El Hombre Bicentenario

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Ana Paula Oseguera Ortiz

17/02/18

El Hombre Bicentenario

¿Consideraría a Andrew el privilegio de ser humano?

Al plantearme esta pregunta, lo primero que consideré fue que la humanidad no significa únicamente ser un homínido, sino tener capacidades y actitudes de entrar en el mundo cultural. Por lo tanto, yo sí le daría a Andrew el consentimiento de ser considerado humano.

Esto lo decido porque él llegó al mundo siendo un robot, con capacidades más allá de la inteligencia humana, lo que hace que se de cuenta de todo su entorno y es claro que el ambiente en el que se desenvuelve un ser humano va a ser el que va permeando sus actitudes y formas de hacer o decir las cosas. Lo mismo pasó con Andrew, colocado en un mundo humano con una inteligencia superior, que lo llevo a querer pertenecer y ser considerado ser humano, no únicamente un robot de metal creado por el hombre.

A lo largo del texto, podemos ver una similitud entre el proceso que vivió Andrew y el desarrollo de cualquier humano que nace y se desarrolla. Cuando un ser humano nace, desde el principio es persona y llega al mundo con la dignidad misma, pero lleva un proceso de aprendizaje y de aprehensión del universo para conceptualizar los valores en su vida cotidiana y llegar al entendimiento de que es un ser humano vivo. Andrew pasó por un proceso, aunque no idéntico, para reflexionar y darse cuenta de que contaba con características mismas de un humano que lo podían llevar a ser considerado uno.

Un ser humano pasa por aspiraciones como la libertad, siente ambición, conoce la dimensión de los valores, tiene un proceso de educación, entre muchas otras cosas, esto es la evolución que va teniendo a lo largo de su vida. A Andrew le sucedió lo mismo que a un niño pequeño le puede pasar, sufrió una evolución, se convirtió en persona, lo cual implica tener una gran voluntad e inteligencia consciente, así como capacidades reflexivas.

Este proceso evolutivo y de desarrollo, por el que pasan los seres humanos y por el mismo que pasó Andrew, no es un proceso automatizado que se da por la fuerza, sino son cambios graduales que se van dando gracias al entorno y a otras personas que conforman la vida de un ser humano y de Andrew como un robot.

Finalmente, enuncio que un ser humano es único e irrepetible, y para ser uno tiene que nacer, crecer y morir. Andrew vivió este proceso de forma similar o “equivalente”: fue creado, evolucionó, se desarrolló y conoció las emociones y motivos humanos, y, finalmente, murió.