Resumen por capítulos del Héroe Discreto- Mario Vargas Llosa.

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Los padres de Fonchito deciden llevarlo a una psicóloga y esta les dice que Fonchito es un adolescente normal, un chico increíble y los que están imaginándose cosas eran ellos (Rigoberto y Lucrecia). Durante un buen tiempo el chiquillo no volvió a hablarles sobre el asunto, todo transcurría normal pero algo en Fonchito había cambiado.

- CAPÍTULO VII:

El sargento Lituma y el capitán Silva estaban trabajando en la investigación del caso del señor Yanaqué. Pasaron muchas horas leyendo y examinando las cartas y dibujos de los chantajistas, y es cuando el capitán Silva se percata que el sargento estaba algo raro es así que le pregunta que es lo que le pasa, el sargento le responde que se acababa de acordar de un tipo que se la pasaba haciendo dibujos de arañitas, el capitán se interesa mucho por ese personaje así es que le pide al sargento que le cuente su historia.

Se encontraban ya en una juguería y empieza a contarle que tal señor se llamaba Josefino Rojas y que hace muchos años era integrante de un grupo llamado “Los inconquistables” al cual pertenecía Lituma y sus dos primos, los hermanos León. El capitán le pide a Lituma que averigüe si Josefino está aún vivo.

Lituma realiza la investigación y se da con una gran sorpresa ya que ahora el sospechoso no es Josefino sino su primo José León. Regresó a la comisaría sofocado, confuso y aturdido; al instante llega Felícito Yanaqué y temblando le entrega al capitán la carta que le habían mandado los extorsionadores en la cual decía que tenían secuestrada a Mabel y que si quería tenerla de regreso sana y salva publicase en “El Tiempo” agradeciéndole al Señor Cautivo de Ayabaca que le hiciera el milagro que usted le pidió.

- CAPÍTULO VIII:

Miki y Escobita llegaron puntual a casa de Rigoberto, al salir este lo saludaron efusivamente, empezaron a hablar por un rato hasta que Miki decide empezar hablar sobre el tema del que verdaderamente les interesa: la boda de su padre.

Los hijos de Ismael le reclaman a Rigoberto ya que según ellos, él pudo evitar esa boda o amenos avisado para que así los hijos hubieran podido impedirlo. Rigoberto les dice que el aceptó ser testigo ya que su padre es un gran amigo de él, además Ismael está en pleno uso de sus facultades, no como sus hijos pensaban que por ser una persona mayor, su padre “no sabía lo que hacía”. Los mellizos estallaron en cólera propinándole amenazas hasta que Rigoberto les pidió que salgan de su casa y no vuelvan a regresar. Apenas los mellizos salieron de la casa, Lucrecia apareció con el amasador en la mano y Justiniana con el fierro de la chimenea, listas para defenderlo.

- CAPÍTULO IX:

Después de seis días de haber publicado el segundo aviso en “El Tiempo”, los secuestradores no daban señales de vida y eso tenía demasiado preocupado al capitán Silva, este tenía miedo que Felícito decida poner otro anuncio dando marcha atrás.

En esos días mientras esperaban alguna señal de los mafiosos Lituma recibe una invitación por parte de sus primos, los hermanos León (José y el Mono). Mientras conversaban sobre los recuerdos, anécdotas y hacían chiste, Lituma con la cabeza mareada escucha que sus primos hablan sobre el señor Felícito, esto hace que Lituma vuelva a la lucidez; Lituma le hace muchas preguntas al Mono y se queda sorprendido ya que los primos conocían a los hijos de Felícito y mientras conversaban sobre ese tema Lituma se percata que José se ponía nervioso ya que este trataba de cambiar el tema.

La mañana siguiente Lituma le cuenta todo lo sucedido con sus primos al capitán Silva; de pronto les dan la noticia que la señora Mabel pareció.

- CAPÍTULO X:

Rigoberto visita al padre O’Donovan y le pide que hable con su hijo Fonchito acerca de las apariciones que el niño va teniendo con el señor Edilberto Torres. O’Donovan acepta con la condición de que el niño venga por su propia voluntad y no obligado. Rigoberto habla con su hijo y este acepta ir a hablar con el padre, ya en la iglesia Rigoberto deja a Fonchito con el padre O’Donovan. Después de la larga charla que tuvieron los dos, Rigoberto ya en casa le pregunta a Fonchito que tal le fue conversando con el padre, a lo que Fonchito respondía a sus preguntas con generalidades.

Rigoberto le pide al padre que le cuente la conversación con su hijo pero el padre se excusaba cada vez que podía, lo cual ponía muy ansioso a Rigoberto. Cuando por fin el padre O’Donovan aceptó una charla con Rigoberto y Lucrecia en su casa, les dijo que Fonchito es un niño muy inteligente y normal, que sabe distinguir lo real y lo fantástico. También que esas apariciones del tal Edilberto Torres son reales para él, ya que solo Fonchito lo puede ver, a lo que concluye que el niño tiene un don especial, algo que nadie más tiene.

- CAPÍTULO XI:

Cuando llegaron a la casita de Castilla, al otro lado del río, donde vivía Mabel, Felícito recibió con un efusivo abrazo al capitán Silva.

Lituma y Silva procedieron a hacer las preguntas respectivas a Mabel, a lo que el capitán Silva después de terminado el interrogatorio concluyó que Mabel era cómplice de los desgraciados que querían quitarle parte de dinero a Felícito Yanaqué.

- CAPÍTULO XII:

Don Rigoberto se va a Chincha al encuentro de Narciso; el leal Narciso se había ido a Chincha para esconderse de las hienas (hijos de Ismael), ya que estos lo acosaban y amenazaban con denunciarlo; lo cual hicieron. Rigoberto le pagó su sueldo y por si acaso le dejó algo más de dinero.

Rigoberto llega a casa y le cuenta todo lo sucedido a su mujer, esta le cuenta sobre una composición escrita por Fonchito que la tenía impresionada. Rigoberto entra a su despacho con dicha composición y la lee; concluyendo que todo lo escrito por su hijo estaba relacionado con las apariciones del tal Edilberto Torres o que su hijo había vuelto a hablar con el padre O’Donovan. Justiniana irrumpió en el escritorio diciéndole que tenía una llamada de Ismael, estos conversan sobre el asunto que tiene a todos estresados y por último Ismael le dice que no se preocupe que todo esto terminará y que llegaría muy pronto de viaje.

Esa noche después de la comida Rigoberto le pide conversar a Fonchito, este acepta y los dos ingresan a la oficina. Rigoberto le habla sobre el asunto de Ismael y del escándalo en que se han metido.