Resumen "El caballero de la armadura oxidada"
Enviado por Eric • 27 de Noviembre de 2018 • 2.354 Palabras (10 Páginas) • 1.010 Visitas
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El caballero le pidió un consejo al rey a lo que este le dijo: “este es un nuevo tipo de cruzada para ti querido caballero, una que requiere más coraje que todas las otras batallas”
El caballero comenzó a hablar consigo mismo y ahí entendió que en realidad siempre había tenido miedo de estar solo.
A medida que avanzaba el tiempo, el caballero comenzó a escuchar una voz, esta voz resultó ser su verdadero yo, al incrementarse la confusión del caballero, la voz decidió auto llamarse Sam.
El caballero después de haberse dormido despertó sin su yelmo, al no entender que ocurría, Ardilla y Rebecca le hicieron ver que había llorado en el castillo del silencio y que sus lágrimas habían oxidado su yelmo.
El Caballero había podido comprender el dolor de su esposa y de su hijo y pudo continuar su viaje hasta el Castillo del Conocimiento.
Capitulo quinto: EL CASTILLO DEL CONOCIMIENTO[pic 7]
El caballero continuó caminando hasta que se encontró con el Castillo del conocimiento, a diferencia del anterior, a este castillo entró acompañado, Ardilla le dijo que “el silencio es para uno, pero el conocimiento es para todos”.
El Castillo del Conocimiento estaba totalmente oscuro, en las paredes había una inscripción que decía “el conocimiento s la luz que ilumina vuestro camino”, al entender que entre más cosas supiera, más luz habría en su interior fue cuando la habitación se iluminó y le reveló otra inscripción.
“¿habéis confundido necesidad con amor?”, ahí comprendió que en vez de haber amado a su esposa y a su hijo en realidad los había necesitado, para que limpiaran su casa, cocinaran su comida y para que su hijo continuara con el legado de ser un caballero.
Ahí comprendió que él y su indiferencia habían sido los culpables de que su esposa hubiese empezado a beber vino.
Descubrió que solo podría amar a otros en la medida que se amara a el mismo.
El ahora conocía la verdad y la verdad era amor. Fue entonces cuando la habitación se llenó de luz, era una luz hermosa que parecía no venir de ningún lugar y de todos los lugares a la vez, era la luz del conocimiento.
Cuando el caballero se dispuso a continuar Rebecca llegó volando y le enseño un espejo; Rebecca insistió en que el caballero se mirará y el ante su insistencia lo hizo, él se sorprendió al ver su imagen, no se reconoció ya que su rostro estaba lleno de inocencia y belleza. Ahí descubrió que él siempre había sido bueno, amoroso y generoso, y que no tenía que demostrarlo en batallas rescatando damiselas y matando dragones.
En ese entonces entendió que no necesitaba ambicionar tantas cosas, a partir de ese momento prometió que no mas ambiciones vendrían a su corazón. Reflexionó y descubrió que el tiempo transcurría con más rapidez cuando uno se escuchaba a sí mismo, recordó cuantas veces el tiempo se había hecho eterno mientras él esperaba que otras personas lo llenaran.
Con solo el peto de su armadura, partió con Ardilla y Rebecca al Castillo de la Voluntad y la Osadía.
Capitulo Sexto: EL CASTILLO DE LA VOLUNTAD Y DE LA OSADÍA
El caballero, la ardilla y rebeca llegaron al castillo, este era más alto que los otros y sus muros parecían más gruesos, aquí se encontraron con un enorme dragón, no se parecía a ninguno que el caballero hubiese visto antes, era enorme, y sus llamas no salían solo de su boca, si no también de sus ojos y oídos, era el dragón del Miedo y la Duda, el caballero buscó su espada, pero no la encontró, llamo a Merlín pero tampoco acudió a su ayuda. Rebeca le dice al caballero que Merlín había dicho una vez, “el conocimiento de uno mismo puede matar al dragón del miedo y la duda”, pero el caballero huyo del lugar, pero Sam le dijo “El conocimiento de uno mismo es la verdad y La verdad es mejor que cualquier espada”, así que tomo fuerzas y fue a enfrentar al dragón, el coraje del caballero no tardo en derretirse, por lo que escapo otra vez, pero Rebeca le dijo que el dragón era una ilusión y que él hacía que fuera real al creer que era real, y Sam por su lado lo anima diciéndole “ si te enfrentas al dragón hay una posibilidad de que lo elimines, pero si no te enfrentas a él, es seguro que te destruirá”, entonces tomó fuerzas una vez más y se enfrentó al dragón cantando una y otra vez, “el miedo y la duda son ilusiones”, las llamas no le hacían daño y el dragón comenzó a hacerse cada vez más pequeño, hasta que desapareció, sin antes decirle que aunque esta vez el caballero lo venció, volvería una y otra vez para bloquear su camino… como el caballero había aprendido de voluntad y osadía el castillo desapareció y ahí estaba, la cima de la montaña y convencido de que ya no había nada que lo pudiera detener decidió subir. [pic 8]
Capitulo Séptimo: LA CIMA DE LA VERDAD
Cuando el caballero ya casi llegaba a la cima encontró una roca que decía “Aunque este Universo poseo, nada poseo, pues no puedo conocer lo desconocido si me aferró a lo conocido” y pensó, ¿Quería decir la inscripción que debía soltarse y caer al abismo de lo desconocido?, al principio se negó, pero Sam le dijo que confiara en la vida, el universo, Dios o como quisiera llamarlo. Mientras caía se dio cuenta de que había culpado a su madre, su padre, su esposa, su hijo, sus profesores y a muchas personas por cosas que le habían pasado y por primera vez mientras caía aceptó la responsabilidad de su vida sin excusas, el reconocimiento de que él era la causa y no el efecto, le dio una nueva sensación de poder, ya no tenía miedo. Le sobrevino una desconocida sensación de calma y algo muy extraño sucedió comenzó a caer hacía arriba, y seguía sintiéndose conectado con lo más profundo de él, de pronto se encontró de pie en la cima de la montaña y comprendió el significado de la inscripción de la roca, le vino una sobrecogedora sensación de bienestar, su corazón rebosaba de amor por sí mismo, por Julieta, por su hijo, por Merlín, por Ardilla, por Rebeca, por la vida y por todo el maravilloso mundo, Ardilla y Rebeca observaron al caballero ponerse de rodillas con lágrimas que resbalaban por su peto, como eran lagrimas que venían del corazón, estaban extraordinariamente calientes, por lo que no tardaron en derretirlo, el caballero lloraba de alegría, no volvería a ponerse la armadura. Sonrió a través de sus lágrimas, ajeno a q una nueva y
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