Llamas oscuras

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Sumida en mis pensamientos no me percaté de que Hailee se acercaba por detrás y picándome las costillas con más fuerza de la necesaria me hizo saltar dando un grito como si me hubiese agarrado la corriente haciendo que todos los que estaban en el jardín se rieran. Me llevé una mano al pecho y le lancé una mirada fueguina que se suavizó al instante al ver quien era.

- ¡Quieres matarme de un infarto! ¡¿Cómo vas a hacerme eso?! -chillo y luego la abrazo.

-Tal vez podrías decirle al chico que te pinta ojeras que te avise cuando llegue, mientras tú derramas babas como un bulldog francés. -volví a clavarle una mirada cargada de ira y muevo mi cabeza de lado a lado.

-Sabes hoy no es un día de esos en los que estoy con el mejor humor del mundo, okay? Y no es mi culpa que seas tan rarita como Luna Lovegood.

Hailee era una de esas personas a las cuales le interesaban cosas que no eran muy comunes le atraía la magia, buscaba siempre información sobre las brujas, su especialidad eran las Wiccas. Podías preguntarle lo que fuera respecto a ello y la tendrías por horas hablándote sobre los clanes que existieron en el mundo y su teoría de que aún hay clanes wiccas. Y que según su enorme viaje entre antepasados logró armar su árbol genealógico que explica que ella tiene poderes y que podía percibir las diferentes vibraciones de las plantas y animales. Aunque admito que lo de las vibraciones de las plantas hubo un tiempo en que se lo creí porque me salvó varias veces de la urticaria cada vez que iba a tocar hiedra venenosa u ortiga.

Sabía mucho de plantas curativas y realizaba extraños remedios caseros con ellas. Me hizo una crema de avena y no sé qué otras cosas cuando un día me brotó el acné como nunca y me lo curó así que la tengo preparando crema de avena casi todos los meses porque nunca más me salieron granitos. Así que considero que soy la única que cree en sus extraños poderes wicca. Aunque es muy gracioso cuando se enoja porque Thomas le pregunta si las brujas wiccas inventaron wikipedia.

Cuando iba a desplegarse una nueva riña entre Thomas el escéptico, y nuestra dulce brujita sonó la campana que indicaba el ingreso a clases al tiempo que Dominik se acercaba corriendo a nuestro grupo con su cabello peinado a las cachetadas y sus grises ojos abiertos como platos mientras se acomodaba el cuello de la camisa que se había doblado al ponerse la mochila al hombro.

- No sé para qué te ocupas. Parece que hubieras venido en pijamas- dijo Thomas en tono serio ya que estaba ofuscado por la pelea tonta que había tenido con Hailee minutos antes.

- No le hagas caso al tontito ese - dije poniéndome frente a Dom y acomodo el cuello de su camisa y con mis uñas usándolas de peine acomodo su cabello. -Listo Ken ya quedaste.

- De nada Barbie. -respondió a mi juego y suelto una risa nerviosa ruborizándome.

-No soy rubia ni superficial.

-Claaro que no eres superficial, solo te miras al espejo como cincuenta millones de veces. Aunque parece que hoy no lo hiciste.

-Tu no Dom, por favor te lo suplico. Ya he tenido demasiado con ellos. Y no eres el más indicado - suelto una carcajada melodiosa que él solía decir cantarina y entramos a la clase de historia.

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