Sintesis "la vida intelectual"

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Todos los caminos, salvo uno, son malos para ti, toda vez que se separan de la dirección hacia la cual tu dirección ha sido dirigida y requerida. No seas infiel a Dios, a tus hermanos y a ti mismo rechazando un llamamiento sagrado.

En esta vida podremos encontrar semejantes a nosotros, al hacerlo habremos de trabajar con ellos, cooperar, es algo muy raro en estos tiempos de individualismo y de anarquía. Se podrían ahorrar muchos inconvenientes si hubiese más unión y ayuda mutua. Ahora en los trabajos ya no se forman amistades, ahora son “reuniones desordenadas”.

En todas las relaciones, aun en las comunes, hay algo que cosechar. Recuerda la afirmación de Leibniz de que no hay ningún libro tan malo del que no se pueda sacar algo de provecho. Un hombre demasiado aislado se convierte en tímido, pierde el sentido de los fines.

El intelectual aun de tener momentos exclusivos y explícitos del trabajo, el intelectual lo es todo en su vida, este ha de girar alrededor de esta actividad como su sentido. El pensador no es pensador más que si en el más ligero impulso del exterior encuentra la ocasión de un impulso infinito.

Todo hombre tiene en la vida su obra que realizar. A ella debe aplicarse con entusiasmo y dejar a otro lo que la Providencia ha reservado a otro. No seas desertor de ti mismo por haber querido sustituir a todos los demás. Uno debe de entregarse al ritmo lento, así tener un feliz reposo.

Un intelectual es una mente abierta, que trabaja en su especialidad sobre la amplísima base de unos conocimientos muy generales y extensos, con el convencimiento de que ninguna disciplina por si sola es suficiente ni siquiera para si misma.

Tendamos puentes en lugar de cavar fosas entre doctrinas. Hay una gran luz en el descubrimiento de las relaciones que unen secretamente las ideas y los sistemas más dispares. Dedicarse a ese trabajo de reconstrucción de la verdad integral a través de sus deformaciones, es cosa incomparablemente más fecunda que una crítica sistemática y continua. La investigación profunda consiste en buscar los puntos de contacto. si sabemos utilizarlos bien, todos los grandes hombres nos ponen en contacto con las mismas verdades esenciales. No digo que todos las proclamen, pero sí que todos nos sitúan en su perspectiva, nos conducen a ella o nos atraen irresistiblemente hacia ella.

Los nuevos sistemas educativos tienen como una de sus obsesiones principales la abominación de la memoria. Estás ya en el momento de realizar. No puedes estar aprendiendo y preparándote siempre. Por lo demás, no es posible aprender y prepararse sin una dosis de realización que favorezca ese aprendizaje y esa preparación. Es iniciando un camino como se le encuentra completamente. Toda vida tiene un movimiento circular. Un órgano se desarrolla y se fortalece con el ejercicio, y un órgano fortalecido trabaja con más vigor. Amiel se preguntaba un día en su diario: “¿Por qué eres débil? Porque has cedido diez mil veces. Es así como te has convertido en juguete de las circunstancias. Eres tú el que has propiciado su fuerza, sin que ellas hayan sido la causa de tu debilidad”.

Para el espíritu, hay que perder el apego por si mismo y al mundo, ser constante, paciente y perseverante, hacer las cosas bien y terminarlas, no proponerse nada que exceda a las propias fuerzas. Evita cuidadosamente el trabajo a medias que es un descanso a medias y que no aprovecha para nada. Poco a poco se llega lejos. Reflexionar en el comienzo, empezar por el principio, proceder con método, avanzar con lentitud, dar cuanto se puede dar. Pero la reflexión inicial tiene por principal objeto determinar aquello para lo que estamos hechos.

El intelectual no debe de perderse, debe de tener un alma libre, no siempre enfocarse en el trabajo. En la vida lo que más interesa es el carácter, y este se no se obtiene si el hombre se enfoca solo a la tarea. Pero también en el trabajo no todo es disgusto, también tiene sus alegrías, y esta las podríamos usar como descanso después de un gran esfuerzo.

“Si sigues este camino, dice Santo Tomas, producirás en la viña del señor verdores y frutos útiles durante toda tu vida. Si practicas estos consejos. Alcanzaras lo que deseas.”

Conclusión

En el libro, Sertillanges tiene muchos consejos para poder tener una vida intelectual, todos estos son cosas que debe de hacer el hombre por si mismo, lo primero de lo que habla es que uno debe de hacer lo que le gusta, debe descubrir para que el hombre fue creado, y que para lograr sus metas y ser feliz este deberá de hacer las cosas, no todo sucederá por si mismo.

El libro se podría decir que va dirigido a el pensador, gente que no es mediocre, gente que en realidad quiere tener una “vida intelectual”, mejorar su forma de vida, ser más felices. Todos estos consejos, si los ponemos en práctica, harían a un hombre capaz de organizar su pensamiento y ordenar su vida con un espíritu vivo.

Se dice que el intelectual no solo debe de basarse solo en su intelecto, debe de también tener otras virtudes, y también que debe de saber usar su intelecto, pues que gente tiene gran intelecto y no lo utilizan, no lo ponen en práctica. No muchos se arriesgan a hacer lo que desean, muchos se quedan asustados en que algo podría salir mal, otros hacen las cosas sabiendo que podría haber errores, pero así como podría salir algo mal podría resultar en una ganancia. Si el intelectual decide emprender el camino a tener la vida intelectual, este deberá de ser siempre un intelectual, no podrá dejar de serlo.

No hay que intentar de apresurar las cosas, si lo hacemos con calma las cosas saldrán mejor, debemos de tener paciencia. También no hay que dejar de hacer las cosas, porque después de un tiempo se pierde la práctica, como lo dice el libro, no estamos obligados a leer todos los libros, pero si por lo menos deberíamos de leer unos