Francesco una vida entre el cielo y la tierra capitulo 1 al 6.

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Entonces le mostro otra escena la recuerda con tristeza; fue el día que falleció mi abuelo, yo tenía 10 años y lo extrañe por mucho tiempo. Ariel le explica que su abuelo tuvo que partir al cielo y volver a buscar un destino en la tierra.

Ariel una escena donde Francesco se encuentra en su trabajo y discute con su esposa porque no le dedica tiempo a ella y a sus hijos, se da cuenta y reflexiona que termino pareciéndose y actuando como sus padres.

Ariel le explica que nosotros elegimos a nuestros padres antes de nacer por algún motivo especial o por algún desafío o misión ya que dios da un espíritu para que crezca, para llevar una experiencia de una vida enriquecedora y que el amor de un padre hacia un hijo es incondicional.

Francesco se queda dormido y tuvo un sueño confuso.

Capítulo 5 Ángeles

Francesco después de impacientarse decide salir a buscar a su amigo Ariel pero no lo encontró, ni a ninguno de sus maestros, atraído por sonidos y risas suaves y muy alegres llego a un lugar impregnado de agradables aromas donde se encontró con un grupo de ángeles de los cuales no lograba distinguir ni de edad ni de sexo algunos vestían de blanco y otros de rosa todos rubios y de tez blanca, al grado que pensó que el creador de aquellos hermosos ángeles tenia ciertas preferencias.

Atraído por saber en dónde estaban sus maestros se fue acercándose al coro de ángeles y uno de ellos se le acerca y hablándole con voz muy familiar le dijo que por fin se habían vuelto a encontrar, Francesco le dice que no sabe nada de lo que habla, pero le dice que supone que es su ángel que lo acompaño durante toda su vida. El ángel le dice que le parece familiar su voz porque la ha escuchado millones de veces y que la había interpretado como si fuera una voz interior.

El ángel le dice que le ha dado mucho trabajo, a pesar de fuiste muy buena persona, fueron tus actitudes. Las que te frenaron para vivir como me hubiera gustado que lo hicieras; ser bueno con los demás es genial, pero también era importante que lo fuera contigo mismo.

Después de despedirse de pancho Francesco se sentía tranquilo había vuelto a ser alguien de humor, aunque a veces pensaba en su familia y la extrañaba.

Pensó: si pudiese haber visto de otra forma las cosas que me fueron sucediendo, me habría sentido feliz. Pero no vale la pena lamentarse; de hecho ya es tarde. Francesco siguió pensando mientras volvía, que le había gustado conocer a su ángel; pero no podría dejar de preguntarse cómo podría el haber sabido que cada uno tenía su ángel. Se decía con cierta lastima:

Después de todo, yo hice lo que creí que era lo mejor para mi vida.

Capítulo 6 Los miedos

Un día Francesco Algo había cambiado en su imagen. Algo había empezado a crecer en sus espaldas. Parecía que estuvieran saliéndole las alas; después de mirarse en un reflejo de luz, se empezó a reír de sí mismo y pensó: “sí, con mis miedos, tuve algo de gallina, entonces las alas están muy de acuerdo conmigo, o con las acciones de mi vida”.

Después de cierto tiempo, se acercó Ariel a buscarlo, y Francesco, sin preguntas de por medio, lo siguió. Fueron por un camino por el que nunca antes habían transitado. De lejos parecía un mar azul, muy calmo, con una playa de arenas blancas y palmeras muy frondosas. Francesco se preguntó cómo podría el Cielo tener playa y Ariel, que leyó la mente, le contestó: ¿Por qué no la puede tener? De hecho, tú, desde abajo, no podías ver más que las nubes, las estrellas y el color del cielo, pero podrías haber muerto sin haber visto nunca una playa y eso no es una causa para que no exista. ¡Esa costumbre que tienen ustedes, las personas, de creer sólo lo que sus ojos les muestran! Pierden la posibilidad de tener otras sensaciones. Sería bueno que prestaran atención a las cosas; esto no significa que sea necesario buscar la concentración. Cuando te concentras excluyes el resto, mientras que prestar atención es caer en la cuenta de todo, sin excluir nada.

Ezequiel le contestó: Todo puede ser: las cosas son según como las pienses. ¡Si crees que la nube no te puede sostener, entonces no te sostendrá... todo depende de lo que tú creas!

Ezequiel estaba sentado en una nube celeste, con bordes dorados. Era más bien gordito, con poco cabello, de tez rosadita. Llevaba puesto un colgante bastante especial. Cuando Francesco se acercó a Ezequiel se corrió y le hizo lugar para que compartiera su nube. Francesco pensó: "¿con tanto peso, no se caerá?"

¿Hay personas sin miedos? Sí, claro que las hay. ¿Sabes en qué lugar de tu mente se instala el miedo? Precisamente en el lugar de tu inconsciente, al lado de tus sensaciones. Si no te das cuenta, se empieza a alimentar con dudas y se transforma en una vocecita interior, que con toda naturalidad te dice: "no vas a poder". O, si recurres a alguien en busca de ayuda, te susurra al oído: "te van a decir que no". Entonces se apodera de ti, crece y un buen día se transforma en tu dueño. Pero él tampoco puede salir de dentro de ti. Hablas como si fuera un monstruo o un fantasma. No, no es un fantasma; es real. Como todo lo que te rodea en la vida, depende de ti transformarlo, dominarlo, superarlo, vencerlo.

¿Y cuál sería la solución para sacárnoslo de encima? Tomar conciencia de que está en tu mente es el primer paso. Cuando te ataque, ponle un nombre y subestímalo; cuando salga con esa vocecita burlona, diciéndote que con él no puedes, abre otro canal interior y dile que no lo crees. Transfórmalo mentalmente en lo que quieras, hazlo chiquito, enciérralo o mándalo lejos de ti. No te estafes dándole poder; dominarlo es una reacción acertada.

En este momento te diría que hay un solo miedo que perdura en mí; comentó Francesco, Todavía sigo pensando en mi familia; los extraño mucho y tengo miedo por ellos. Las condiciones en las cuales quedaron fueron bastante duras y quisiera saber si están bien. —Bueno, bueno, Francesco, habrá cosas que no podrás hacer y otras que sí. Dame tiempo para pedir permiso al ser supremo para que los puedas ver.