El estereotipo de don Juan
Enviado por tolero • 7 de Marzo de 2018 • 1.228 Palabras (5 Páginas) • 721 Visitas
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La trama del libro muestra que don Juan fue capaz de burlarse de todo lo establecido porque contaba con personas dispuestas a encubrir sus actos, como su tío que lo ayudó a escapar luego de que se burló de una noble: «Pues yo te quiero ayudar./ Vete a Sicilia o Milán,/ donde vivas encubierto» (de Molina, 2002). También su sirviente es incondicional, y lo encubrió para que lograra cumplir sus planes y lo admiraba por sus conquistas: «Tus pareceres/ sigue, que en burlar mujeres/ quiero ser Catalinón» (de Molina, 2002). Sin dejar a un lado a las mismas mujeres, que luego de no poner resistencia, argumentaban que habían sido víctimas de don Juan, sin nada que hacer. Cuesta creer que, entre la educación tan esmerada que se les daba a las niñas, no hayan incluido un poco de sentido común.
Entonces, para que exista un Don Juan, debe de existir los que lo alientan, que son los responsables de que este comportamiento persista. En el libro, vemos que casi todos los personajes lo cubren o lo alientan. Excepto Gonzalo, que muere defendiendo el honor de su hija, y que además jura vengarse: «La sangre fría/ con el furor aumentaste./ Muerto soy!/ No hay bien que aguarde!/ Seguiráte mi furor!/ Que es traidor, y el que es traidor/ es traidor porque es cobarde!» (de Molina, 2002). Desgraciadamente, eso no le regresa la honra a su hija.
Talvez, en el fondo, lo que la víctima busca es rescatar al victimario. Siendo la mujer que lo va a cambiar, y por eso, se victimiza: «Yo soy la que hacía siempre/ de los hombres burla tanta./ Que siempre las que hacen burla,/ vienen a quedar burladas!/ Engañóme el caballero/ debajo de fe y palabra/ de marido, y profanó/ mi honestidad y mi cama» (de Molina, 2002). Es solamente una excusa que lleva a la decepción y que reafirma lo que de don Juan se sabe: «Si el burlar/ es hábito antiguo mío,/ qué me preguntas, sabiendo/ mi condición?» (de Molina, 2002).
Los auténticos don Juanes han sido moldeados a través de siglos, producidos en casa y alentados por una sociedad que los justifica. Incluso, en la obra de José Zorilla de 1848, el personaje de don Juan ejerce un enorme atractivo no sólo en los hombres, que lo admiran como envidiable modelo, sino también para las mujeres, que se convierten en sus víctimas: «Partid los días del año/ entre las que ahí encontráis./ Uno para enamorarlas,/ otro para conseguirlas,/ otro para abandonarlas,/ dos para sustituirlas,/ y un hora para olvidarlas» (Zorilla, 1844). En fin, en la medida que dejemos de aceptar la condición de don Juan como un comportamiento normal en los latinos, la condena moral va a ser verdadera y estos hombres va a ser vistos como lo que realmente son: una lacra de la sociedad.
Fuentes consultadas:
Revista masculina (n.d.). El mito de don juan: la diferencia entre seducir y presumir. 7 de mayo de 2016, de masmasculino.com Sitio web: http://www.masmasculino.com/salud-cosmetica-masculina/MITO-DON-JUAN.html
Tirso de Molina. (2002). El burlador de Sevilla. Inglaterra: PDF edition by Matthew D. Stroud.
José Zorilla. (1844). Don Juan Tenorio. España.
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