Oferta y demanda con gobierno
Enviado por Helena • 12 de Diciembre de 2017 • 3.270 Palabras (14 Páginas) • 556 Visitas
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b) El salario mínimo
El salario mínimo se refiere al sueldo que el trabajador debe recibir como mínimo por su oferta de trabajo. Si el salario mínimo está por encima del salario de equilibrio, no hay problema. Pero si el salario mínimo está por encima del salario de equilibrio se generan problemas porque la oferta de trabajo disminuye (las empresas contratan menos personal) y la demanda se mantiene (hay más gente que desea acceder a un empleo), por lo cual hay un excedente de demanda: muchos trabajadores quedan en el desempleo.
Al igual que en el caso del alquiler de viviendas, se busca crear un salario justo y mínimo como derecho social. Pero esto crea un excedente de oferta en las empresas y un excedente de demanda de trabajadores en el mercado.
En ese sentido, el salario mínimo crea una asignación ineficiente de empleos porque los criterios para ofrecer un trabajo con salario mínimo sólo benefician a los que ya se encuentran laborando de manera estable, ya que tienen un incremento en el salario. Sin embargo, perjudica a los que buscan un trabajo, por lo cual hay una pérdida económica real por el mayor tiempo que toma obtener un nuevo empleo.[pic 3]
En ese sentido, la medida que se planteaba como justa termina siendo injusta, porque sólo beneficia a un pequeño grupo: los que tienen un trabajo fijo. Pero no beneficia a los desempleados ni tampoco mejora la calidad del trabajo. En ese sentido, las empresas pueden potencialmente ofertar más trabajo y los trabajadores demandar también más empleos, pero la ley no permite concretar este acuerdo porque el salario mínimo se encuentra por encima del salario de equilibrio.
c) Los impuestos
Los impuestos son una regulación del Estado sobre las ventas o la producción para obtener el ingreso fiscal. Los impuestos pueden basarse en dos principios: a) el principio de los beneficios, en donde las personas deben pagar impuestos en la misma cantidad a los beneficios que reciben de los servicios que proporciona el gobierno; y b) el principio de la capacidad de pago, en el que las personas deben pagar impuestas de acuerdo a la facilidad con que pueden pagarlos.
Lo importante sobre los impuestos es que depende de la elasticidad de la oferta o de la demanda si el impuesto termina siendo pagado mayoritariamente por los vendedores o los compradores. En ese sentido, no todo impuesto es justo, porque de acuerdo a la elasticidad perjudica a uno de estos dos.
c.1) Impuestos en una demanda elástica e inelástica
Cuando la demanda es elástica significa que los compradores consumen un bien que puede ser reemplazable por otro, en caso el precio se incremente. Por ejemplo, el consumo de lapiceros rojos: en caso suban mucho de precio, los compradores se moverán a otro producto como los lapiceros negros.
Es por esa razón que con la elasticidad de la demanda el precio pagado por los compradores se mantiene, ya que los vendedores son los que tienen que pagar la mayor parte del impuesto incluido en el precio de venta. Esto es así porque si los vendedores elevan el precio, perderán a sus compradores porque reemplazarán el bien con una nueva demanda. Así, los vendedores terminan pagando la mayor parte del impuesto; y para cubrir sus gastos deben disminuir la cantidad ofrecida para seguir vendiendo el bien al mismo precio y sin afectar sus ventas.
Por el contrario, cuando la demanda es inelástica, los impuestos terminan siendo pagados por los compradores o usuarios. Esto pasaría con el mercado del petróleo, debido que como no tiene un reemplazo o costo de oportunidad inmediato, un aumento del impuesto significar un incremento del precio y una reducción de la cantidad producida, por lo cual el alza total del precio terminaría siendo pagado por los compradores, ya que no pueden trasladarse a otro bien que produzca el mismo beneficio. En ese sentido, lo que más perjudica económicamente a los compradores son los impuestos a las demandas inelásticas como el petróleo, la insulina o la energía eléctrica.[pic 4]
c.2) los impuestos a una oferta elástica e inelástica
Al contrario que el caso de la demanda, cuando se incorporan impuestos a ofertas inelásticas, la mayor cantidad de los impuestos lo pagan los vendedores. Esto pasa cuando los ofertantes no pueden aumentar la cantidad para cubrir los costos de un impuesto a su oferta. Ejemplos claros de esto sucede en el negocio de hoteles. Es decir, cuando se eleva los impuestos a los hoteles, los dueños no pueden aumentar la cantidad de habitaciones disponibles porque tienen un tope que no logra cubrir el incremento del precio. Por esa razón, ante el incremento de los impuestos, los vendedores tienen que cubrir la mayor cantidad de ese ingreso fiscal para el Estado.
Sin embargo, cuando la oferta es elástica, los compradores pagan la mayor cantidad de ese impuesto. Esto pasa con el mercado de la comercialización de arena, ya que un aumento del precio es pagado por la demanda de empresas o industrias de construcción, por lo cual ante un aumento del precio son ellos los que deben correr con estos gastos.
[pic 5]
En ese sentido, lo que más perjudica a los compradores, son los impuestos a ofertas inelásticas.
La elasticidad de la oferta hace que los vendedores incrementen el precio del bien ofertado y que los compradores paguen la totalidad del impuesto, por lo que la cantidad vendida disminuye. El ingreso fiscal es pagado enteramente por los compradores y la pérdida irrecuperable está en la cantidad de bienes menos producidos para el mercado.
Keynes
Keynes concede al Estado un papel central en la determinación del nivel de actividad económica (y del empleo) de los países. El contexto económico del período de entreguerras dentro del cual hace su aparición el planteamiento de Keynes, se caracterizó por un severo estancamiento económico de la Gran Bretaña, que había sido hasta entonces la gran potencia económica y militar del mundo, sufriendo tasas de desempleo que se mantuvieron persistentemente por encima del 10% entre 1920 y 1940. Por otra parte la potencia económica y militar emergente, Estados Unidos de América, debió soportar en los primeros años de la década de los treinta una crisis económica cuya tasa de desempleo llegó a ser del 25% en 1933. Dicha crisis abarcó a otros países industrializados como Alemania, Gran Bretaña, Suecia, Dinamarca, Noruega y Australia cuya característica fueron las altas tasas de desempleo. El periodo
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