La luz entró en las tinieblas, y la oscuridad no la entendió
Enviado por Sandra75 • 1 de Octubre de 2018 • 1.661 Palabras (7 Páginas) • 445 Visitas
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-Pero aceptará- Le digo con seguridad.
-Ja-ja-ja ¿Qué te hace pensar que lo haré, pequeña?
-Bueno, le he hecho un buen debut con todos esos cuerpos ya inmóviles, ¿Sabe? realizar una invocación de tal magnitud, invocar al Señor del Mal, es un proceso riguroso, no aceptaré un no por respuesta; toda mi vida me ha llevado a esto.- Se queda pensativo y no dice más por lo que avanzo con más decisión.
-Le haré una degustación de mi ser- Le digo, mientras tomo un cuchillo de la mesa y extiendo mi mano al frente, debajo de una copa de cristal con un hermoso acabado. Respiro hondo y voy soltando el aire mientras rajo mi piel y corto mis venas, y entonces la copa se llena de un odio rojo.
Una vez que está completamente llena se la ofrezco al ser que está junto a mí. Él la toma y se la lleva a la boca y comienza a beber de ella. No habla, ni se mueve hasta que termina de tomarse mi preciado líquido. El único cambio en su ser, han sido sus ojos. El fuego que hay en ellos ha disminuido, lo que me da a pensar que se ha serenado.
Vuelve al otro lado de la mesa y comienza a fumar un puro que no sé de dónde ha sacado, pero no me sorprende, después de todo estoy con el maestro del engaño.
Se fuma la mitad del objeto y entonces comienza a hablar.
-Aceptaré, sólo porque te he probado ya, y tu alma es malvada, agria a más no poder, pero tus intenciones son puras, algo dulce. Un alma tan pecadora y corrupta como santa. Son difíciles de hallar. Así que acabemos con esto, ¿Qué es lo que quieres?
Comienzo a morderme el labio, un sensual gesto; pero lo hago para reprimir la risa que soltaría de no hacerlo. ¡Ha caído, el señor del engaño ha caído ante mí!
Me quedo pensativa y finalmente dicto:
-Mi deseo ha sido siempre y es aún sólo uno. Pero verás, he perdido mucha sangre estos momentos y sé que mi fin está cerca. Mi salud se ha deteriorado por los vicios de mi ser. Así que mi deseo será de unos instantes, poco tiempo en realidad. Después de eso podrás recuperar lo que me diste.
No dice una palabra más, lo que era un abismo con una pequeña luz al fondo vuelve a convertirse en el infierno que llevan sus ojos.
-Trato... hecho- Dice y sonríe.
-¿Es necesario que te diga lo que deseo?- Digo ansiosa de oír la respuesta, todo sería un fracaso si la respuesta es afirmativa.
-No, no lo es y ni me interesa, tu deseo se convertirá en realidad, dolerá pero será realidad.- Me dice indiferente. El dolor vuelve a la realidad, es algo que ya sé.
Me quedo serena, y espero a que haga lo que tiene que hacer. Por mis adentros muero, lo hará, lo hará. ¡He ganado, le he ganado al Señor de la Maldad!
Entonces las luces se apagan y quedamos en completas tinieblas, de pronto me besa la oscuridad en la boca. Y siento el poder.
Entonces algo ocurre, ha descubierto mi deseo. Pero ya es demasiado tarde.
Comienza a maldecir y blasfemar en lenguas inentendibles.
-Maldita perra, Zorra infernal, ¡¿Cómo osas hacer esto, a mí?!
-Entonces siento el poder en cada partícula de mi ser y en cada partícula ajena. Recobro mis fuerzas y comienzo una borrachera de risa.
-Estúpido Lucifer, te he embriagado con mi sangre y tu necesidad un alma como la mía te ha hecho hacer sin pensar.
Tomo el cuchillo con el que me he cortado y avanzo contra la pobre criatura que se refugia, blasfemando contra mí. Lo tomo del cuello y lo veo directo a sus ojos, ahora sin ningún fuego que temer, encajo el filoso objeto en cada uno de ellos, él cale al suelo retorciéndose y comienza a burlarse para al final decir:
-Oh, querida, no sabes lo que has hecho, te arrepentirás- Dice mientras se esfuerza por levantarse. Entonces avanzo hacia él y le apuñalo en el vientre, docenas de veces.
-No soy de las que se arrepiente- Le susurro al oído y le dejo desvanecerse.
El suelo comienza a enojarse, se oyen truenos cargados de furia y una lluvia comienza a llorar en el mundo entero. Para mí es un buen recibimiento; todo está en mí ahora, soy lo odiado; lo sucio, lo feo, lo impuro, lo indescriptible, lo nauseabundo, lo temido, lo prohibido, lo oscuro, lo inmortal, lo inaguantable, lo blasfemo y tengo un asunto pendiente con Dios.
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