La motivación de Platón: La crisis de la democracia ateniense.

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El conocimiento de las ideas y sus relaciones, pues, constituyen el verdadero saber, al que sólo puede llegarse tras seguir el camino ascendente del conocimiento, pasando por los cuatro grados

5. Cuerpo y alma: El dualismo antropológico y la tripartición del alma

Para Platón, como el mundo, el hombre está compuesto por un elemento sensible (el cuerpo) y por un elemento inteligible (el alma). Estos dos pertenecen a dos mundos diferentes y no pueden estar unidos de un modo necesario, sino que su unión es solamente temporal y accidental. Lo cual quiere decir que, si bien el cuerpo no puede vivir sin alma, esta si puede vivir sin cuerpo. Platón relata que el alma, antes de unirse al cuerpo estaba en el mundo de las ideas, contemplándolo y que en un momento dado (cuando nos engendran) el alma cae prisionera del cuerpo, siendo esto traumático para ella y haciéndole perder la memoria. El alma, antes de nacer ha conocido las ideas y a pesar de no verlas en el mundo sensible, las puede recordar. A esta teoría se la llama “teoría de la reminiscencia”.

Platón sostenía que había tres partes de alma: El alma concupiscible, donde residen los deseos irracionales y la búsqueda de los placeres, situada en el vientre; el alma irascible, donde residen los sentimientos y pasiones, y que a su vez es la parte del alma responsable del valor o coraje, situada en el pecho, y, finalmente, el alma racional, que ejerce las funciones intelectivas, situada en la cabeza.

6. La justicia en el alma

Para Platón, a cada parte del alma le correspondía un virtud o excelencia. Al alma concupiscible la templanza, que es la manera excelente de gestionar el deseo; al alma irascible la fortaleza, que es la manera excelente de enfrentar la adversidad, y, por último, al alma racional la sabiduría, que se identifica con la prudencia y es la manera excelente de conducir la vida conforme a la razón.

Esto le lleva a Platón a afirmar que una vida virtuosa es aquella en la que se equilibran las tres virtudes del alma, siempre encabezadas por la dirección de la sabiduría.

7. La justicia en la polis

Platón, según el tipo de alma que domina en él, divide a los hombres. Para él una ciudad verdaderamente justa será una en la que haya equilibrio de los tres tipos de hombre. Así bien, en los productores gobernará el alma concupiscible, en los guardianes, el alma irascible y en los gobernantes el alma racional.

Para determinar qué tipo de alma domina en cada hombre habrá un sistema educativo lo decidirá mediante un proceso en el que tendrán que superar los niveles de conocimiento, desde la opinión hasta el conocimiento estricto, de manera que dependiendo del nivel que cada uno logre alcanzar, se considerará que en el predomina uno u otro tipo de alma.

Luego entonces, para Platón, la justicia se realiza cuando cada uno de los grupos sociales desempeña la función que le corresponde y la lleva a cabo de forma adecuada. Su definición es “hacer cada uno lo suyo”. Para esta armonía es fundamental eliminar los problemas que conlleva la propiedad privada, por eso quien posee (productores) no gobierna y los que gobiernan (gobernantes y guardianes) no poseen.