Ensayo: Magia es Viajar.

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Un viaje se puede relacionar con algunos elementos. Entre estos elementos están los momentos, las búsquedas, la comunicación, el tiempo, los mapas y la distancia.

Cuando alguien viaja vive momentos, estos momentos pueden estar en el antes, en el durante y en el después del viaje. Antes de viajar se presenta una ansiedad grandísima y peor aun cuando alguien ya es ansioso; el antes es el momento de las primeras despedidas, de imaginar, de vivir la incertidumbre, de preguntarse muchas cosas. El durante el viaje es el momento de disfrutar el sueño, de descubrir, de reflexionar, de conocer nuevos lugares y personas, de empezar a extrañar. En cambio, el después, es el momento de recordar, de compartir, de soñar de nuevo, de ver fotos.

Muchas veces se ve a un viaje como una búsqueda, pero en realidad no lo es. Cuando uno viaja no debería de estar esperando algo de ese viaje, sencillamente si las cosas se dan, si se encuentra algo que verdaderamente le gustó, algo que se aprendió en el viaje, nuevos pensamientos, nuevas maneras de ver el mundo, nuevas opiniones, pues a buena hora. Debemos lanzarnos al viaje, el camino y la magia del viaje nos va a sorprender cada día.

Viajar también es comunicarse. Muchas veces en un viaje no hay manera de comunicarse verbalmente ya que no se conoce el lenguaje de la otra persona, pero el lenguaje de palabras no es la única manera de comunicarse. Una persona descubre esto de las maneras de comunicarse en un viaje cuando está dentro de él mismo. Nos podemos comunicar entre nosotros por medio de gestos, de señas, de colores, de dibujos, de vestimentas, con lenguaje corporal, con silencios o con gritos.

Viajar es disfrutar cada instante. El tiempo en los viajes es un poco relativo, es decir que también suele depender de la situación. Cuando alguien está haciendo algo que le gusta o que la apasiona, esa actividad que en el tiempo dura tres horas pueden parecer solamente cinco minutos. En cambio, cuando es una actividad de poco agrado una actividad de poco tiempo pudiera parecer eterna. En el tipo de viaje hecho por los argentinos, ellos le dieron forma a su tiempo ya que no había alguien que les dijera qué hacer y en qué momento.

De la misma manera, un viaje es perderse en los mapas. En un viaje se debe seguir la ruta del viaje previamente planteada, a dónde se va recorrer, el camino. Un mapa es soñar y volar al mismo tiempo. En un mapa se puede ir a lugares desconocidos, los puntos en un mapa son sitios que guardan historias y misterios.

En los viajes se perciben las distancias. No existe una distancia cuando se viaja, sino muchas. Nosotros hacemos que las distancias se presenten de manera subjetiva. Hay distancias físicas que separan el lugar dónde estamos del lugar a dónde queremos llegar, estos lugares se separan por un cierto número de kilómetros, pero cómo recorremos estos kilómetros es diferente. También están las distancias que se perciben en relación a otras personas u otras cosas, algunos viajeros le es difícil alejarse, la distancia es más grave para ellos.

Es fácil pensar en un viaje, pero es difícil llegar a hacerlo. Es difícil emplear un viaje, esto se da por distintos motivos, cuando uno piensa en hacer un viaje es porque quiere descubrir algo más, algo que no se encuentra dentro del día a día de su vida. Muchas veces las personas no emplean el viaje por miedo, ese miedo puede ser un miedo a no saber qué pasará si escoge ese viaje, un miedo a no querer salirse del esquema ya que lo que ha visto hasta ese momento le parece lo suficiente, pero no ven más allá. El viaje que cada persona realice debe de ser a algún lugar en el cual se sienta feliz, que se sienta que pertenezca a ese lugar, que pueda aprender muchas cosas, que el elemento tiempo no se sienta. Cuando hablo de viaje no me refiero solamente al hecho de coger mochilas e irse a otro lugar, sino de intentar buscar y realizar una actividad en la cual cada persona encaje a la perfección, esa actividad que lo hace feliz, que sea una pasión para esa persona.