Ken Robinson El elemento
Enviado por mondoro • 12 de Enero de 2019 • 2.893 Palabras (12 Páginas) • 416 Visitas
...
A pesar de que nosotros pensamos que nos conocemos a la perfección, hay muchas habilidades que nos faltan por descubrir de nosotros mismos o incluso demostramos esas habilidades en la vida diaria pero no nos damos cuenta porque ya forma parte de nosotros que no le prestamos atención, pasa desapercibida o lo ignoramos completamente.
Ken Robinson nos narra la historia de Mick Fleetwood, el fundador de la gran banda Fleetwood Mac, la banda vendió millones de discos y es una de las bandas importantes del mundo de rock, dos de sus mejores discos fueron considerados obras maestras.
Mick es todo un genio de la música, pero cuando estaba en la escuela, sus calificaciones eran terribles, aunque le explicaban una y otra vez los ejercicios de matemáticas no podían entender y él se sentía muy mal por ello, pensando que realmente no era un chico inteligente, sentía que no encajaba en nada en la escuela, cuando llegaba casa lo único que quería hacer era tocar la batería. Sus padres apoyaron a todos sus hijos a seguir sus sueños y dedicarse a lo que realmente amaban. Cuando Mick escucho una pequeña banda en vivo, sin dudar alguna supo lo que realmente quería hacer, dejo la escuela y se fue a Inglaterra a perseguir sus sueños con el apoyo de sus padres.
Mick se dio cuenta que si se hubiese quedado en la escuela como sus profesores esperaban y seguir viendo aquellas materias en donde el nunca resaltaría, nada de eso hubiese pasado y hasta hoy en día no supiésemos nada de él.
Si eres muy malo en las matemáticas o en la escuela en general, no te preocupes, es muy probable que tengas algo escondido bajo la manga, solo falta averiguarlo y demostrarle al mundo de lo que eres capaz.
La creatividad va de la mano con la inteligencia pues ayuda muchísimo para encontrar tu elemento. La creatividad es algo que definitivamente todos tenemos y se usa en cualquier situación de la vida. Cada quien es creativo a su estilo. Varias personas relacionan a la creatividad con la imaginación, pero en realidad no son lo mismo. La imaginación es aquello en lo que piensas antes de irte a dormir o aquello que piensas mientras el profesor está explicando algún tema en clase, en cambio, la creatividad lo tienes que poner en práctica, aquella historia que pensaste en camino al trabajo lo pasas a escrito, o aquella canción que se te ocurrió en el baño lo tocas en la guitarra. Las personas que usan la creatividad en el trabajo, es porque aman su trabajo, así como los músicos aman sus canciones o los cocineros aman su comida.
La creatividad es mucho más que usar el cerebro, pues se hace bastante movimiento físico como bailar, tocar un instrumento, cocinar, escribir, practicar algún deporte o incluso también usamos los sentimientos, lo visual y la coordinación
La creatividad humana lo podemos ver en todas partes de nuestra vida diaria, por ejemplo, en la ropa que usamos, en la tecnología, en la televisión, en las revistas, periódicos, etc.
Robinson toca un punto llamado “estar en la zona”, Robinson lo define como aquel momento en el que demuestras tu elemento y lo disfrutas y lo haces de una manera tan natural y fácil. Te sientes lleno de energía con ganas de más, sientes una sensación placentera y lo haces con fluidez. Muchos llegamos a la zona de forma diferente, algunos llegan a su zona haciendo mucho rendimiento físico, por ejemplo, los deportes, la competencia etc. Otros llegan a su zona con actividades que no requiera mucho rendimiento físico o actividades más calmadas, por ejemplo, escribir, pintar, meditar y entre otros.
Estar en tu zona nunca te quitara las energías, al contrario, siempre te las dará, las actividades que nos gustan nos agotaran muy rápido, pero cuando la actividad nos gusta, siempre queremos más y más.
Una de las mejores formas para encontrar el elemento, es contar otras personas que el apasionen lo mismo que a ti. Estas personas pueden ser tus amigos, tus compañeros de trabajo incluso tus rivales. Conocer a estas personas nos ayudan a motivarse, como comparten las mismas metas, suele apoyarse uno entre otros.
Robinson nos narra como ejemplo la vida de Bob Dylan. Bob solía decir que sentía muy distanciado de su familia y amigos y que lo único que lo podía salvar era la música folk, Dylan sabía perfectamente que no se podía quedar en casa con los brazos cruzados y que tenía que salir de allí a cumplir su sueño. Apenas tuvo la oportunidad de salir, se fue a la ciudad de Nueva York, donde encontró bastantes cantantes, músicos, escritores, gente que compartía su sueño, ahí mismo, encontró un lugar donde él podía demostrar su talento. Por casualidad, Dylan escucho algunos discos del cantautor Woody Guthrie, y desde ese momento, cambio la perspectiva de ver las cosas, se dio cuenta de lo que realmente quería y de inmediato se convirtió en su ídolo y su ejemplo a seguir. Dylan dice:
“sentí como si hubiese descubierto la esencia del autocontrol, como si estuviese en el bolsillo interior del sistema sintiéndome más yo que nuca. Una voz en i cabeza me decía: “así que se trata de esto”. Podía cantar todas aquellas canciones, todas, y eso era lo único que quería cantar. Fue como si estuviese viviendo en la oscuridad y alguien hubiese encendido el interruptor principal.”
Y desde ese entonces, Dylan se la paso por el resto de su vida escuchando a Woody Guthrie.
Cuando formas artes de un grupo de personas que comparten el mismo elemento y están en un mismo lugar, la inspiración puede ser bastante intensa, creando grandes ideas como grupo y compañeros.
Ellos comprenderán totalmente tu pasión, ayudándote a obtener la inspiración que necesitas y salir adelante como un gran equipo.
Nunca es tarde para descubrir tu elemento, muchos dejan el hecho de seguir sus sueños porque piensan que ya están demasiado grandes o porque ya están muy grandes para “esas cosas”.
Harriet Doerr escribía como pasatiempo mientras trabajaba para sacar su familia adelante, al cumplir sus 65 años regreso a la universidad y obtuvo una licenciatura en historia. Su técnica en la redacción fue mejorando cada vez más y se inscribió al programa de escritura creatividad de Stanford. Al cumplir sus 70 años escribió su primera novela Stones of Ibarra, lo cual resulto el ganador de National Book Award.
Paul Potts tenía 36 años, él siempre supo que tenía una excelente voz y por eso iba a clases de canto para poder mejorar su técnica vocal, pero todo cambio cuando tuvo un accidente en su motocicleta y desde ahí descarto sus sueño de poder estar en un escenario algún
...