La columna de hierro. Esta parte del libro, empieza con el tema “el Patriota y el Político”
Enviado por tomas • 9 de Julio de 2018 • 2.851 Palabras (12 Páginas) • 621 Visitas
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Al despertar Tulio se alegra de ver a su hermano en la habitación, aunque sin un diente está bien, comienzan a platicar lo ocurrido y Quinto le hace ver que no fue un asalto, pues su dinero ahí está, también le comenta que el logro reconocer por su forma de pelear y su acento, que los atacantes eran romanos, lo cual le sorprende, pues no entiende quien podría querer acabar con la vida de su hermano que era tan calmado y de buenas costumbres, le muestra el anillo que logro quitarle a uno de los soldados, Tulio lo toma en su poder y al salir Quinto del cuarto, le escribe inmediatamente una carta a Julio Cesar, en la cual le expresa que se ha dado cuenta que amistades cercanas a él, han querido acabar con su existencia, que no descarta la posibilidad de que el propio Cesar sea parte de ese complot y que llegara hasta las últimas consecuencias para saber la verdad. Julio recibe la carta mientras se encuentra curiosamente en una cena con sus amigos más allegados entre los cuales esta Crasso, Catilina, Pompeyo entre otros, le da lectura en voz alta y acto seguido muestra a sus amigos el anillo que Tulio le ha enviado alegando que seguramente le es familiar, con su mirada Cesar recorre las manos de sus amistades y logra apreciar que ninguno trae esa noche el anillo puesto, los acusa de haber provocado esa acción en contra de Marco, pero todos lo niegan, después culpa directamente a Pompeyo, diciéndole que curiosamente él se había desaparecido por unos días, tenía leves heridas en el cuerpo y haciéndole ver que si Quinto que había visto a los atacantes no lo reconoció fue porque ellos nunca antes se habían visto, pero Pompeyo es defendido por Catilina y niegan lo actuado, Julio Cesar molesto por no saber la verdad advierte a todos sus invitados que cuando descubra quien lo ha intentado y si lo vuelven a intentar logrando su cometido, el no descansa hasta vengar la muerte de su fiel amigo y mentor de la infancia, pero de manera contradictoria a Cicerón le contesta que ignora lo actuado así como niega ser parte de semejante conspiración y que duda que sus amigos también hayan formado parte de acto tan vil, que por el contrario desea no solo su pronta recuperación, sino su regreso a la Ciudad pues ya lo extraña bastante.
Por culpa de la forma de beber de Quinto y la peculiaridad de su forma de soltar la lengua estando ebrio, la hazaña que enfrento contra dos romanos llega a oídos del procónsul de Roma, el cual se apersona a la posada donde se encuentran hospedados para hablar del tema con Tulio, este mira molesto a su hermano por el aprieto en que acaba de meterlo, pero no se esfuerza en alegar con el procónsul, pues nota en este la disposición de querer negar todo lo actuado, diciendo que probablemente por el golpe que sufrió Quinto, podría estar confundido con quienes fueron los atacantes, la frase que Cicerón le comenta es sin duda bastante buena “… El lobo protege a sus cachorros”, con esto quería dejar en claro que no estaba de acuerdo con su forma de querer arreglar la situación, sin embargo dice que no tiene la intención de que toda Roma se entere de lo ocurrido, fundamentando su dicho en que el deber del abogado es no hacer acusaciones sin pruebas, el procónsul un poco indignado se va del lugar, mientras tanto Tulio se queda meditando acerca de un dialogo que recuerda de Antígona que versa sobre el hecho de que los derechos de los individuos estaban por encima de los derechos del Estado, veía peculiarmente al hombre y al Estado como enemigos, basándose en la teoría de que Dios amaba a los hombres y por eso les había dado la libertad, por tal acto el Estado odiaba a Dios y aborrecía a los hombres.
Quinto recibe la noticia de que será padre, al escuchar esto Tulio no puede evitar sentir una especie de vacío, siente entonces el deseo de compartir su vida con una mujer, sostiene una charla con su hermano el cual le da todas las razones por las cuales, es mejor no casarse y mucho menos con la mujer que tiene en mente: Terencia, cuando le pide una descripción de esta, Quinto a quien describe vivazmente es a su hermana Fabia, una mujer sin duda bellísima de pies a cabeza, pero dedicada a la religión: era una virgen vestal de Terencia le dice que es una mujer posesiva y no muy agraciada físicamente, la misma descripción le da su amigo Julio, cuando Tulio va con su madre a manifestar sus razones con Terencia descubre que ni su hermano, ni su amigo Cesar se habían equivocado al decir que al lado de Fabia, su hermana era tan insignificante, lamentablemente, la esposa de Quinto aborta al bebe que venía en camino, pero es en esta parte del libro donde Lucio vuelve a recobrar una importancia relevante, pues esta prendado de la belleza de Fabia, a pesar de saber que las vírgenes vestales están prohibidas para los hombres, que no deben pretender seducirlas pues el castigo para una mujer que se deja atrapar en las redes de un hombre siendo vestal, era ser enterrada viva, ni hablar del castigo para el hombre, pues era degollarlo, Julio Cesar se cansa de pedirle a Lucio que se aleje de esa mujer, que por el bien de todos ellos, pues si el sale condenado, se llevara a toda la ronda de amigos en los pies, pero Lucio no manifiesta intención de desistir en sus intentos, dice estar perdidamente enamorado de Fabia, a pesar de ser un hombre casado.
Pese a lo comentado por Cesar y Quinto, Marco desposa a Terencia y esta mujer resulta estar llena de virtudes, con el tiempo Tulio se convierte en Cuestor (puesto bajo en la política), cuando se entera Catilina pone el grito en el cielo y vuelve a sugerir la muerte de Cicerón, pero mientras sostiene esa platica con Julio este le sigue demostrando la lealtad incondicional que tendrá para vengar la muerte de su amigo y le hace ver a Lucio que sabe perfectamente que se está colando con los esclavos que pretenden revelarse al gobierno romano, le dice que se ande con cuidado, lo acusa de conspiración.
Del matrimonio entre Terencia y Tulio nace la pequeña Tulia, fascinación del hogar de los Cicerón, por tácticas de gobierno Crasso, Julio y Pompeyo por medio de artimañas sucias y haciéndole creer a Marco que Silia le ha dejado una carta a Crasso haciéndole ver las virtudes de Marco logran convencer a este ultimo de apoyar su causa, fingiendo una política justa para todos los individuos, buscando la equidad y el repartimiento justo de las riquezas, el pueblo entero empieza a creer en la política de Crasso y sus secuaces, pues tiene la firme opinión de la rectitud del gran abogado Cicerón y fundan su creencia en que si Marco los apoya es porque son buenas personas y realmente honradas, Marco toma un descanso, mientras esta en este, Lucio logra su cometido Fabia, vencida por el pecado decide quitarse la vida, confesando su falla a sus hermanas vestales, en juicio Catilina es defendido por
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