Ensayo "Alquimista"

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De nueva cuenta decepcionado, triste y furioso, se encontraba Santiago, ahora no tenía dinero para seguir su viaje ni para regresar a su tierra natal, donde al menos podía empezar desde cero. Paso la noche en la plaza central y justo al amanecer pensó que de alguna manera tenía que empezar a generar dinero, y en la plaza se disponían los comerciantes a iniciar un nuevo día de ventas, Santiago observo que un comerciante de pasteles no podía colocar su puesto y deicidio ayudarlo, a pesar de no hablar el mismo idioma se entendieron fácil, y fue montado el puesto, en agradecimiento el pastelero le regalo una rebanada para comer.

Decidió comenzar a trabajar para ganar dinero y al menos poder regresar a su hogar, decepcionado por hacerle caso al anciano, comenzó a trabajar en una cristalería en lo alto de la colina, donde él trabajaba a cambio de comida y un techo donde dormir, el mercader de piedras acepto, le encomendó limpiar el local, al pasar las horas termino y fueron a comer, ahí le dijo el mercader acerca de su trabajo y Santiago se le ocurrió innovar el establecimiento ofreciéndoles a los clientes te en sus hermosos embaces de vidrio, facilitando la compra de estos mismos recipientes, lo que no sabía aún era que esto que hacia venía acompañado de la “suerte de principiante” de la cual le había hablado el anciano aquella noche en que decidió emprender su leyenda personal. El negocio próspero y subieron las ventas, dándole la oportunidad de ganar aún más dinero y así al cabo de un año restableció su dinero, tenía lo suficiente como para ir hasta las pirámides de Egipto y regresar, pero no estaba muy confiado de querer seguir el viaje. Tomo una elección pues pensó que ya había hecho lo más difícil del viaje que era salir de su comodidad como pastor y emprender el viaje así que decidió unirse a una caravana la cual cruzaría el desierto. En esa caravana se hizo amigo de un inglés el cual iría a un oasis en el desierto donde se decía que vivía un alquimista, el único capaz de convertir cualquier metal en oro puro. El inglés quería ser un alquimista de igual forma.

Adentrados en el desierto, los líderes de la caravana advirtieron de que había una guerra entre clanes y que por ello debían de parar en el oasis donde se encontraba el alquimista, apresurando el paso llegaron y de inmediato el inglés fue a buscarlo, pero el alquimista no lo esperaba ver a él, sino a Santiago, pues a lo largo del viaje había a aprendido a escuchar el lenguaje del mundo, a interpretar las señales como las que lo habían llevado ante él.

En este oasis Santiago conoció a Fátima una mujer del desierto de la cual quedo profundamente enamorado, pero sin esperarlo y habiéndole contado todo lo que le había llevado a estar ahí, Fátima le dijo que él debía de continuar su viaje hasta concluir su leyenda personal y que ella no le importaría el paso del tiempo siempre lo estaría esperando a él.

En esta ocasión el viaje solo era de Santiago y el alquimista, la convivencia entre ellos era muy fría, poco charlaban, el alquimista le sugirió a Santiago que aprendiera a reconocer la voz de su corazón pues solo una persona que conoce y entiendo su corazón, podría concluir su leyenda personal. El muchacho comenzó a comprender las cosas que le habían sucedido y que siempre había estado en compañía de su corazón, de que el a pesar de que nunca lo escuchara recibía concejos acerca de cómo actuar.

A tres horas antes de llegar a las pirámides de Egipto fueron sorprendidos por un ejército, los cuales los llevaron ante el comité de su clan, argumentando que eran espías y que formaban parte del otro clan, pena que pagarían con la muerte. El alquimista le propuso un trato al jefe del clan, el dinero que traían por tres días más de vida en los que el muchacho lograría convertirse en viento

Aunque temeroso Santiago por no saber cómo hacerlo, decidió escuchar a su corazón el cual le propuso preguntarle al desierto como convertirse en viento, pero el desierto no lo supo así que le preguntaron al viento como hacerlo y de igual forma no supo cómo convertir un hombre en viento, el viento le dijo que se lo preguntase al sol pues no había nada más generoso que él, Santiago de nueva cuenta pregunto pero con la misma respuesta no supo que hacer, pero el viento enojado por no haber podido soplo y soplo tan fuerte que levanto las casas de campaña que tenían en el clan, dejando impresionado al jefe del mismo. Así que los dejo seguir su viaje hasta las pirámides. Estando tan solo a una hora y media de llegar, el alquimista le dijo a Santiago que el ya no tenía nada que enseñarle y que a partir de ese momento él tendría que continuar su viaje solo. Así que lo hizo llegando a las pirámides sintió una paz enorme que lo llenaba desde lo más profundo del él y es que estaba por concluir su leyenda personal su corazón le dijo que donde cayeran sus lágrimas ahí debía de escavar hasta encontrar su tesos y eso fue lo que hizo comenzó a escavar hasta que de pronto tres hombres lo asaltaron de nueva cuenta, y estando a punto de matar a Santiago a golpes el líder de ellos le dijo que él había soñado lo mismo que el soñó pero en su sueño lo dirigía a una iglesia abandonada donde estaba su tesoro debajo del sicomoro donde antes se encontraba la sacristía, y en ese momento entendió que toda leyenda personal viene acompañada de la suerte de principiante pero concluye con la prueba de maestro, y he ahí su prueba, regreso hasta aquella iglesia donde tiempo atrás había pasado la noche y comenzó a escarbar donde encontró su tesoro, máscaras finas, monedas de oro y joyas. En ese momento sintió un aire fresco cargado de ilusión y recordó a Fátima, y se dijo a sí mismo; “Ya voy Fátima”.