hombre que le había dejado los diez escudos y le dijo que con la caña ya estaba pagado. La sorpresa vino cuando el hombre rompió la caña y vio que dentro de ella estaban los diez escudos.

El tercer juicio: una mujer llegó ante Sancho diciendo que un hombre la había forzado en mitad de un camino y no la quería indemnizar. El hombre decía que la mujer se le había ofrecido y que ya le había pagado lo justo por esos trabajos. Sancho le dijo al hombre que le diese la bolsa que tenía llena de dinero a la mujer, y cuando se fue la mujer lo mando salir detrás de ella para recuperar la bolsa. Al cabo de un rato regresaron el hombre y la mujer solo que ambos unidos a la bolsa ya que la mujer no la quería soltar por nada del mundo. Sancho al ver esto le dijo a la mujer que se hubiera puesto tanto empeño en defenderse como lo está poniendo ahora en agarrar la bolsa nadie la habría forzado en el campo. Les mando ir y le devolvió la bolsa de dinero al hombre.

Anacronismo

Don quijote se considera una persona anacrónica debido a que en su época la figura de caballero andante ya no existía, solo existía en los distintos libros y obras de la edad media, al igual el leguaje que emplea Don Quijote en esta novela era el usado por los caballeros, él lo hablaba de esta forma ya que el pretendía ser uno de ellos. Por esto llamaron loco en repetidas ocasiones al caballero de la triste figura, por seguir a la letra sus libros de caballería.