Las alas de mi muñeca
Enviado por Ledesma • 23 de Abril de 2018 • 977 Palabras (4 Páginas) • 298 Visitas
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-pide un deseo, antes de que se vayan!- grita mi muñeca. Al ver su desespero por que pida mi deseo. Lo hago, cierro mis ojos y lo pido muy desde adentro de mí ser.
Abro mis ojos de nuevo y ahora estamos en un lugar algo chistoso, no va acorde con mi estilo, todo es de color, algunas cosas de color chillón, plantas grandes y pequeñas jugando entre ellas, de repente miro mi reloj, y han pasado ya varias horas; tengo que volver, pero a ¿dónde?, no recuerdo. – ¿Qué quieres hacer?- pregunta mi muñeca con intriga, al ver que no quito la mirada de mi reloj. Ella sabe que debo marcharme, pero por su tono no creo que ella este contenta de que lo deba de hacer. –Quédate un poco más- me dice, y yo no paro de mirar mi reloj. –vamos exploremos un rato y si quieres te vas- me dice mi muñeca con una sonrisa de costura a costura, que de hecho se me hace muy familiar…
Cielo naranja, césped azul, ríos transparentes, que hermoso paisaje, pero… ¿A dónde vamos ahora?... mi muñeca y yo seguimos caminando, más y más alto en esta montaña muy empinada, se parece mucho a la que mostraban en las páginas de dibujos de mis libros de geografía; llenas de árboles, grandes y antiguos, llenos de lama y hongos. – ¡Llegamos!- dice mi muñeca. ¿A dónde? Pregunto al ver solo un valle desértico y peligroso por su aspecto. – al comienzo del fin, o al fin del comienzo; como lo prefieras llamar – dice mi muñeca con una cara de malicia.
De repente estoy mirando desde la cima hacia ese acantilado; siento un tirón y luego un vacío, un vacío profundo, como cuando caía en picada cuando estrenaba mis alas, ¡estoy cayendo!, mi muñeca se tiró conmigo. Todo se ve en cámara lenta; Voy a morir, no puedo volar, no tengo alas; ¿Qué hago? – ¡Cálmate!- dice mi muñeca, - ¡pronto todo terminara, o comenzara de nuevo! Sigo mirando hacia abajo, siento un dolor en mi espalda, mis ¡alas!, están aquí de nuevo pero no las puedo abrir; el suelo allí esta…
Ring!! Ring!!
¡Que! ¿Dónde estoy?, ahmm es mi cuarto, otro día, otra vez clase, otra vez todo lo mismo. Miro mi mesita de noche y allí había algo, algo que me hacía sentir que todo lo que paso hace un momento era mi realidad, mi muñeca, mi rara y hermosa muñeca y con ella una blanca, delicada y suave pluma.
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