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EL HOMBRE QUE CALCULABA..

Enviado por   •  14 de Abril de 2018  •  5.756 Palabras (24 Páginas)  •  542 Visitas

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De un momento a otro Califa se dirige a Beremiz indicando de que se observara bien a las bailarinas después de haberlo hecho este le cuenta que son gemelas y le piden el favor de que se fijen en el saludo para así poderlas distinguir con seguridad.

Después de haber finalizado el evento Beremiz se dirige a Califa diciéndole que las bailarinas eran maravillosas, hermosas y seductoras en forma femenina. Mientras que estas hermosas mujeres se encontraban bailando, Beremiz realizo su respectivo conteo de las franjas de los vestidos.

Beremiz se daba a conocer por su gran habilidad de contar ya que al momento de ingresar debe tener permisos. El ingenio humano de consagrar la resolución de uno de los grandes problemas de la vida. Beremiz indica que la matemática surgió en el despertar del alma humana y este llego a ser grande calculador ya que tenía un ansia de resolver el del universo.

El progreso de los hombres depende de las investigaciones abstractas o científicas del mismo año. Una teoría estudiada nos parece útil, ya que tendrá quizás planes hacia un futuro. No es conveniente olvidar las matemáticas ya que algunos les gusta calcular, medir y finalidades elevadas.

La matemática es uno de los caminos más seguros que debe escoger el hombre ya que esto hace sentir el poder de pensamiento, la magia y el espíritu. Estas matemáticas es una de las verdades y nos lleva a contemplar los grandes espectáculos de la naturaleza, Beremiz, aplica sus fórmulas algebraicas y algunos de los principios geométricos. Sin el sueño y la fantasía, la ciencia es muerta. El rey se le acerco aquel calculador al cual le dijo que el soñador venció y vencerá siempre al optimismo y la ambición.

Relata la historia del ajedrez. En la india existió un rey llamado Cadova el cual fue el que tuvo la guerra con el príncipe Calina. Durante la guerra murió el hijo de Adjamir hijo del rey esto fue tan triste que lo deprimió demasiado, el rey debido a la nostalgia que causo la pérdida de su hijo y la estrategia usada por su ejército, se la pasaba trazando horas y horas en una caja de arena y cuando terminaba la borraba y la volvía a hacer, para cada elemento del ejercito tenía un signo diferente. Un brabam cansado de ver a su rey así decidió crear algo que lo entretuviera y lo hiciera olvidar esa terrible tragedia. Un día llego ante el rey con una cuadrado dividido en 64 casilla, intercalando una casilla negra y una blanca, una negra y una blanca y así hasta llenar el cuadrado, el joven le explico las reglas y le dijo que significaban cada una de las piezas, el rey muy interesado en poco tiempo logro comprender el juego. Muy agradecido con el joven el rey lo manado a nombrar primer visir. Beremiz termino de contar la historia de ajedrez y el califa muy interesado por ella mando a escribir el hojas de algodón con letras de oro la historia contada por su nuevo amigo.

La vida del rey iadava estaba amargada cambio sus lujos de los cuales gozaba para empuñar una espada y lidear su ejército contra el de del aventurero Varangul pues hizo un ataque brutal que se decía príncipe de Calian. El choque violento de los dos rivales sembró de muertos los campos de Dacsina y tiñó de sangre las aguas sagradas del río Shandú el rey iadava creó un plan para detener el ataque de su enemigo y lo ejecuto también que logro quedarse con la victoria e impedir la invasión de su reino. Entre los muertos, quedó en el campo de batalla el príncipe Adjamir, hijo del rey Iadava, quien patrióticamente se sacrificó en el momento culminante de la lucha, para salvar la posición que dio a los suyos la victoria final.

El rey se encerró en su habitación tras el lamentable suceso y solo salía para casos extraordinarios, los sacerdotes rezaban plegarias para que el rey dejara sus penas y se concentrara en el reino.

Un día, finalmente, fue informado el rey de que un joven brahmán, solicitaba una audiencia que venía pidiendo desde hacía algún tiempo, el joven explico el motivo de la visita pues no quería que el rey se encerrara en su cuarto deprimiéndose.

El joven pensó en un juego para distraer el dolor del rey.

Lo que Sessa traía al rey Iadava consistía en un gran tablero cuadrado, dividido en sesenta y cuatro cuadraditos iguales; sobre ese tablero se colocaban dos colecciones de piezas, que se distinguían unas de otras por el color, blancas y negras, repitiendo simétricamente los motivos y subordinadas a reglas que permitían de varios modos su movimiento el joven les explico el juego

Sessa explicó con paciencia al rey, a los visires y cortesanos que rodeaban al monarca, en qué consistía el juego, enseñándoles las reglas esenciales: - Cada uno de los jugadores dispone de ocho piezas pequeñitas, llamadas peones. Representan la infantería que avanza sobre el enemigo para dispersarlo. Secundando la acción de los peones vienen los elefantes de guerra74, representados por piezas mayores y más poderosas; la caballería, indispensable en el combate, aparece, igualmente, en el juego, simbolizada por dos piezas que pueden saltar como dos corceles, sobre las otras; y para intensificar el ataque, se incluyen – representando a los guerreros nobles y de prestigio – los dos visires del rey. Otra pieza, dotada de amplios movimientos, más eficiente y poderosa que las demás, representará el espíritu patriótico del pueblo y será llamada la reina. Completa la colección una pieza que aislada poco vale, pero que amparada por las otras se torna muy fuerte: es el rey.

Al oír tales palabras, exclamó el rey Iadava, sin ocultar su entusiasmo:

Moviendo esas simples piezas, aprendí que un rey nada vale sin el auxilio y la dedicación constante de sus súbditos, y que, a veces, el sacrificio de un simple peón vale más, para la victoria, que la pérdida de una poderosa pieza

El rey ofreció al joven un obsequio lo que él quisiera por aliviarle las penas con ese juego, el joven rechazo cualquier cosa que el rey pudiera obsequiarle. El rey insistió al joven ordenándole que le recibiera una recompensa

El joven acepto, solo con una condición que le pagara con trigo el joven le dijo- Dadme un grano de trigo por la primera casilla del tablero, dos por la segunda, cuatro por la tercera, ocho por la cuarta y así duplicando sucesivamente hasta la sexagésima cuarta y última casilla del tablero. Ruego a vos, rey generoso, que de acuerdo con vuestra magnífica oferta, ordenéis el pago en granos de trigo, y así como te indiqué.

El rey asombrado acepto y mando a llamar a sus mejores matemáticos y les ordeno calcular cuánto grano

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