Mariana La Niña Que Le Teme a la Oscuridad

...

-Mariana: ¡¡¡Ángel mira allá esta mí querido Orión!!!

-Ángel: si allá está mi buen amigo Orión, vamos a bajar para que logres hablar con él.

-Mariana: ¿cómo para que pueda hablar con él? Orión está muerto y es un perro y nosotros no hablamos el lenguaje animal.

-Ángel: Mariana estamos en el mundo de lo posible, un mundo diferente al tuyo.

-Mariana: ¿hablas en serió?

-Ángel: si pequeña, vamos a bajar.

Mariana y Ángel descienden al lugar donde esta Orión. Mariana impresionada dice:

-Mariana: ¡¡¡Orión, mi querido Orión!!!

Orión voltea y ve a su querida ama, camina hacia ella y se postra en sus pies, con mirada tierna y lágrimas en sus ojos le dice:

-Orión: mi niña Mariana, mi querida ama, que gusto verte.

-Mariana: Orión perdóname, yo no quise que murieras, no supe nada y no te pude ayudar. Perdóname por favor.

-Orión: mi querida niña, no tengo nada que perdonarte, el que yo muriera alejado de la casa no es tu responsabilidad, es solo mía no quise que me vieras morir, no te quería causar daño.

-Mariana: mi amado Orión, tu partida en aquella noche oscura dejo un dolor muy grande en mí y un miedo inmenso cada vez que llega la noche.

-Orión: tranquila pequeña, tu dolor y tu miedo se irán.

-Mariana: Orión es que me siento culpable.

Ángel interviene en la amena conversación de Mariana y Orión y les dice:

-Ángel: te cuento Orión, que cuando llegue a la habitación de Mariana estaba muy asustada, ja, ja, ja, ja...

-Orión: que alegría verte Sebastián, gracias por traer a Mariana.

-Ángel: tranquilo amigo, sabes que mi deber es ayudar a los niños a que el miedo se aleje de ellos.

-Mariana: ¿ustedes se conocen?

-Ángel: si, nos conocemos desde hace tanto tiempo.

-Orión: Ángel y yo nos conocimos, desde que yo llegue a este lugar tan maravilloso.

-Mariana: que bueno que se conocen. Sebastián gracias por traerme a ver a Orión.

-Ángel: es mi deber Mariana.

-Orión: disculpen que los interrumpa, pero Mariana tienes que dejar el miedo, tú no eres responsable de mi muerte, no le temas a la oscuridad.

-Mariana: está bien Orión. No le temeré a la oscuridad siempre y cuando me lleves a terminar de conocer este maravilloso lugar.

-Orión: ¡con todo el gusto, vamos!

Orión y Mariana se fueron a recorrer aquel hermoso lugar donde todo lo que lo habitaba era hermoso, Orión le obsequio a Mariana una pulsera con una piedra preciosa y se despidieron. Cuando Mariana despertó estaba en su casa y ya estaba amaneciendo observo su mano y vio la pulsera que su mascota le regalo. Y dijo:

-Mariana: de ahora en adelante no le volveré a tener miedo a la noche, porque en una noche Orión se fue, pero en otra noche me reencontré con él en ese hermoso lugar que nunca olvidare.

Fin.