Cambios en la Vida de Rubén Darío durante su Adolescencia

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Es en estos años que empieza a sentir con mayor fulgor el deseo por lo desconocido; sentía que su cuerpo se transformaba al igual que su espíritu pues se acentúan sus melancolías que no tenían una causa clara. Además de eso se despierta en Darío un deseo más ferviente por la pasión, el deseo, lo que lo hacía soñar.

Al hacerse frecuente su estadía en la capital de Nicaragua, se relaciona con gente de intelecto y con muchas influencias literarias, esto lo notamos precisamente en sus primeros escritos, en los que muestra un sentido muy nuevo para la literatura habitual de ese tiempo. Entre los escritos que podemos mencionar están “Primeras Notas”, luego uno de los más representativos de Darío como lo es “Azul”.

De ahí se viene en Darío un camino de ensueño, si se ve desde una perspectiva superficial, hablo de los viajes que empieza a hacer el poeta, la aventura tan sin rumbo y arriesgada que toma al dejar su tierra, es ahí cuando tiene contacto directo con las durezas de la vida. Aquí es cuando Rubén se comienza a desarrollar en la literatura ya no solo en verso, sino en la prosa, la redacción más elaborada y el desarrollo de su intelecto.

Es casi imposible hablar de la adolescencia de Darío sin hacer notar su desdén por los amores que encontraba en cada ocasión, pues si ponemos a volar un poco la imaginación y dejamos fluir los pensamientos podemos decir que era quizá un admirador de la belleza y escultura de las que son objeto tan delicado ser como lo es la Mujer.

Al analizar y meditar sobre el camino de cambios que sobrevinieron sobre Rubén Darío en su adolescencia, vemos que tenía dotes inimaginable. Pasó por situaciones difíciles; pero con astucia y el deseo de cumplir los sueños y aspirar a grandes metas, notamos que se superó. Y si bien es cierto en Darío no encontramos el mejor y más bonito ejemplo de superación, pero sí, encontramos en él, la viva y segura verdad de que a pesar de todo, lo único bello e importante de la vida es hacer lo que amas, vivir para lo que amas, ser lo que amas. Porque de qué sirve hacer tanto si no amas lo que haces y he ahí el sentido de cambiar los errores de la vida, pero sin perder la esencia de lo que somos y hacemos.