Ninfas del valle

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El cual el joven que llevaba el nombre de Gerardo Ávalos, fue tratado bien por las personas, porque él era muy amble respetuoso y por su excelente trato a las personas, también con un excelente carácter, ha si era Gerardo un gran muchacho las personas que lo conocían. Él fue uno de las personas desaparecida de la gran tormenta que sucedió. Los padre de Gerardo convencidos de que el mar había servido de tumba para su hijo, elevaron a la memoria de este un sencillo mausoleo que rodearon de plantas, y la tristeza reinó para siempre en su hogar de sus padre.

Mucho tiempo después de que paso el suceso de Gerardo, se casaron los hermanos y solo Vivian dos pobres ancianos solos sin un hijo que los pudiera ver y que se hicieran responsables.

El un hombre solitario con un empleo de logro y esfuerzo, parecía un pescador por su forma de ser vestido, y su amada esposa una viejita solo ella lo podía acompañar, él pobre anciano se encontró con un par de jóvenes y después de un largo tiempo empezaron a conversar, el anciano les contaba su vida y las experiencias que tenía sobre la vida y el suceso que le paso a su amado hijo...

El anciano les conto de hace menos de un mes había encontrado una botella en el mar, la botella estaba perfectamente cerrada, él pensó que la botella era de alguna persona que avía extraviado y tal vez contendía alcohol, él se quitó la curiosidad del saber que era en realidad ,que contenía la botella, se llevó la botella a su casa y tranquilo la destapo, y como siempre en presencia solo ellos dos, pero a la hora de destaparla se dio cuenta de que no era lo que en realidad avía pensado si no que la botella solo contenía un papel escrito con menuda y dirigidos a alguien, Los dos ancianos se conmovieron al ver la letra de su hijo perdido, ellos compraron el papel que llevaba la botella, sin reclamas el precio de ella, entonces los dos ancianos decidieron abrí el papel para darse cuenta del contenido que tedia la hoja, No sin dificultad los leyeron repetidas veces, llamando después a los hermanos de Gerardo para enterarles de tan singulares sucesos. El documento de la botella decía así: « ¡Cuánto hemos luchado con las olas! ¡Qué capitán tan valiente! ¡Qué tripulación tan admirable!, No puedo sino hacer conjeturas. Sin duda una ola me lanzó a unas peñas, donde me herí ligeramente y en las que me hallé casi desnudo, rendido, calenturiento, sintiendo el doble martirio del hambre y de la sed.

Los ancianos al ver el documento se dieron cuenta de que en realidad su hijo podría estar vivo.

Mientras tanto en la isla Gerardo dice: Si Dios quiere que ellos sepan que vivo y soy dichoso, la hará llegar más o menos tarde a sus manos; si no, me llorarán perdidos para siempre, y sus oraciones aumentarán mi ventura. No los olvido, y Victoria y yo los amamos y bendecimos con todo nuestro corazón».

Después de estas líneas, Gerardo Ávalos había firmado el manuscrito, poniéndole luego la dirección de la casa de su familia, donde, como hemos dicho al principio, lo había llevado el pescador. Esta novela está muy interesante porque tiene mucho drama el no saber si el joven esta muerto o en realidad estaba vivo.