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BIOGRAFÍA DE ALONSO SÁNCHEZ BAUTE..

Enviado por   •  7 de Agosto de 2018  •  4.255 Palabras (18 Páginas)  •  386 Visitas

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Ahora que hablas de esto, ¿saben algo?, siempre te ha llamado la atención que los gay sean, en cuestión de alarde sexual, tan puritanos: mientras los hombres heterosexuales se la pasan vanagloriándose de sus conquistas ante sus amigos, los homosexuales no hacen más que ocultarlo. Supones que ello es así debido a que, al final, a nadie le gusta que le restrieguen después que tú eres una puta. Aunque a ti puta sí que te gustaría ser, al menos para conseguirte un marido millonario que te monte un apartamento y te lleve de viaje a Europa, como a tu amiga la William, que es mal polvo como ella sola – si lo sabrás tu –, y se levantó al viejo este dueño de una cadena de almacenes, y que tiene la tula más llena que un Santodomingo. Claro que es un viejo chuchumeco como de setenta años que imaginas se tomara su pastillita de Viagra cada noche para medio funcionar. «Pero que importa, dice la William, si no hay hombre rico que sea feo». Además, ya la llevo a pasera al otro lado del charco, le regalo carrito y la tiene viviendo en su apartacho de Los Rosales, y ahora, para más colmo, como que le va a regalar una cabaña en La Calera. ¿Qué más le pueden pedir a la vida, cierto? Y pensar que William es más perra que una actriz porno, y no exageras: como su maridito se la pasa viajando, siempre me te la encuentras en los saunas detrás de hombres casados, y en los cuartos oscuros detrás de tinieblitos, y en los baños de Granahorrar de tras de mensajeritos, y en el Terraza Pasgay detrás de camajancitos, y en los bares de la 68 detrás de soldaditos los sábados por la tarde, y hasta en el parque Nacional lo vites el otro día detrás de cualquier cosa que tuviese con que satisfacerlo. Por eso son los mejores amigos del mundo, aunque se detesten, porque si tú no la saluda va y le cuenta a todo el mundo que te vio en tal parte y, ¡ah no!, que no se sepa jamás que haces tú en tu tiempo libre, cuando todos creen que estas juiciecito sentadito ante tu maquina cosiendo los vestidos a las drags de la caja de pandora. Claro que también es tu amigo porque es que la loca hace unas fiestas pero ¡de ataque!, de muerte lenta las hijuemadre fiestas, madre mía: el día de Halloween sus reuniones ya sean vuelto tradición en esta ciudad. Y es que como ya tiene plata, invita todo al que sea gente, a todo el que tenga un nombre o una cara que mostrar y hace unas fiestas de padre y señor mío, con mesero vestidos de librea y concursos de disfraces hasta con premios de viajes Miami o a las Playas Jamaiquinas. La del año pasado, por ejemplo estuvo de morirse: arrendo una finca por Sopo y decoro todo el camino de llegada con antorchas; y el patio, todo cubierto con carpas cual fiesta en la mansión Carrington, repleto de mesas rodeadas de velos transparentes (¡tal cual y aparece en las películas!); y todo con velas por doquier, súper romántico; con arreglos florales de rosas don Eloy y todo; y con detallitos de buen gusto como cajistas de fósforos marcadas con las iniciales de los nombres de la parejita anfitriona, es decir, William y Guillermo, entre cruzadas, con una flecha de cupido por la mitad; y servilleticas color fucsia, también marcada idéntico a los fósforos; y cositas así, de estilo, de esas que ustedes pueden decir fácilmente que se las copio a la Yvana Trump. La loca de William, que mudo su atuendo tres veces aquella noche, llego vestida cual Scarlett, con un traje vaporoso y bello en blanco y morado obispo, montada en una carrosa tirada por caballos y conducida por un negro vestido como de esclavo, así como los de lo que el viento se llevó, porque el tema de la fiestas era, precisamente, esa película, y la casa estaba decorada como Tara, y Guillermo estaba disfrazado de Rhett Butler, y ese sí que era un disfraz, porque ese es más mujer que cualquiera y había que ver lo divertido que se ve vestido como un hombre; y más había que verlo bailar con ese andar cansino y angustiante, aun a sabiendas que un viejo cacreco como el ya no está para esas lides; William apareció luego con un vestido de manola blanco con bolas negras, diseño obvio de Pepa Tacones, con peineta y abanicó compañeros. Y finalizo la noche con un traje ajustado en lame dorado, bordado con canutillos de colores. Y para que la fiesta hubiese sido tan buena como la película solo falto que quemaran la casa, porque, pa' que, la reunión estuvo divina, y tú, por supuesto fuisteis el primero en llegar y el último en salir, para que te viera todo el mundo y supiera que tú también perteneces a ellos y son de la misma realeza. Aunque tú eres de más realeza porque tu sangre no es azul sino dorada, como la de Lucrecia Borgia, que es la única más perra que todas tus amigas juntas.

Perras: ¡de eso era que ibas a hablar tú! Pero, ya ven, siempre se te chispotea y terminas conversando de todo de todo de todo. Y ya que lo recordaste, les cuentas: sexo es todo lo que has tenido en tu perra vida. Amor, jamás; ternura, ni idea que es eso; comprensión, ¿Cómo se escribe? Pero sexo, sexo sí, todo el del mundo, de todo tipo y con todo el que se te ha antojado. Pero es que tú eres soltero, y hay mucho macho bueno por ahí buscando donde meter su cosita y tú, que tienes cipote temperamento abúlico, ¿Qué más puedes hacer? Claro que a ti te gusta estar es con quienes no te conocen, pues ellos no pueden decirle a nadie que te poseyeron, que fuisteis de ellos. Porque, eso sí, hasta que nadie pruebe lo contrario, tú eres más macho que el macho Camacho.

Por eso te encanta ir a los videos, que son unos sitiecitos de dos por dos donde hay un televisor y unas cuantas sillas para los salaces desprevenidos que allí van a ver pasar filmes porno y, claro, tú ves todo el tiempo a esos triplepapasitos de las películas clavándose y mamándose y tocándose y pegándose y escupiéndose y pateándose y, por san Sebastián que es tu santo protector, ¿Quién diablos no se excita? Todos terminan arrechísimos, y con la pinga afuera haciendo, ahí mismito, todo lo que ven en las películas. Y es que a ti, por ejemplo, te encanta repetir con tus amantes lo que ves en los videos. Una vez, por contarnos algo, conociste a un muchachito en un sitio de estos. Era, tal cual dice Alejandro Bechara, todo un gatito: pelaitico, lampiñito con una carita de impúber angelical, con el abdomen lleno de cuadritos y el pechito todo formadito. Lo vistes llegar y enseguida le echaste el ojo, pero el hijueputa, todo castigador, no te miraba ni para escupirte, y de repente se bajó los pantalones delante de todo el mundo y se sacó aquella cosota toda divina, así como la de Jeff Stryker, y comenzó a pajearse, y tu tocando el cielo con las manos, ¡que divino es el cielo, Señor! Así que te le sentaste en la silla de al lado para hacer lo tuyo, y el que se voltea y te mira, y tú que te arrechas más viendo esa miradita de pecado

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