Amadeus se encontraba en su casa, dispuesto a jugar al nuevo juego de Resident Evil de la Play Station 3 que había comprado hacia pocos días de la tienda de videojuegos y que estaba deseando probar, cuando de pronto, sonó el teléfono.
Enviado por Stella • 28 de Marzo de 2018 • 2.109 Palabras (9 Páginas) • 559 Visitas
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Necesitaba recoger suministros por si las cosas se complicaban y tenia que quedarse en casa algunos días o algunas semanas, y en el peor de los casos, meses, o eso es lo que decía aquel manual que se compro por curiosidad en una librería, titulado ¨Sobrevivir a un apocalipsis¨
- ¿Suministros? – pensó – ya estoy pensando como en esas películas
Pero no. Aquello parecía ser grave, por lo que tenia que conseguir a toda costa, alimentos y agua para quedarse encerrado en casa hasta que pasara aquello. Era lo mejor que podía hacer en alerta máxima. Iba a ser precavido y tener en cuenta esos informes para evitar ser contagiado.
Lo ultimo que quería es convertirse en un ¨muerto viviente¨.
Cuando llego a la calle del supermercado mas cercano, dejo de correr. Pero lo que vio, lo dejo sin palabras.
Había coches parados en mitad de la calle. La mayoría estaban estrellados unos con otros como si hubiera ocurrido un enorme accidente. Se escuchaban gritos y numerosas personas corrían escandalizados y horrorizados por algo. Aquello escapo de toda su lógica. Vio una ambulancia parada a un lado, con las luces puestas, enfoco la vista y vio a lo lejos una patrulla de policía dando ordenes a diestro y siniestro a un par de enfermeros que estaban recogiendo unos cuerpos inertes que estaban tendidos en el suelo.
- ¿Qué esta pasando?. No puede ser verdad. No esta ocurriendo. – dijo Amadeus, mientras la voz se cortaba de la histeria que lo consumía
El muchacho se acerco y logro ver a una chica de pelo castaño y ropas sucias. Caracterizaba unos rasgos deformados y unos ojos que no parecían tener vida propia pero lo que mas le impacto fue que tenia la mandíbula rota y los dientes llenos de sangre escurriendo por su barbilla.
- Maldita sea, es un zombie. No puede ser. Maldición. – susurró sin poder creerlo
De repente, aquella chica de oscuros cabellos se percato y comenzó a atacar miembros médicos y parte de los agentes de policía. Estos, les amenazaron que se quedase quieta pero aquella ¨alma viviente¨ no parecía escucharlos y no dudó en lanzarse hacia ellos, como si fuera un animal que quisiera devorar a su presa.
Los policías, sin mas remedio de defenderse, comenzaron a dispararle pero no parecía efecto. Aquella chica que apenas tenia un aspecto aun humano, con sonidos roncos e hiperactividad, se levantaba una y otra vez, volviendo a la disposición de morder a cualquiera de los agentes. Hasta que… uno de ellos tuvo el valor de alzar sus manos temblorosas, apuntando a la cabeza de aquella chica y entonces, todo se vio como un milagro.
Su cabeza voló en mil pedazos. Sangre y vísceras estallaron en todas direcciones salpicando todo lo que había alrededor e incluso a varias personas que estaban demasiado cerca de aquello.
Posteriormente todo se convirtió en caos. Disparos, sangre, gritos y muerte.
El muchacho fue entonces cuando salió del estado de shock. Vio a su alrededor miles de personas correr como locas con comida, agua y demás suministros como si les fuera la vida en ello. Los mas sorprendente es que se lo estaban llevando sin pagar delante de la policía. Amadeus miro a su espalda y vio que los cajeros del supermercado estaban vacios. No había ningún empleado en el local, ni siquiera estaban los encargados para atender a los clientes.
Aquello no era normal. Nada normal.
Entró rápidamente y comenzó a correr por la estancia, adentrándose por los pasillos con los nervios a flor de piel, sintiendo como los pulmones del ardían del cansancio. Una mochila apareció ante sus ojos y la cogío de un manotazo sin pensárselo dos veces.
Cuando de pronto, alguien toco su hombro.
- Carajo – voltea lentamente preparando un movimiento táctico – Maddie! – dice, abalanzándose con un abrazo y un beso - Perdóname si no estaba en casa, pero, ¿Cómo me encontraste? –
- No te preocupes – responde Maddie - y no fue nada fácil, te conozco, en estos casos, empezarías a actuar como en tus series de zombies. Solo date prisa recoge lo necesario y larguémonos. – apuntando a lo que necesitarian
Comenzaron a recolectar y que pudiera subir en un futuro: comida enlatada, botellas de agua, pilas, linternas, dos walkie-talkies, un botiquín y herramientas afiladas. Para en caso de que corra de alguna necesidad usarlos.
Tenían todo listo, se colgó la mochila a la espalda y salieron de allí sin mirar atrás ni a nadie, queriendo escapar de todo aquello. Tenia que llegar a algún lugar seguro, lo que se convertiría en su refugio.
Al salir de ahí , dobló en una esquina y fue en dirección hacia una casa aparentemente alejada y silenciosa sin ningún rastro de aquel virus. Hasta que, tuvo la sorpresa, de que los zombies estaban caminando sin hacer ningún ruido, esperando a comer viva alguna presa que llamara su atención.
Maddie, veía que la mayoría tenia sangre en su boca, la cual se deslizaba y goteaba dejando charcos allá por donde pasaban. Empezó a temblar y a mirar a su alrededor asustada emitiendo movimientos sigilosos pero notables. Cuando uno de ellos empezó a lanzar gruñidos realmente desagradables, haciendo que los demás encendieran su apetito y dirigirse a su próxima comida.
Estaban en graves problemas. Y lo supieron cuando varias de las personas del supermercado las siguieron, como si fuesen sus guías de supervivencia, originando que una oleada de zombies acecharan a toda esa gente sin dejarla con una mínima escapatoria.
Amadeus, encendió su cerebro por impulso tratando de sobrevivir y buscar una salida hasta que, uno de esos lo tomo del pie, cayendo al suelo y poniéndose encima de el trato de comerle su rostro. Con un poco de fuerza, resistía todos estos acercamientos bruscos del zombie. Poco a poco dejo de tener la misma fuerza de aguantar el no ser devorado por esa cosa.
*Un objeto afilado atraviesa el cráneo del muerto viviente*
- Q-QUE? – sorprendido Amadeus retira el cadáver que estaba encima suyo – Maddie – se pone de pie
- A pesar de todas las veces que he querido que entiendas por lo que me hiciste sufrir, pero no es para que mueras – corren lejos del acto violento de los zombies
Caminaban entre las sombras de las calles, sintiéndose los mas seguros del mundo, pero su instinto
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