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ENSAYO - EL ALQUIMISTA.

Enviado por   •  27 de Marzo de 2018  •  2.441 Palabras (10 Páginas)  •  375 Visitas

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que es necesario limpiarlos de vez en cuando.

El señor contrató a Santiago quien trabajo con mucho empeño y gano mucho dinero para poder regresar y comprar todo su flock again y ganar dinero suficiente como para duplicar su antiguo rebaño, Santiago pensó que ese era su tesoro, Paso poco menos de un año, cuando un vendedor de té llego al negocio y ofreció servir té.

El dueño de la tienda respondió negativamente ya que en su interior tenía miedo a lo desconocido, tenía miedo a que su negocio creciera y no lo pudiese controlar solo.

El dueño le contó que a veces los sueños no se pueden cumplir por falta de determinación de las personas, entonces recordó al viejo rey, y lo que le conto sobre la “Leyenda Perdona”.

Santiago le comento al dueño que debía irse, el dueño, con cierta tristeza aceptó y al día siguiente, el dueño bendijo a Santiago y éste se fue.

Se unió a una caravana y se aventuró a las arenas del desierto. Paso muchas noches y días caminado por aquel caluroso desierto, hizo amistad con un inglés el cual estaba en búsqueda de un Alquimista, el caravanero no dormía de noche ya que el miedo lo tenía paralizado porque el desierto era el escenario de la guerra entre varios clanes y una caravana desconocida es asesinada.

Llegaron a lo que después de haber estado mucho tiempo en el desierto, parecía el paraíso, un oasis en el que el inglés y Santiago siguieron su búsqueda.

Santiago encontró ahí el amor de su vida, Fátima. Un día Santiago adormitado en las arenas, dos gavilanes aparecieron en el cielo y en ese mismo instante tuvo una visión, en el cual ve a cientos de hombres entrando en el oasis, matando y quemando todo a su paso. Santiago le contó a los jefes tribales, el cual le hicieron caso omiso, argumentando que el desierto nunca da señales a extraños.

Santiago tenía le credibilidad de todos y ya estaban preparados para que dicho acontecimiento sucediera, esa misma noche, Santiago, estaba caminando por el desierto; cuando de repente un jinete negro con voz grave e intimidante le pregunto que su él había sedo la persona que tuvo la visón de los dos gavilanes, a lo cual respondió afirmativamente, argumentando que los gavilanes lo habían escogido para decirle lo que tenía que decir.

El jinete desenvaino su espada y rozó con ella la cabeza inclinada de Santiago, era tan filosa que salió una gota de sangre. La última y más intimidante pregunta fue el ¿Por qué estaba ahí?, a lo cual el chico respondió que estaba tras su “Leyenda Personal” y que era un tema que el jinete nunca entendería. El jinete envaino su espada y un halcón llegó a su hombro. El jinete respondió que había puesto a prueba su valor. “El coraje es el don más importante para quien busca el lenguaje del mundo”.

Santiago se sorprendió porque aquella persona hablaba de cosas que poca gente conocía. “Es necesario no claudicar nunca, aun habiendo llegado tan lejos”. Santiago ya lo sabía, había encontrado al alquimista y regresaría con él al siguiente día.

En la mañana su visión se había vuelto realidad quinientos jinetes entraron al oasis y los nativos de éste los esperaban en cuestión de minutos puesto a que había cuatrocientos noventa y nueve cuerpos esparcidos por las arenas y el comandante del batallón fue condenado a una muerte sin honor, en la horca.

Esa misma noche Santiago fue a caminar al desierto, después de un largo rato se sentó a pensar y ve una silueta acercándose rápidamente, para su sorpresa era él, con unos gavilanes en el hombro. Lo invitó a pasar a su tienda, cocinaron y comieron aquellas aves.

Después el alquimista auto acepto ser su guía hasta las pirámides de Egipto, en esos momentos Santiago se vuelve otro, ya que se convierte en una persona normal que no quiere seguir sus sueños ni su “Leyenda Personal”, se vuelve un conformista que sólo quiere vivir en el oasis con su amada Fátima, el alquimista le explica a Santiago que si no sigue su “Leyenda Personal” vivirá un tiempo feliz pero será una persona vacía.

Santiago decide ir en busca de su “Leyenda Personal” así que se despide de su amada Fátima quien le jura que lo esperará y que le mandará besos y su perfume a través del viento.

El alquimista y Santiago marchan a través del caluroso y engañoso desierto, después de varios días pasan por un clan peligroso sin comentarles nada.

Unos soldados los inspeccionaron y encontraron en el equipaje del alquimista in frasco lleno de líquido amarillo y un huevo de cristal color ámbar, los guardias preguntaron que eran esos raros objetos, el alquimista respondió a su pregunta con la verdad la cual era que el líquido amarillo era el elixir de la larga vida y con ella jamás caerán enfermos y el huevo era la piedra filosofal con un solo grano de está cualquier metal se convertiría en oro, los soldados rieron y los tacharon de locos.

Después de alejarse de los soldados, Santiago pregunto porque había dicho aquello, el alquimista le respondió que lo dijo para enseñarles una simple y valiosa lección de la vida, “Los hombres no reconocemos tesoros aunque estén frete a sus ojos” ya que simplemente los hombres no creen en los tesoros.

Pasamos los días y ellos seguían avanzando hacia su destino. Pasaron por otro clan, en este los detuvieron argumentando que eran espías del clan enemigo. Los mostraron ante los generales y el alquimista dijo que los dos eran alquimistas pero Santiago se podía convertir en viento. Algunos generales se mostraron escépticos otros asombrados, les dieron tres días para probarlo, Santiago medito por dos días y al tercero él conversaba con el desierto ya que los dos hablaban en mismo idioma “El Lenguaje de Mundo”, Santiago le pidió ayuda al desierto y éste le dice que “si” pero que no puede solo que necesita ayuda del viento y acepta nuevamente, los soldados miraban asustados pero asombrados al mismo tiempo, mientras que el alquimista sonreía, ese día fue histórico en ese clan, muchos descendientes contaban la historia de un joven que se había convertido en el mismo viento.

Siguieron su camino y llegaron a un monasterio donde les atendió un monje vestido de negro, los invito a pasar y empezaron a charlar, Luego el alquimista tomó un pedazo de metal, de forma esférica y lo convirtió en oro. Luego lo partió en cuatro, le dio un pedazo al monje por la ayuda que les ha brindado a todos los peregrinos, le dio otro pedazo a Santiago para seguir su camino, se guarde un pedazo y le da otro al monje por si lo necesitase el muchacho. El alquimista regresa su tienda y Santiago sigue su camino. Horas más tarde, el muchacho llega a las pirámides y empieza a cavar. Está agotado cuando llegan unos asaltantes y encuentran oro en la

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