Ensayo: El Príncipe, Nicolás Maquiavelo
Enviado por Sara • 14 de Octubre de 2018 • 3.408 Palabras (14 Páginas) • 1.141 Visitas
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- Dejar al pueblo conquistado sus leyes y sus costumbres, y gobernarlos mediante el cobro de tributos y la elección de un pequeño grupo de entre ellos para que los gobierne. Este grupo deberá respetar la autoridad del príncipe en tanto que sabrá que sólo puede mantenerse en el poder con el apoyo de aquél. No obstante, es extremadamente probable que con esta estrategia el principado se pierda. Esto tiene que ver con haberle dejado a los sometidos el recuerdo y las tradiciones de su libertad, de modo que fácilmente se rebelarán en nombre de esa libertad y de sus antiguas instituciones.
- El príncipe se instala en el nuevo territorio.
- Destruir la ciudad conquistada y dispersar a sus habitantes: «No hay medio más seguro de posesión que la ruina».
CAPÍTULO VI. Sobre los principados nuevos que se adquieren con armas propias y con virtud
Estos adquieren el principado con dificultades, pero lo conservan sin sobresaltos. Las dificultades nacen en parte de las nuevas leyes y costumbres que se ven obligados a implantar para fundar el estado y proveerlo de seguridad.
Si se quiere analizar bien esta parte, es preciso ver si estos innovadores lo son por sí mismos, o si dependen de otros: es decir, si necesitan recurrir a la súplica para realizar su obra, o si pueden imponerla por la fuerza. Hay que reconocer que estos revolucionarios tropiezan con grandes dificultades, que todos los peligros surgen en su camino, y que sólo con gran valor pueden superarlos; pero una vez vencidos los obstáculos y una vez que han hecho desaparecer a los que tenían envidia de sus virtudes, viven poderosos, seguros, honrados y felices.
Hay que agregar otro de menor jerarquía que de simple ciudadano llegó a ser príncipe sin tener otra deuda con el azar que la ocasión; y solo fue por los méritos que hizo para que lo eligieran príncipe.
CAPÍTULO VII. De los principados nuevos adquiridos con las armas y fortuna de otros
El príncipe nuevo que haya adquirido su Estado gracias a otro que se lo concede por voluntad, dinero o corrupción, la adquisición le resultará sencilla. Todo lo contrario mantenerlo, pues queda sometido a la voluntad y la suerte del concesor, las cuales son asaz volubles.
CAPÍTULO VIII: De los que por medio de delitos llegaron al poder
Además de por virtud y por fortuna, puede obtenerse el poder por medio de crímenes, dependerá luego de si las crueldades son bien usadas o mal usadas. Bien usadas son aquellas crueldades que se cometen con un objetivo, cesan, y se reemplazan por bienes que favorezcan poco a poco a los súbditos, de modo que éstos logran olvidar las ofensas recibidas. Mal usadas son las crueldades que, por no querer cometerse todas al principio, luego tienen que seguir cometiéndose y en orden creciente. Ello causa la enemistad del pueblo y garantiza el fracaso.
CAPÍTULO IX: Del principado civil
Este capítulo explica que un civil podía llegar a ser principado de dos maneras
-Por el uso de la maldad.
-Por la aprobación y promoción directa de sus compatriotas.
El principado pueden implantarlo tanto el pueblo como los nobles, y estos cuando comprueban que no pueden resistir al pueblo, concentran toda la autoridad en uno de ellos y lo hacen príncipe. Pero el que llega al principado con ayuda de los nobles, se mantiene con más dificultad que el que ha llegado mediante el apoyo del pueblo, porque los que lo rodean se consideran iguales, y se le hace difícil mandarles y manejarlos como el príncipe quiera.
Estos principados peligran cuando quieren pasar de principado civil a principado absoluto pues estos príncipes gobiernan por sí mismos o por intermedios de sus magistrados, su permanencia es más insegura y peligrosa, porque depende de la voluntad de los ciudadanos que ocupan el cargo, los cuales pueden arrebatarle el poder y el príncipe rodeado de peligros no tiene tiempo para asumir autoridad absoluta, ya que los ciudadanos y los súbditos, acostumbrados a recibir órdenes, no están en semejantes trances dispuestos a obedecer la suyas.
CAPÍTULO X: De qué modo han de medirse las fuerzas de todos los principados
Un principado tendrá mayor o menor fuerza dependiendo de si el poder del príncipe le permite valerse por sí mismo o no, o sea, tener los hombres o el dinero suficiente para armar un ejército adecuado a cualquier guerra que se presente. Por eso debe la ciudad debe estar fortificada y estar en buenas relaciones con el pueblo.
CAPÍTULO XI: De los principados eclesiásticos
Estos principados se apoyan en las leyes de la religión, las cuales tienen tanto poder sobre los ciudadanos que hacen imposible que el príncipe pierda su poder. Los principados eclesiásticos son, en consecuencia, los únicos en que se está completamente seguro y feliz.
CAPÍTULO XII. De cuántas clases es la milicia y sobre los soldados mercenarios
Es necesario para el príncipe tener buenas leyes y un buen ejército, que sea propio o ajeno. Si no dispone de ejército, un príncipe debe alquilar mercenarios. Éstos, al igual que los auxiliares son inútiles y peligrosos ya que sólo luchan por dinero, no tienen interés en morir por otro y se escapan de la lucha o la retrasan, son indisciplinados y tienen ambiciones propias.
CAPÍTULO XIII. De los soldados auxiliares, mixtos y propios
Los soldados auxiliares son aquellos que ayudan a un príncipe pero pertenecen a otro. Como los mercenarios, son inútiles y peligrosos. Incluso son preferibles los mercenarios. Porque los auxiliares, si ganan, permitirán al verdadero príncipe al que ellos deben fidelidad que se apodere de los territorios.
El príncipe debe preferir perder con su propio ejército a vencer con el de otros, pues la victoria con ejército ajeno no es verdadera victoria.
CAPÍTULO XIV. De lo que conviene hacer al príncipe con la milicia
La guerra es la tarea fundamental y específica del príncipe, ser hábil en la guerra hace a un príncipe estimado y le vale la fidelidad de sus soldados, mientras que no saber desempeñarse en ella lo hace caer en desprecio.
CAPÍTULO XV. De aquellas
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