Lázaro en el Lazarillo de Tormes
Enviado por Kate • 22 de Enero de 2018 • 1.861 Palabras (8 Páginas) • 890 Visitas
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-El Escudero aparece en el tercer tratado y por tanto es el tercer amo de Lázaro. Tras vagar algunos días por las calles de Toledo mendigando, Lázaro se encuentra con el escudero quien le acepta como criado. El escudero representa a la clase nobles y el autor lo utiliza para denunciar la inutilidad de la honra y las falsas apariencias de aquella época. Ya que al contrario de lo que le pareció a Lázaro, que se puso muy contento al ver los ropajes y el aspecto de su amo, pero más tarde cayó en la cuenta que este era igual de pobre que él. El Escudero es muy orgulloso y se toma demasiados en serio lo que los demás piensen de él, incluso intenta ocultarle su situación a Lázaro. En el siguiente fragmento el escudero cuenta a Lázaro su historia:
“Porque un día que habíamos comido razonablemente y estaba algo contento, contóme su hacienda y díjome ser de Castilla la Vieja, y que había dejado su tierra no más de por no quitar el bonete a un caballero, su vecino. -Señor -dije yo-si él era lo que decís y tenía más que vos, ¿no errábades en no quitárselo primero, pues decís que él también os lo quitaba?- -Sí es, y sí tiene, y también me lo quitaba él a mí; mas, de cuantas veces yo se le quitaba primero, no fuera malo comedirse él alguna y ganarme por la mano.- -Paréceme, señor -le dije yo-que en eso no mirara, mayormente con mis mayores que yo y que tienen más.- -Eres mochacho -me respondió- y no sientes las cosas de la honra, en que el día de hoy está todo el caudal de los hombres de bien.-[…] -Mayormente -dijo-que no soy tan pobre que no tengo en mi tierra un solar de casas, que a estar ellas en pie y bien labradas, diez y seis leguas de donde nací, en aquella Costanilla de Valladolid, valdrían más de doscientas veces mil maravedís, según se podrían hacer grandes y buenas; y tengo un palomar que, a no estar derribado como está, daría cada año más de doscientos palominos; y otras cosas que me callo, que dejé por lo que tocaba a mi honra. Y vine a esta ciudad, pensando que hallaría un buen asiento, mas no me ha sucedido como pensé. Canónigos y señores de la iglesia, muchos hallo, mas es gente tan limitada que no los sacarán de su paso todo el mundo. Caballeros de media talla, también me ruegan; mas servir con estos es gran trabajo, porque de hombre os habéis de convertir en malilla y si no, ¡anda con Dios! os dicen. Y las más veces son los pagamentos a largos plazos, y las más y las más ciertas, comido por servido. Ya cuando quieren reformar conciencia y satisfaceros vuestros sudores, sois librados en la recámara, en un sudado jubón o raída capa o sayo. Ya cuando asienta un hombre con un señor de título, todavía pasa su lacería. ¿Pues por ventura no hay en mi habilidad para servir y contestar a éstos? Por Dios, si con él topase, muy gran su privado pienso que fuese y que mil servicios le hiciese, porque yo sabría mentilla tan bien como otro, y agradalle a las mil maravillas.”
El escudero presta mucha atención a su apariencia y a lo que los demás piensen de él. Como se describe en el fragmento, llega a dejar su ciudad y posesiones atrás con tal de no cruzarse con aquel caballero que nunca no se quitaba el sombrero antes que él. Lo único que tiene el escudero es su honra tal como afirma en el fragmento, en aquella época la honra era mucho más importante que el simple hecho de comer. Es tal la importancia de la honra para el escudero que se niega a aceptar ciertos trabajos debido a que esto supondría la pérdida de su honor, lo cual es incomprensible para Lázaro dada su situación económica.
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