Cuestionario sobre Ética para Amador de Fernando Savater
Enviado por klimbo3445 • 27 de Diciembre de 2018 • 10.027 Palabras (41 Páginas) • 1.189 Visitas
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Análisis
El autor nos da a entender que debemos tener confianza en nosotros mismos, en nuestra propia inteligencia, ya que esto nos ayudará a conseguir lo que nosotros queremos. Debemos tener confianza ante todo y tranquilidad conforme avanza la situación.
Además, el hecho de que el autor no quiera decirle a su hijo de que se trataba lo que estaba haciendo, nos da a entender que hay veces en las que no estamos preparados para entender ciertas cosas, y que necesitamos de otros conocimientos o experiencias previas para posteriormente cuando se tenga el grado de madurez necesaria, se pueda comprender y aplicar a nuestra vida.
CAPÍTULO I “¿De qué va la ética?”
Resumen
En este primer capítulo el autor señala que ciertos conocimientos uno puede aprenderlos o no, a voluntad y que es posible vivir sin ellos, como la astrofísica por ejemplo. Pero, hay un saber que es imprescindible, el saber que hay cosas que nos convienen (lo que llamamos bueno) y otras cosas que no (lo malo). Los hombres podemos decir sí o no, esto es lo que nos diferencia de los animales, nosotros tenemos libertad. Y, cuanta mayor capacidad de acción tengamos, mejores resultados podremos obtener de nuestra libertad. Si no nos conocemos ni a nosotros mismos ni al mundo, no tendremos libertad. Aunque, existen muchas fuerzas que la limitan, el autor asegura que nadie cree que no es libre. Si bien, no somos libres de elegir lo que nos sucede, somos libres para responder a los que nos pasa de tal o cual modo. Por ende, podemos equivocarnos, y por eso debemos fijarnos bien en nuestros actos para adquirir un cierto saber vivir, lo que llamamos ética.
Análisis
Nosotros los humanos, tenemos lenguaje y a través de él podemos desarrollar nuestros pensamientos y forjamos una identidad. Somos libres de elegir qué hacemos y como vivimos nuestra vida. Pero, a pesar de que existen muchas formas de vivirla, no todas nos benefician. Y es en esto donde no hay un acuerdo entre los hombres, algunos creen que está bien mentir para obtener alguna ventaja, por ejemplo, y otros a los cuales les parece una mala idea. Distinguir entre lo bueno y lo malo es algo que todos intentamos adquirir y en lo que nos pasamos toda nuestra vida. No hay día en el cual no tengamos que elegir, si hacer esto o aquello, si hacer algo o no hacerlo. Si bien, cuando pequeños, somos psicosocio dependientes de nuestros padres llega un minuto en el cual debemos tomar nuestras propias decisiones. Debemos conocer el mundo y a nosotros mismos para ser libres, porqué siempre habrán fuerzas externas y situaciones de peligro o fortuitas que limitaran nuestra libertad y está en nosotros tener la capacidad de sobrellevarlas tomando la mejor decisión, aunque nos equivoquemos y nos lleve tiempo aprender debemos procurar analizar nuestros actos para acertar y llegar a esa buena vida la cual todos pretendemos vivir.
CAPÍTULO II “Órdenes, costumbres y caprichos”
Resumen
En el tópico de este capítulo el autor nos habla sobre que no podemos elegir lo que nos pasa, pero si podemos elegir que hacer frente a estas situaciones, diciendo que ante esto tratamos de elegir lo que nos conviene, surgiendo la siguiente interrogante, ¿hacemos siempre lo que queremos?
Como respuesta a esta pregunta, Savater propone que todo lo que hacemos lo realizamos por diversas razones, ejemplificando con situaciones de la vida diaria como, por qué nos levantamos en la mañana a la misma hora, por qué nos lavamos los dientes, o porque simplemente vamos a la escuela a diario, ¿Hacemos esto por costumbre, porque nos lo ordenan o porque simplemente lo queremos? Es ante esto que plantea que cada cosa que hacemos, la realizamos por un motivo (razón que se tiene o al menos se cree tener para hacer algo), y de acuerdo a esto es que podemos encontrar tres tipos de motivos:
a) Órdenes: Cuando se manda u ordena hacer alguna cosa, y de ello se espera un castigo o una recompensa.
b) Costumbre: Algo a lo que estas habituado a hacer y se realiza sin pensarlo y de manera mecánica.
c) Capricho: Es cuando el motivo es la ausencia de motivo, se hace algo por que le da la gana simplemente.
Análisis
Al analizar este capítulo y si se piensa en la libertad del hombre, y en la libertad que tenemos para elegir que hacer, además, teniendo en cuenta estos tres motivos, podemos darnos cuenta de que el concepto de libertad se ve realmente limitado.
Por ejemplo, si estudiamos alguna carrera profesional, supuestamente tenemos la libertad de elegir lo que queramos o simplemente no estudiar, pero, en el caso del niño que estudia derecho porque su padre, abuelo y antepasados estudiaron lo mismo, no lo está haciendo por costumbre, orden o miedo al castigo, ¿En dónde queda la libertad de escoger ante esta situación?
Si se piensa en ese sentido entonces, no podemos hacer lo que queramos, o, si hacemos lo que deseamos veremos que esto también puede traer consecuencias negativas para el resto, es decir, la libertad presentaría una especie de dualidad. Podemos hacer lo que deseamos, pero, si hacemos eso, también puede perjudicar al resto. Por consiguiente, podemos decir que el ser humano es libre, libre de elegir y escoger lo que prefiere y le conviene, además de hacer lo que quiera. Sin embargo, al hacer esto causa repercusiones en el entorno, por lo tanto somos libres en algunas cosas, pero siempre vamos a estar limitados por el resto, la libertad está restringida y depende también de la situación que se nos presente.
CAPÍTULO III “Haz lo que quieras”
Resumen
La libertad, temática de la que se preocupa la ética, no se trata solo de decidir, sino también de darse cuenta de lo que se está decidiendo. Por ello, Savater la cree como válida cuando ha sido pensada por un mínimo de dos veces, en donde la primera vez se piensa en el motivo de la acción por lo que se llega a la interrogante ¿por qué hago esto? Claro, porque me mandan. Pero ya en la segunda vez, la interrogante varía, ya que ahora nos preguntamos además ¿por qué obedezco lo que me mandan? ¿Me castigarán?, si obedezco, ¿tendré algún premio?, etc.
Nunca una acción es buena solo por ser una orden, una costumbre o un capricho; siempre se necesita del razonamiento para determinar si algo es conveniente o
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