La democracia-Robert Dahl
Enviado por karlo • 13 de Mayo de 2018 • 4.147 Palabras (17 Páginas) • 499 Visitas
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Por lo tanto, la pregunta a la que debemos buscar respuesta es ¿por qué la democracia debe ser algo asentado e inamovible cuando la sociedad día a día se transforma y deja atrás lo que no evolucione con ella?
Sin embargo, a medida que avanza el libro, curiosamente, Robert Dahl nos habla de la democracia como algo estable, como un modelo institucional prefabricado. Dahl expone unos criterios que toda democracia debe tener, pero esta afirmación chocaría con las declaraciones expuestas al inicio del libro. Entiendo que estos criterios son los que Dahl asume hoy en día como los imprescindibles para establecer una democracia verdadera pero, el problema de estas disposiciones teóricas es que cierra una gran puerta los cambios contextuales futuros en la sociedad. Dahl está cerrando la puerta a futuras reinvenciones del propio concepto de democracia.
Si continuamos a lo largo del capítulo, el autor nos habla sobre lo que no se consiguió, en lo que avances democráticos se refiere.
La lógica de la igualdad se estrellaba contra el obstinado hecho de la desigualdad.
Dahl nos explica previamente qué es la lógica de la igualdad. La lógica de la igualdad surge en los primeros grupos de personas que lograron cohabitar. Aparece cuando las personas comienzan a pensar que ellos mismos están cualificados para poder tomar decisiones y formar parte del gobierno del grupo. Esta lógica de la igualdad animaba a participar a cualquiera en las decisiones que debían tomar como grupo.
En principio, esto sería lo ideal. Pero, como anuncie previamente, la democracia y, por consiguiente, todas las formas de gobierno, se reinventan. La aparición de regímenes desiguales como la monarquía o la aristocracia derrotaron esta idea de igualdad y participación popular. Las fuertes desigualdades oponían enormes obstáculos a la democracia, las diferencias entre derechos, deberes, influencia, y poder entre diferentes escalafones de la sociedad fomentaban las desigualdades ya existentes por naturaleza.
"Para Dahl, son claves una serie de principios en pos de la igualdad. En esta columna vertebral democrática, no puede faltar el principio de igualdad intrínseca. Supone la asunción de que los seres humanos son esencialmente iguales en lo fundamental. Siguiendo aquí al Rawls de la Teoría de la Justicia, Dahl asumirá el postulado de que la igualdad intrínseca consiste en que cada individuo posea la capacidad de concebir su propia idea de bien y adquirir, además, un sentido propio de la Justicia. De esta suerte el principio de igualdad intrínseca se convierte en el principio categórico de la igualdad: todos y cada uno de los ciudadanos están calificados para autogobernarse". [1]
Hoy por hoy, siguen existiendo desigualdades, a pesar de los logros de las luchas sociales a lo largo de la historia. Estas desigualdades se encuentran, sobre todo, en la falta de oportunidades igualitarias.
Actualmente, lo que nos diferencia es la capacidad de una mayoría de forjar una idea inamovible sobre una minoría. Con esta afirmación, lo que quiero decir es que hoy por hoy, una mayoría puede decidir sobre qué o quién es diferente, y por consiguiente, el ser diferente le hace perder una serie de derechos u oportunidades. El ejemplo más claro se ve en el racismo contra los afroamericanos en Estados Unidos durante el siglo XX. Una amplia mayoría decidió que ser negro era peor que ser blanco, y por consiguiente, debían estar por debajo. Los afroamericanos tenían menos derechos que el resto. Esto producía una brecha enorme entre los ciudadanos estadounidenses. Hoy en día, se ha logrado la equiparación de derechos.
Los gobernantes necesitan herramientas para subsanar los vicios de la democracia. Hoy en día, estas herramientas son leyes. Uno de los medios para lograr una mayor igualdad son las leyes que promueven la discriminación positiva. La democracia choca con las desigualdades. Por ello hoy en día, somos capaces de lograr un sistema integrador para subsanar esas desigualdades. Existen becas escolares, subsidio de desempleo, leyes a favor de la paridad, leyes para mejorar la situación de los discapacitados, leyes para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo, etc...
La verdadera democracia es la igualdad en la esfera de libertad del propio individuo. No puede existir democracia si no existen ambos valores en el ordenamiento jurídico.
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DEMOCRACIA IDEAL
En este apartado, Robert Dahl da una serie de requerimientos para comprender cuál sería lo ideal en un gobierno democrático.
Estos criterios son: Participación efectiva, igualdad de voto, alcanzar una comprensión ilustrada, ejercitar el control final sobre la agenda, inclusión a los adultos.
En este apartado, Dahl expone que los criterios aportan un estándar muy útil para medir los logros y las posibilidades de un gobierno democrático.
El propio Dahl afirma que ningún país ha tenido un gobierno que estuviera a la altura de los criterios de un proceso democrático, por lo tanto, entendemos que estos requisitos son meramente teóricos, no se ha visto materializado aún. Por lo tanto, esta idea parte de una utopía con una base meramente teórica dentro de un postulado condicionado por el devenir de la sociedad. Esto es un arma de doble filo. Las posibilidades de que los postulados de Dahl tuvieran un impacto positivo en una sociedad democrática y multiplicara sus posibilidades de sobrevivir en un sistema democrático son muy elevadas, de hecho, lo más probable es que aquel país que consiga posicionarse con estos estándares se convertiría en la democracia más completa que ha existido nunca.
Sin embargo, existe el gran problema de la inexactitud de las Ciencias Sociales. En las Ciencias Sociales no existen verdades absolutas. Las ciencias exactas cuentan con la ventaja de la corroboración empírica de la teoría. La química tiene soluciones, precipitados y tubos de ensayo para experimentar. La biología tiene cultivos y laboratorios genéticos... ¿Y las ciencias sociales?
Posiblemente, en un futuro, las otras ciencias nos ayuden en desarrollar un simulador verosímil del comportamiento de las masas humanas, y reproducir sus relaciones en esa emulación hasta el punto de la similitud práctica con la realidad. Ahora solo estamos limitados a estudiar lo que sucede de manera espontánea y sin el control de las condiciones de un laboratorio.
Por lo tanto, estos postulados de los que Dahl nos habla podrían no llegar
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