El General en su Laberinto.

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Simón Bolívar, el Libertador, murió acompañado de unos pocos en la Quinta de San Pedro Alejandrino, sin la gloria a la que estaba acostumbrado, sin Manuela, murió con el deseo ferviente de la unión por la que luchó, engañado por los oficiales que lo visitaron por última vez quienes le dieron falsas esperanzas de poder cumplir su más grande deseo, exagerando las buenas noticias y omitiendo las malas. Murió y con él su más grande sueño, la Gran Colombia.

Conclusión

Seguramente la imagen que tiene la gente de Simón Bolívar sea muy distinta a la que muestra Gabriel García Márquez en éste libro, pues todos lo conocen como el hombre con ideas libertarias que luchó por hacernos una sola patria soberana, pero al conocer la parte humana que se expone durante toda la obra es más fácil admirar a este ícono de la libertad, pues se logra conocer más de él que lo que hemos aprendido con el paso del tiempo, no solo es el hombre que ha ganado todas sus batallas y liberó a los pueblos del mando español, es el hombre, el ser humano que tuvo un gran ideal a lo largo de su vida y luchó por conseguirlo sin importar las circunstancias que no le favorecían hasta el fin de sus días, pero más aún éste libro logra impactar sobre la forma en la que vivió sus últimos días el hombre que ahora se recuerda como el heroico libertador de América, como murió sólo, odiado por aquellos por los que luchó, abandonado por los que estuvieron a su lado en los momentos de gloria y acompañado por muy pocos en su triste final.

Una de las reflexiones que nos deja la historia es cómo un hombre puede amar tanto a su pueblo y permitirse dedicar su vida a luchar por él, a liberarlo de aquellos que se creyeron dueños de él y le hicieron tanto daño, cómo luchó sin importar incluso perder todo lo que tenía con el paso de los años sin darse por vencido hasta perder sus fuerzas totalmente. Bolívar era un hombre realmente admirable.

La reflexión final va mucho más allá de lo que cuenta la historia, pues no solo nos permite admirar más a Bolívar, sino que nos demuestra su lado humano, sus temores, sus sueños y cómo un gran personaje de la historia latinoamericana vivió su vida más allá de las guerras y murió con la decepción de no ver su deseo más grande cumplido después de haberle dedicado a ello su vida, hay que reconocer que lo peor que le puede pasar a un ser humano es morir sin ver su más grande sueño cumplido. Sin embargo, el nombre de Simón Bolívar será por siempre parte de la historia, y seguramente habrán muchos más que lo admirarán a través del tiempo. Es un ícono de la libertad incomparable en todo aspecto y los latinoamericanos tenemos mucho que agradecerle a este heroico libertador.