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Literatura PIA - Ensayo

Enviado por   •  1 de Noviembre de 2017  •  9.300 Palabras (38 Páginas)  •  692 Visitas

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-Yo me llamo Kimberly.

-Mucho gusto, bueno, vamos a seguir buscando.

-Okey. –Esbocé una ligera sonrisa.

Por fin encontramos el salón, entramos y me senté junto a ellos. Andrés se sentó delante de mí y Sara a lado.

-Kimberly, ¿De dónde eres? –Me preguntó con gran interés.

-De la ciudad de México, ¿tú?

-De aquí, bueno, nací en México, pero desde pequeño nos vinimos para acá y pues ya me quedé aquí.

-¡Oh! Qué bien. ¿Y tú, Sara?

-Yo soy de Cancún, México y estoy igual que tú, de intercambio. –Noté que también estaba emocionada como yo.

-Qué bueno que ya conocí a alguien porque si no, me iba a sentir un poco incomoda no sabiendo nada.

-No, te preocupes, Kimberly. –Me dijo Andrés. Yo que vivo aquí te diré muchas cosas de París y te mostraré lugares para que conozcas. –Me lo dijo en tono de amabilidad y mostrando una sonrisa.

-Muchas gracias, Andrés.

Llegó el maestro, era alto, piel blanca, creo que tiene los ojos verdes como los míos y cabello negro, tenía aproximadamente 36 años.

-Bonjour, jóvenes.

-Bonjour. –Dijeron todos.

-Bueno, yo les voy a dar la materia de historia de la psicología. Me llamo Sebastián Robledo. Mucho gusto. Espero que les agrade mucho mi clase.

-Señorita… -Señalándome. ¿Cómo se llama? –Me preguntó mirándome a los ojos.

-Kimberly Rodríguez.

-Kimberly, ¿Usted sabe algo sobre esta materia que puede decir?

-Sí. –Lo miré y le dije lo que sabía.

-Muy bien. Sabe mucho, me alegra. –Me sonrío y yo le devolví la sonrisa.

Comenzó a dar su clase, la cual me agradó mucho, ya que se ve que es un buen profesor y muy buena onda. De pronto, no me di cuenta y se fue el tiempo con las demás clases y ya era hora de salir, me junté con Andrés y Sara. Y nos fuimos juntos. Tomamos el autobús y los 3 nos bajamos donde mismo. Andrés tiene su casa cerca del edificio donde yo vivo y Sara vive en el mismo edificio, sólo que ella está en el piso de abajo.

-Bueno, Sara… me voy a mi apartamento. Qué bien que vivas donde mismo que yo. Cualquier cosa subes y tocas, ¿ok?

-Sí, gracias, Kim.

-Estoy en el 403

-Está bien.

Entre a mi apartamento y me puse a hacer la tarea que nos dejaron. Lo bueno es que no era mucha y la pude terminar al poco tiempo. Ya eran las 4pm y pensaba en llamarle a Andrés para ver si podríamos ir junto con Sara a conocer un poco de París pero apenas y lo conozco, me animaré cuando haya más confianza. Para matar el tiempo, comí algo de lo que había comprado ayer y luego fui a la cama y estuve en mi celular un largo rato, mensajeando con mis amigos y mi novio que están en México. Mi novio era muy cursi, me decía que me extrañaba y todo. Me estaba contando que su mamá estaba mejorando, lo cual me alegra. Y así estuvimos mensajeando por largo tiempo. Estaba pensando en mi padre, casi no sé nada de él, mi mamá sólo me ha contado que lo conoció en Paris cuando andaba estudiando y anduvieron por largo tiempo pero al terminar la carrera ella se devolvió a México y supuestamente mi padre se quedó en París y quisieron llevar esa relación a distancia y no se pudo y fue cuando terminaron. Esa es una de las razones por las que también me vine a París, para ver si tengo suerte y puedo encontrarlo. Mi mamá también me contó que después de que terminó su noviazgo con mi papá se enamoró de Martín y al poco tiempo se enteró que estaba embarazada y por los meses supo que era del chavo que conoció en París. Martín fue el que me ha criado desde que nací, él me cae muy bien y lo quiero mucho, pero creo que nunca lo veré como un verdadero padre. A veces quisiera que mi madre me dijera más sobre mi padre tal vez con más información me animaría a buscarlo y en una de esas lo encuentro. Yo sé que no fue culpa de ninguno de los dos, a veces una relación a distancia no siempre dura. Pero mi madre le hubiera dicho que iban a ser papás y tal vez él estaría feliz al tenerme. Después de tanto pensar no me di cuenta en qué momento me quedé dormida y me fui despertando como a las 10 de la noche, ya que el hambre me despertó. Fui al refrigerador y me calenté una pizza que había comprado. Me la comí y después me pasé un rato en mi computadora investigando más sobre París. Cada vez me gustaba más estar aquí. Es increíble todo, sus calles, sus monumentos, sus lugares turísticos…todo. Sigo muy contenta de haber elegido este lugar para venirme a estudiar. Sé que fue la mejor decisión que pude a ver tomado. Aunque sí extraño México y a mis amigos y familia de allá en especial a mi madre y a Martin, sé que ellos igual y les agradezco que me hayan apoyado con esta decisión y que me estén pagando todos mis estudios y mis gastos. En serio que valoro mucho el esfuerzo que hacen por mí. Pero como les prometí, les pagaré con mi total entrega a mi carrera. Y lo bueno es que los iré a visitar cada fin de cursos. Así no se nos hará tan extensa esta lejanía.

Al día siguiente, me desperté, me puse un pantalón de mezclilla, unos botines negros y una blusa azul. Me cepille el cabello y me reuní con Sara y Andrés para irnos a la universidad. Llegamos y nos metimos al salón.

-Kim, ¿qué tal los primeros días aquí en París?

-Muy buenos, sólo he conocido la torre Eiffel y la Catedral de Notre Dame. Las cuales me gustaron demasiado.

-¡Qué bien! Oye, ¿qué te parece si vamos tú, yo y Sara a visitar algunos lugares? Por ejemplo la Plaza de la Concordia y El Arco del Triunfo.

-Me parece perfecto. –sonreí.

-Muy bien. –se rio.

Entró el profesor Sebastián al

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