Resumen el lugar mas lindo del mundo

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Solo había una cosa que a veces hacia sentirme triste, y era cuando veía que pasan cerca de mí chicos que iban a la escuela. Yo me pasaba el día manchado de betún y ellos iban limpios y bien peinados con sus lápices y sus cuadernos a clases.

Después de un tiempo empecé a preguntarme por qué mi abuela no me habría mandado a mí a la escuela. Y pensé que si me quisiera de verdad me habría mandado a la escuela en vez de limpiar zapatos. Quería pedirle que me dejara ir a la escuela, pero me daba miedo decírselo. Temía que me dijera que no. Después acabe por decirme que mi abuela era buena, y decidí que no necesitaba la escuela para nada, que yo solo aprendería a leer.

Comencé a preguntarles a los clientes que letras eran las que aprecian en los carteles, muy pronto pude leer coca-cola, Banco de Guatemala, oficina de turismo. Cuando se me acabaron los carteles, alguien me dio un periódico y los clientes me ayudaron.

Poco a poco empecé a leerlas casi todas, y finalmente decidí que no tenía mas remedio que hacerlo, quiero preguntarle a mi abuela lo de ir a la escuela.

Un día fui al mercado a hablar con la abuela: ¿Qué pasa Juan? Me preguntó.

Y yo le dije: abuela, quiero ir a la escuela. ¡No puede ir! ¡Sí que puedo!

Eres muy pequeño me dijo, tienes solo 5 años.

Abuela no tengo 5, tengo 7. Éramos tantos los que vivíamos en casa, que ella había perdido la cuenta de los años que yo tenía.

¿Porque no me lo habías dicho? Pregunto la abuela, Es importante para ti, tienes que luchar por tus cosas, y no importa si pierdes. Lo que importa es que no dejes nunca de batallar por conseguir lo que de verdad quieres. Debes ir a la escuela me dijo.

La abuela y yo fuimos a ver a la maestra de primero, como ya tenía siete años y medio me dijo que entraría en el próximo curso. La abuela dijo: el tiene grandes deseos de entrar. Y la profesora dijo: tiene un retraso de tres meses de aritmética y los otros ya empiezan a leer un poco, nunca podrá alcanzarlos. La abuela dijo: mi nieto sabe aritmética ha trabajado conmigo en el mercado y se que está preparado para entrar a la escuela y los alcanzará. Así que saque un pedazo de periódico y se lo leí en voz alta. Y la profesora dijo: en ese caso, bueno.

Al cabo de 2 meses, le enviaron una nota a la abuela que decía que los maestros querían pasarme a segundo. La profesora decía que nunca había tenido un alumno como yo, que aprendió a leer solo antes de ir a la escuela. Decía que sería una tragedia que yo tuviera que dejar los estudios y que si en algún momento la abuela no podía seguir mandándome a la escuela, los maestros me costearían el estudio.

La abuela se echó a llorar, y me abrazó, me miró como si yo fuera un hombre y me dijo que quizás yo algún día llegaría a descubrir porqué algunas personas eran ricas y otras pobres, porque ella antes había pensado en ello y nunca consiguió comprenderlo.

Me sentí muy orgulloso y satisfecho, pero no estaba seguro de si pudiera hacer las cosas siempre de buena manera. Si la gente empezaba a esperar más de mi, iba yo a tener que trabajar más y más.

Creó que me pides más que los maestros le dije.

La abuela me miro muy seria ellos no te quieren tanto como yo. Ven vamos a dar un paseo. Me dijo.

Fuimos al pueblo y paramos delante de una foto de San Pablo, donde se veían las cosas de nuestro pueblo, la abuela lo toco y dijo ¿Qué dice aquí? Se lo leí: “El lugar más bonito del mundo”

Yo empecé a pensar si San Pablo era el lugar más bonito del mundo. No estaba seguro si la abuela había estado en otro lugar pero le pregunte: Abuela ¿lo es? ¿Es que? ¿Es San Pablo el lugar más bonito del mundo?

La abuela me miro pensativa y me dijo: El lugar más bonito del mundo puede ser cualquiera, me respondió.

¿Cualquiera? Repetí.

Cualquiera en el que puedas llevar la cabeza alta y en el que te puedas mostrar orgulloso de ti mismo.

Pero me quede pensando que allí donde hay alguien a quien se quiere muchísimo y donde hay alguien que nos quiere de veras, ese sí que es el lugar más bonito del mundo.