Ensayo sobre El Principe de Nicolas Maquiavelo
Enviado por Ninoka • 9 de Agosto de 2018 • 1.982 Palabras (8 Páginas) • 812 Visitas
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¿Cuál es la importancia que debe existir en cómo se ven los príncipes ante la población? Para el autor y seguramente para cada político debe ser la fundamental dentro de la profesión. Es sorpréndete que el autor de una manera tan fácil nos explica esta argumentación: ¿es mejor que los príncipes sean temidos o amados? O ¿Qué es mejor, la liberalidad o la avaricia? Maquiavelo acierta profundamente respondiendo de una manera característica que todo está en la prudencia y en la moderación, pues todo depende de las circunstancias y la manera en cómo se lleva; pero ciertamente siempre habrá una característica que supere a la otra, Sin embargo, la poca prudencia puede ser ciertamente, el factor de pérdida del Estado. Algo fundamental es admitir que aunque el príncipe es mejor que le teman, que nunca llegue al odio por parte de sus seguidores, por que como argumenta el odio de la clase es más poderosa, puesta esta acarrea la deposición del poder. No por nada dedica un capítulo esencial a plantear la importancia de evitar ser odiado. Existen dos puntos esenciales que serían de suma importancia plantear: la primera es sobre no ser siempre bueno ni malo con los demás, esto es que depende de las personas y de “su humor” es el comportamiento que debe seguir; pues vale más contentar a las personas ignorantes dentro de su forma de ser, que de ser tan buenos y decirles lo que deben hacer por ser “caritativo” estas acciones se vuelvan contra el príncipe. La segunda es confiar y desconfiar al mismo tiempo de los cercanos, más que de los lejanos: “temer de aquellos mismo que le rodean.” Estoy muy de acuerdo en la importancia de la lealtad con los amigos y con las personas que aportaron algo para que el príncipe llegara al poder, sin embargo, el autor sabe bien que las personas cambian y el egoísmo es natural en el hombre; por eso la importancia de no confiar siempre de las personas que pueden acercar las caída del gobernante; en la política es difícil mantener una sana amistad.
A partir de la misma idea, la importancia de la buena vista de la población hacia el político, Maquiavelo afirma que se debe tener como dirigente algunas virtudes esenciales para motivar a que la gente seguía a la persona. O bien, si no se tienen como tal, mínimo aparentarlas. El autor habla de la benevolencia, la humanidad, integridad, religiosidad, fe. Cada momento que se reflexiona, afirmamos más aun la trascendencia de “El Príncipe” porque aunque no podamos hablar de las mismas virtudes, en la actualidad lo compatible seria: las ansias de cambio, las promesas en la disminución de impuestos, el cuidado al medio ambiente, la unidad familiar del dirigente, el trato hacia las demás personas, la sinceridad, etc. Y aunque no las tengan los políticos de hoy, saben bien que es mejor aparentar tenerlas. Aunque es algo irónico, pero bien diría Maquiavelo, es lo más conveniente. Hoy y siempre, el político tiene que deslumbrar a la población para que crea en él. “Ir a dar ejemplos de humanidad y munificencia” que los romanos argumentarían: pan y circo para el pueblo; esto como ya lo dijimos, para mantener el poder del príncipe.
Otras aptitudes importantes que considero fundamental tomarlas en cuenta por su trascendente aplicación en el tiempo, es dar el sentimiento de necesidad, de que tiene que estar siempre el príncipe para la solución de conflictos, la importancia de las fortalezas, que vale más estar bien protegido por dentro que por fuera, el primordial e irónico uso de la ley como herramienta de defensa y sobre la prudencia respecto a las riquezas, pues vale más aprovecharse de las circunstancias que de las fortunas. Aquí y siempre, los gobiernos deben seguir al dinero según los tiempos y las modalidades de la realidad.
Un tema sustancial es sobre la moralidad o amoralidad de la obra. Maquiavelo sabía bien desde un principio que la maldad en las obras de un político serán mal vistas frente a la población y esto para el autor es lo peor que puede llegar a pasar puesto que no se lograría el objetivo de mantener el poder. Así que argumenta que los actos de severidad deben realizarse todos juntos y los actos de benevolencia deben hacerse poco a poco. Su justificación es igual de sorprendente: en los actos malos no habrá tiempo de reflexión, en los actos buenos será necesario saborear la acción. El mal para Maquiavelo parece ser justo y necesario por el hecho de hacer notar al príncipe en su seguridad de decisión y su gran carácter y así, sujetar el poder fuertemente; sin embargo no descarta aun mayor la necesidad de los actos buenos pues su finalidad en la acción será perpetuar el poder del príncipe. Sin embargo es importante aclara que Maquiavelo considera que las buenas obras se deben hacer por generosidad y justicia por parte del príncipe y no por tímido o débil. Las buenas acciones deben dar seguridad y respeto de los gobernados al gobernante. Es necesario hacer aquí y ahora las cosas buenas, para que en tiempos de penuria las malas acciones sean vistas como necesarias y no como forzosas. Bien atribuida a él la frase: “el fin justifica los medios.” Por lo tanto, su concepción de bondad quedaría limitado en admitir acciones que le ayuden al gobernante su estadía en el poder y lo inmoral quedaría en que si estas acciones lo único que provocan es no adquirir gloria ni virtud. Decir que la obra de Maquiavelo es inmoral en su totalidad es hacer de lado la argumentación a la lealtad, la prudencia, la benevolencia entre otras.
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