Valoracion contingente economia

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La incorporación de la preocupación por otros en los cálculos de costo-beneficio tendería a justificar como proyectos eficientes las políticas que favorecen a los grupos más populares en relación con los menos populares. En la evaluación estadística de los valores de la existencia, el análisis puede ser útil para identificar rasgos particulares con el fin de diseñar encuestas que las evitan, aun así no podemos asumir que porque un rasgo no es identificado, no exista ninguno. Porque no hay manera de validar informes de los valores de existencia y debido a las variaciones de los estudios, hay pocas razones para suponer que cualquier estudio en particular da una estimación fiable e imparcial del valor de los bienes públicos real.

SENSIBILIDAD INAPROPIADA

Es importante conocer si las respuestas de la encuesta de valoración contingente son demasiado sensibles a las consideraciones irrelevantes y no lo suficientemente sensible a los relevantes; es agravante la falta de sensibilidad de medidas objetivas en la encuesta, en el diseño de los elementos económicamente irrelevantes. Este problema ha sido señalado por los críticos del método de valoración contingente una de las razones es que la economía teórica hace muchas afirmaciones acerca de las tendencias, pero poca sobre magnitudes.

Además de la controversia entre la disposición de pagar (DPA) y la disposición a aceptar (WTA). Por lo general las encuestas encuentran que la disposición a pagar es bastante insensible al nivel real de los servicios adicionales propuestos, lo que implica una disposición a pagar marginal decreciente rápidamente para aumentar los servicios; estos resultados son contrarios a lo que predice la teoría económica estándar para situaciones que generan incertidumbre. Estos hallazgos ponen hacen dudar de si lo que se mide es un valor económico.

En conclusión la cuestión fundamental de todo esto, es saber si existe alguna manera objetiva y científica para evaluar el componente de valor en los recursos, de forma adecuada para su inclusión en los análisis de costo-beneficio. Los defensores de los bienes públicos sostienen que el valor del medio ambiente surge de los valores que los seres humanos individuales le den a estos, y que estos valores pueden ser medidos por métodos de encuesta. Pero para que este enfoque sea teóricamente valido, los encuestados tendrían que tener suficiente experiencia en la toma de decisiones ambientales para asegurar que los valores reportados sean estables y representen sus intereses reales. Lo llamativo de las encuestas de valoración contingente ha sido que prometen algún tipo de respuesta cuando los métodos basados en la observación de las elecciones reales no se pueden aplicar ni siquiera en principio, porque no se han hecho las elecciones reales similares. El problema es que estos tipos de circunstancias son las que las estimaciones de la encuesta están en mayor peligro de ser poco fiable, ya que es precisamente cuando las personas están más familiarizadas con el tipo de elecciones que realizan tengan o no experiencia.

Por otra parte a diferencia de los valores que resultan de uso real, la posibilidad de aprender y mejorar las opciones de manera que vienen a coincidir con los intereses reales encuestados está completamente ausente de los valores de existencia. Y debido a que la información relevante por opción no se encuentra, no se puede validar el instrumento de la encuesta. Es precisamente cuando el control es imposible, y la teoría predice que el método es probable que sufra sus mayores fracasos. Los problemas de valoración ambiental están llenos de circunstancias como estas; la protección del medio ambiente es como un bien público absoluto. El establecimiento de prioridades para tomar decisiones complejas en áreas fuera de la experiencia cotidiana requiere que el conocimiento y criterio de quienes toman las decisiones sean experimentados, se puedan aprovechar para servir al bien común atreves del proceso político democrático.