El viejo y el mar Este libro escrito por el autor Ernest Hemingway
Enviado por Antonio • 11 de Diciembre de 2018 • 1.161 Palabras (5 Páginas) • 579 Visitas
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Al amanecer el pez volvió a ascender, pero esta vez sé que quedo arriba, el viejo supo que ya faltaba poco para ganarle. El pez continuo jalando el bote aunque a una menor velocidad, él viejo también estaba llegando a su límite, se le empezaba a nublar la mete y a ver puntos negros; sumado a eso ya casi se le agotaba el agua y el pez que se había comido, empezaba a darle nauseas, él estaba preocupado por eso ya que si vomitaba perdería su fuerza, antes del medio día el pez comenzó a dar vueltas en círculos alrededor der bote, el viejo sabía que ya era la última batalla, solamente tendría que esperar e ir ganando hilo, pasaron 4 horas hasta que el pez estuvo lo suficientemente cerca para que pudiera asestar un golpe con el arpón, el viejo lo atravesó justo en el corazón, por fin le había ganado, el viejo sintió un gran alivio y se sentó a descansar un poco, pero él sabía que no había terminado, tomo al pescado y lo amarro a su bote, de lo grande que era sintió que estaba amarrando otro bote al suyo, al terminar de amárralo comenzó su viaje de regreso, de repente a lo lejos el viejo vio que se acercaba lenta y sigilosamente un tiburón, atraído por el rastro de la sangre que desprendía el pescado debido a la herida del arpón, enseguida el viejo preparo su arpón, esta vez más corto debido que utilizo parte de la cuerda en amarrar al pescado , el tiburón se acercó y mordió al pescado varias veces, hasta que el viejo encontró el punto perfecto para penetrarlo, justo en el corazón, el tiburón murió pero se llevó consigo el arpón, pocas horas después otro tiburón se acercó, esta vez el viejo tomo un remo y le amarro su cuchillo, pensó - maldito no te llevaras mi pescado – lo apuñalo varias veces en la nuca hasta llegar al hueso pero su cuchillo se rompió, aunque logro su cometido, el tiburón murió, se hizo de noche y aparecieron dos tiburones más, que podría hacer un viejo sin armas y de noche contra dos tiburones se preguntó, no me rendirme lo defenderé hasta la muerte, tomo la porra que estaba debajo de proa y comenzó a pegarles a los tiburones con tal fuerza que ellos se alejaron, el barco se sentía mas ligero, pensó el viejo seguro ya se comieron todo mi pescado, de pronto pudo por fin el resplandor de la costa de la habana, de algún modo se sentía aliviado ya que por fin había llegado a su hogar, llego a la costa, sin fuerzas amarro su bote a una piedra. Al llegar a su casa se recostó en la cama y se durmió, a la mañana siguiente el muchacho fue a buscarlo, ya que había encontrado su bote con un esqueleto enorme amarrado a un costado, el muchacho al ver al viejo tan lastimado comenzó a llorar le llevo café y comida y le dijo que le volvería a ayudar, ya que tenía muchas cosas que aprender de él y no quería que estuviera solo nunca más.
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