Uando era niña, mi madre me dijo que yo era un pedacito de cielo que vino a este mundo porque ella

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Kate, por otra parte afronta con valentía la dificultad del cáncer y acepta con mayor madurez que su familia, el hecho de que va a morir, a pesar de que por lapsos las cosas parecían mejorar, ella sí se daba cuenta de lo que pasaba en su familia, ella sabía la razón por la que sus padres tuvieron a Anna, y ella es quien finalmente plantea la situación ética de que es mejor dejarse morir. En este caso entran en juego las perspectivas de toda la familia e incluso de la familia, pues aunque estaba en tratamiento, estaba más que nada bajo cuidados paliativos que alargaban un poco su vida, a costa del bienestar de sus padres y hermanos.

El personaje central, Anna es quien lleva una de las cargas más pesadas pues a su corta edad (11 años), decide ayudar a su hermana aunque eso significara ir en contra de su propia madre, no solo de forma emocional sino también por medios legales. Su posición es una de las más difíciles, pues se ve comprometida por el vínculo afectivo tan grande que tiene con su hermana y comprendió que lo mejor que podía hacer era apoyarla y al mismo tiempo hacer valer sus derechos humanos; es así como emprende las acciones legales que llevaran al final a que se cumpla la voluntad de su hermana.

Después de todo y tras el enfrentamiento legal que se lleva en su familia, el proceso de duelo da inicio cuando su mamá se da cuenta de todo lo planeado por sus hijas, que aunque al principio es conflictivo, poco a poco todos comienzan a entender y a aceptar que dejar ir es lo mejor que pueden hacer por Kate, siendo así una experiencia que da unión a la familia y de la que se rescatan valores universales como la libertad y el respeto hacia la vida; el derecho de los enfermos terminales de elegir no continuar con su vida.